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Cuando un héroe convoca

Palillo es un asaltante al Cuartel Moncada y Carlos Bermúdez, expedicionario del Granma. Ambos protagonistas de dos de los hechos más importantes de nuestra guerra de liberación nacional que siempre han estado batallando, desde los más disimiles frentes, por la obra que fundaron

Autor:

Daily Sánchez Lemus

Palillo – Ernesto González- no podía faltar a este momento. Ni la operación reciente ni nada se lo iba a impedir, porque dice que a estos son a los momentos a los que no se puede faltar, el momento de estar y rendir tributo a sus compañeros. Llegó caminando, así quiso bajar las escaleras del panteón de los Veteranos, ayudado por su «burrito» y seres queridos pendientes a él. Venía a despedir a Carlos Bermúdez, su amigo, su compañero.

Los familiares se abrazan, los familiares de la familia inmensa que es la creada por los hijos y los nietos de los hermanos de una idea y una causa.  Entre recuerdos, testimonios, entrevistas a la prensa y los silencios llorosos que acompañan las despedidas, transcurre el tiempo, otro tiempo que duele pero que también significa comienzos. En varios nichos se lee lo mismo –Moncadistas y Expedicionarios-, pero con diferentes nombres de héroes. En el nicho 19, la familia de Carlos, tristísima, contemplaba el nombre de su «viejo», que casi a punto de sus noventa, estará allí desde este 14 de junio.

Carlos Bermúdez tuvo una vida linda, de la cual su familia y sus compañeros tendrán que estar orgullosos de generación en generación, y no solo por todas las medallas que junto a sus cenizas y su fotografía, y las coronas del Presidente y de Raúl –su compañero de travesía-, mostraban un camino tremendo en la obra revolucionaria. Tuvo una vida linda porque también allí estaba la familia en pleno, allí hubo colegas que compartieron las lágrimas con su esposa, un joven actor conmovido por el dolor y lo grande de la vida; estaba Teté Puebla, Enio Leyva y otros combatientes…y cuando la vida de una persona convoca así, es porque ha valido de inicio a fin. Y significa también que ya es parte de la leyenda real y definitivamente maravillosa de nuestra Revolución.

Palillo es un asaltante al Cuartel Moncada y Carlos Bermúdez, expedicionario del Granma. Ambos protagonistas de dos de los hechos más importantes de nuestra guerra de liberación nacional que siempre han estado batallando, desde los más disimiles frentes, por la obra que fundaron. Y sí que eran valientes esos jóvenes, como debe corresponder a cada uno de nosotros en nuestro tiempo; y sí que son especiales, y tienen un sentido altísimo del valor y la lealtad, y por eso siempre, en cualquier circunstancia, son compañeros.

Polanco junto a Palillo – Ernesto González-. Foto: Carlos Serpa

Esa es la razón por la que Palillo estaba hoy en el cementerio, junto a Carlos Bermúdez hasta el final. Por eso no existen mejores despedidas que las que sirven para comenzar otra vez, y Palillo lo sabe, y aseguró que de ser posible, este año el 26 «nos vemos en Santiago», y que allí también lo acompañarán sus compañeros.

Las palabras no pueden describir siempre las emociones. Solo se me ocurre cerrar con los versos de un tema de Silvio, dedicado a los mártires del Granma y, aunque Carlos Bermúdez no es uno de aquellos que murió asesinado, sino que tuvo la posibilidad de vivir para continuar la lucha y ver el triunfo, es uno de los héroes de esa gesta del Granma…y también la merece:

Maravilla de amor

La pupila del muerto.

Maravilla de amor

La visión que soñó.

Maravilla del iris

Que soñaba despierto

Maravilla de sol que lo resucitó.

Ha crecido un jardín

De los ojos del muerto,

Hay colores sin fin

Bajo el sol matinal

Y ha nacido la hormiga

de su párpado atento

Y ha llegado el amor

De su sueño inmortal.

Inmortal

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