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Un Maestro que disfruta hacer «magia»

Con mucha motivación para transformar el medio en que se desempeña, Yusdiel León Castillo, profesor auxiliar de la Universidad de Artemisa Julio González Díaz, recibió este jueves el Premio Pedagogo Novel 2023

Autor:

Adianez Fernández Izquierdo

Lo de ser maestro Yusdiel León Castillo lo tuvo siempre muy claro. Por eso cuando en 9no. grado le otorgaron directamente el preuniversitario de Ciencias Exactas por ser ganador del concurso nacional de Geografía, renunció a esa opción y optó por el preuniversitario vocacional de Ciencias Pedagógicas Gaspar Jorge García Galló.

La vida interna de esa institución, las actividades extraescolares, los eventos de monitores y su desempeño como presidente de la FEEM, más el fuerte movimiento emulativo entre los pedagógicos de La Habana y las prácticas laborales, terminaron convenciéndolo de que en el magisterio estaba su verdadero camino.

«Las prácticas son lo que más enamora, marca y motiva; permiten ver cómo desde el magisterio puedes hacer que el estudiante aprenda y, a la par, adentrándote en su vida, puedes transformarlo para bien.

«Desde ese momento entiendes que no se trata solo de instrucción, sino también de educación, y para educar a esa persona que tienes delante debes tener en cuenta sus diferentes contextos, el trabajo con la familia, con la comunidad. Poco a poco pasas de ser el maestro de la asignatura a ser también el sicólogo, el familiar, el médico… Esa es la magia de esta profesión que tanto enamora».

Aunque inicialmente pensaba ser profesor de preuniversitario en el área de las Humanidades, luego de concluir en la García Galló comenzó su licenciatura en Educación, en la especialidad de Marxismo-Leninismo e Historia.

En 2014, ya graduado, inició su etapa de adiestramiento en la Universidad de Artemisa Julio González Díaz, un centro que ya lo había acogido antes como alumno ayudante. Además, desde el 3er. año de la carrera había asumido una experiencia que define como maravillosa.

«Tuve un contrato de trabajo con la tarea Álvaro Reynoso, y aunque mis estudiantes eran adultos, fue una oportunidad de desarrollo profesional. Igualmente impartí clases durante las prácticas laborales en un preuniversitario, y como alumno ayudante daba clases en la Universidad. Todo eso elevó mi preparación».

En la Universidad de Artemisa ha crecido como profesional. «Aquí he transitado por las diferentes categorías docentes: profesor instructor, asistente y auxiliar. Aquí he desarrollo mi maestría en Estudios interdisciplinarios sobre América Latina, el Caribe y Cuba, y actualmente me encuentro desarrollando el doctorado».

Se desempeña allí en la Dirección de Relaciones Internacionales, desde donde aspira a lograr indicadores superiores en cuanto a la internacionalización de los procesos de la educación superior. «Me siento útil, productivo, porque desde mi posición de educador contribuyo a la construcción de mi país y de la sociedad».

Una misión trascendental

Para León Castillo no ha habido durante su trayectoria laboral nada más complejo que la misión en Venezuela. «Estuve allí durante tres años marcados por la COVID-19, en la misión del Frente Francisco de Miranda. Fueron momentos difíciles, lejos de la familia en medio de una pandemia que exigía de nosotros también llevarle a la gente un mensaje de esperanza y aliento.

Recuerda particularmente una vivencia que dice mucho del legado de Fidel: «En una oportunidad íbamos con un cargamento de medicinas para el paludismo y fuimos asaltados. Yo llevaba un pulóver con la imagen de Fidel. Los bandidos me apuntaron para que me bajara del autobús y sinceramente pensé que era mi fin.

«Entonces, para mi sorpresa, el jefe de la banda dice: Mira mi Comandante, a lo que yo respondí, también es el mío. Tal vez por eso nos perdonaron la vida, y eso muestra la huella que dejó Fidel, no solo en Cuba, sino también en el mundo».

Universidad en la comunidad

En 2022 regresó de Venezuela e inició sus vínculos con el Centro Universitario Municipal de Güira de Melena. Fue de los impulsores para que se abriera allí la carrera de licenciatura en Educación en su especialidad.

Desde este escenario se ha integrado a varios proyectos de investigación, uno de ellos con la Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona, dirigido al desarrollo del pensamiento pedagógico en Cuba, principalmente en la República Neocolonial.

«A esta indagación tributa mi tesis de formación doctoral, que es continuidad de la tesis de maestría: una investigación histórica sobre la contribución a la identidad nacional de las escuelas rurales de La Habana, de 1936 a 1952».

León Castillo tiene vínculos, además, con el proyecto internacional Mi Costa, que en Artemisa tiene como sitio de intervención la comunidad costera de Cajío, en Güira de Melena. «Es un proyecto hermoso, de medio ambiente, al que necesariamente tributan las ciencias sociales. Busca que la población costera de Cuba se adapte al cambio climático con resiliencia y eso lleva formación y transformación del individuo mediante la capacitación y el vínculo con las comunidades.

«No podemos pensar desde la academia que lo sabemos todo. Ese conocimiento empírico de los pobladores, de los nativos de esas comunidades, y su sapiencia, debemos integrarlo a cuanto sabemos para, entre todos, modelar acciones de trabajo donde ellos se sientan partícipes de esa transformación.

«Cuanto hacemos allí tiene un sustento teórico y un enfoque desde la metodología de la investigación, con la acción participativa y los métodos de educación popular de Pablo Freire. El trabajo allí es la expresión palpable de poner la universidad al servicio de la sociedad, tal como nos enseñara Mella».

Maestro a tiempo completo

De lunes a sábado el sol le sorprende en la carretera. Desde Quivicán, en Mayabeque, cruza hasta la provincia que ha sido testigo de sus horas de desvelo. Un día normal para este joven de 32 años transcurre entre colegas y estudiantes, más sus otros compañeros inseparables: los libros. «No puede pasar un día sin que me lea algo, sin dedicar tiempo a pensar en cómo mejorar lo que no me salió bien».

Y aunque las clases y la investigación ocupan casi todos sus días, procura dejar tiempo para su abuela, la persona de 84 años con quien convive: «Es una maravilla poder compartir con ella, entender su dinámica y poder también ayudarla».

Entre proyectos de investigación, actividades extensionistas, clases de pregrado y posgrado, más el tiempo necesario para familiares y amigos, León Castillo apenas deja para sí las vacaciones, donde intenta satisfacer sus otras pasiones: «Me encanta salir, disfrutar de los paisajes, del senderismo, de leer…».

Un premio con muchos nombres

Un reconocimiento reciente le llena de orgullo: la Asociación de Pedagogos de Cuba le otorgó el Premio Pedagogo Novel 2023, y aunque esta es una distinción personal, León Castillo asegura que es de sus maestros.

«Es un premio, en principio, para quienes me han educado y aún me educan con su ejemplo. Es también de mis estudiantes, porque si yo he logrado ser máster y estar en una formación doctoral es porque ellos me lo han exigido».

Además, lo dedica a la familia por el apoyo, la inspiración y educación que le dieron, y por comprender sobre todo su vocación y entender que a veces no les puede dedicar todo el tiempo que quisiera porque debe leer o planificar clases.

Con mucha motivación, deseos de cambio y de transformar para bien el medio en que se desempeña, recibe entonces este premio con la convicción de que se puede hacer mucho por la sociedad desde el magisterio, no en el sentido de dar clases solamente, sino basados en el concepto de José de la Luz y Caballero de que educar solo puede quien sea un evangelio vivo.

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