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No hay impunidad ante la droga en el país

La labor de enfrentamiento antidroga de Cuba es reconocida a nivel internacional, como reflejo de una voluntad política inquebrantable de no permitir ni la introducción, ni el almacén ni el consumo de este tipo de sustancias

 

Autor:

Ana María Domínguez Cruz

No hay impunidad contra aquel que intente introducir droga en el país, o quien la trafique o la consuma. Cuba mantiene la Política de Tolerancia Cero a las drogas, y ratificamos que no somos un país productor o almacén de este tipo de sustancias, por lo que desplegamos acciones de prevención y enfrentamiento de manera constante para impedir que el impacto del comercio internacional afecte a nuestra población.

Así expresó el coronel Juan Carlos Poey, jefe del Órgano especializado Antidrogas del Ministerio del Interior, en la Mesa Redonda de este lunes, con motivo del Día internacional de lucha contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas.

Destacó, además, que desde el año pasado se registra un incremento de los recalos en nuestras fronteras marítimas, a partir de la intensa operatoria de los narcotraficantes de la región, lo cual conlleva un peligro potencial para la población cubana que, si no tuviéramos exitosas operaciones desarrolladas por las Tropas Guardafronteras, tendrían acceso a ellos.

«La combinación de operaciones de tráfico de personas con la introducción de drogas al país en lanchas rápidas y la persistencia de emigrados cubanos y extranjeros de introducirla a través de métodos novedosos de ocultamiento en alimentos y electrodomésticos, impregnada en papeles o en polvo, constituyen los principales retos que enfrentamos a diario», agregó.

Enfatizó en que el principal emisor hacia Cuba es Estados Unidos a través de los pasajeros y la paquetería, encontrándose con mayor frecuencia el cannabinoide sintético, 100 veces superior a la mariguana,

Poey abundó sobre las medidas para impedir el desplazamiento de la droga y la delincuencia hacia las ciudades principales del país, en especial la capital, así como el plan de reforzamiento para la prevención y enfrentamiento en la Habana, contra traficantes y expendedores.

El coronel William Pérez, vicejefe de la Aduana General de la República, reveló que hasta el 15 de junio de este año  se han detectado casos de tráfico y consumo con cifras superiores a las registradas el año pasado, incautándose 14 kilogramos, entre los cuales la mayor cantidad es de cocaína y mariguana.

Reiteró que quienes asumen encomiendas de otras personas, no están exentas del cumplimiento de la ley, aunque desconozca el contenido del paquete que traslada. El 73 por ciento de los casos de consumo detectados se encuentran vinculados a los cigarrillos electrónicos, además de un grupo considerable de caramelos y tabletas de chocolate, entre otros similares, que contienen estas sustancias, dijo.

«Es una fortaleza del país el trabajo sistémico que desplegamos en todas las fronteras que, unido a la capacitación constante del personal, el perfeccionamiento de la técnica canina y la introducción de equipos tecnológicos de primera línea, nos ha permitido frustrar operaciones de alta envergadura de intentos de introducción este tipo de sustancias y demostrar, incluso, que en contenedores que salen de nuestro país no se incluyen», acotó.

La cooperación internacional es vital en el enfrentamiento a este fenómeno, añadió, por lo que Cuba integra el Programa Global de Control de Contenedores y el Programa AIRCOP para América Latina y el Caribe de la Oficina de Naciones Unidas contra la droga y el delito, por solo citar algunos ejemplos.

Alexis Batista, director de Relaciones Internacionales del Ministerio de Justicia, precisó que, en el escenario global actual caracterizado por el consumo creciente de drogas y otras sustancias psicoactivas, en Cuba se ha mantenido el rigor de la política jurídico penal y penitenciaria.

Añadió que se mantiene la preparación para aplicar las nuevas técnicas de investigación, en correspondencia con la nueva ley penal, de conjunto con organismos, entidades y organizaciones de masas para lograr la prevención y el enfrentamiento, así como incrementar la percepción de riesgo en la población y la actitud de rechazo al consumo.

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