Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

La madre más joven de la historia

En 1939, una niña residente en una remota aldea de los Andes peruanos fue madre cuando solo tenía cinco años de edad, suceso sin precedentes en los anales de la ginecología

Autor:

Juan Morales Agüero

En un miserable arrabal de la capital peruana, al que, por su elevada peligrosidad, los hampones locales suelen llamar Pequeño Chicago, rodeada de ratas y de rateros, Lina Medina Vázquez no deja de preguntarse por qué la vida le hizo la jugarreta de convertirla un día —cuando solo tenía cinco años y unos meses de nacida— en la madre más joven de la historia.

Hoy tiene 87 años de edad esta mujer que no concede entrevistas, nacida entre las cumbres andinas el 27 de septiembre de 1933 Por entonces era una chica más en aquella aldea pobre y olvidada llamada Antacancha, en el departamento de Pasco. La pesadilla de su vida rueda ante sus ojos como una película de suspense. Todo comenzó el 14 de mayo de 1939…

Historia embarazosa

Esta imagen fue enviada como confirmación a la Academia de Medicina de Lima.

Lina no era aún una cincoañera cuando al brujo de Antacancha, donde ella vivía junto a su familia, se sintió presa de la curiosidad. «¿Por qué esa niña tiene el vientre tan grande?», se preguntó, intrigado. Mientras la pequeña jugaba, miró al cielo y «hablaron» por su boca los dioses de Los Andes: «Tiene una culebra en la barriga. Hay que sacársela», dijo.

El hechicero dio cuenta del asunto a Tiburcio, padre de Lina, quien lo facultó para aplicar el exorcismo. Así sometió a la niña a los ritos incas de la cordillera. Pero -¡ay!-, ninguno funcionó. Tiburcio se echó a su hija a cuestas y, en busca de un médico de verdad, caminó hasta el pueblo más cercano.

Al llegar al hospital de Pisco, el doctor Gerardo Lozada examinó a Lina. Le inquietó su abultado abdomen. «Quizás sea un fibroma», pensó. Pero, luego de evaluar varias veces las pruebas, arribó a una conclusión terrible. «¡¡No es un tumor, es un bebé de siete meses lo que la niña lleva en su vientre!!», gritó. Y telefoneó enseguida a la Policía.

Madre de cinco primaveras

Los agentes encerraron a Tiburcio como primer sospechoso. No pudieron arrancarle una confesión de culpabilidad. También fue a dar al calabozo un de sus hijos, notorio desequilibrado mental. ¡Tampoco aportó nada! Después de múltiples pesquisas e interrogatorios, el caso se archivó definitivamente por falta de pruebas. Nunca se supo quien fue el padre del bebé.

En el ínterin, el doctor Lozada viajó a Lima, instaló a Lina en una clínica y envió un emisario a Antacancha para que recopilara información sobre su vida. Al regreso, y luego de conversar con parientes de la niña, le informó al médico que, antes de los tres años de edad, a ella se le desarrollaron los caracteres sexuales: pechos erguidos, vello púbico y... ¡menstruaba! «Su madre la mandaba a lavarse en el río», dijo una tía. La ciencia llama a ese proceso «pubertad temprana».

El doctor Lozada fue como un padre para ella y para su hijo.

El Dr. Lozada presentó un informe sobre el caso a la Academia de Medicina de Lima. La adjuntó la radiografía y una foto de Lina de pie y desnuda, presentando su lado izquierdo, en la que se observa el desproporcionado desarrollo de su vientre.

Poco quedaba por hacer. Como su pelvis y canal de parto no estaban preparados para un acto natural, y lo avanzado del embarazo lo hacía de gran riesgo, se recurrió a la cesárea. El 14 de mayo de 1939 nació un bebé de 2,7 Kg. y 48 cm. Lo llamaron Gerardo, por el médico que asistió a la niña-madre.

El diario limeño El Comercio reseñó así el extravagante suceso: «Con tan sólo cinco años, siete meses y 21 días de edad, Lina Medina acababa de convertirse en la madre más joven reconocida por los anales mundiales de la Medicina».

Un hecho espectacular

La noticia del alumbramiento de la niña peruana se convirtió en suceso mediático mundial. Durante varios días sus detalles les restaron protagonismo a los preparativos de la Segunda Guerra Mundial, que ya estaba a punto de desencadenarse.

Entretanto, los niños –madre e hijo- eran mimados y colmados de regalos en la Maternidad de Lima donde se recuperaban. Tan nena como su hijito, ella le disputaba a él la posesión de los juguetes. Tiempo después, aprendió a leer y a escribir.

El doctor Juan Falen dijo a la agencia Reuter: «La pubertad temprana de Lina le desarrolló antes de tiempo los caracteres sexuales y la capacidad de reproducción, pero mental y cronológicamente continuó con la misma edad. Por eso es que chicos como ella son a menudo víctimas de abusos sexuales».

El insólito parto de la pequeña Lina Medina provocó intereses inescrupulosos. Así, su familia rechazó jugosas ofertas, entre ellas una de 4000 dólares mensuales y gastos pagados para que la niña y su crío viajaran a Nueva York por un año para ser exhibidos como bichos raros en la Feria Mundial.

Una propuesta pasadera fue la de la compañía norteamericana Seltzer: le entregaría 5000 dólares semanales por permitirle estudiar el caso. Cuando ya se había arreglado el acuerdo con su familia, el presidente del Perú, Oscar Benavides, lo vetó y dictó una ley para asumir la tutela con la promesa de darles una pensión vitalicia. Durante años no recibieron un centavo. Lina terminó de secretaria en la clínica del Dr. Lozada, quien la ayudó a mandar a su hijo a la escuela.

¿Cómo fue su vida?

Cuando tenía 33 años de edad, Lina contrajo matrimonio con Raúl Jurado. Juntos construyeron una casa que luego el gobierno peruano demolió porque entorpecía el curso de una autopista. ¡Nunca recibieron compensación! Su hijo Gerardo murió a los 40 años de edad en 1978 por una rara enfermedad en la médula ósea, común en casos de incesto. Siempre creyó que su madre era su hermana. Raúl falleció en el 2008.

Lina y su hijo compartieron juegos y entretenimientos.

Pasaron más de ocho décadas y aún se ignora quién violó a Lina Medina. «Eso no es lo más importante -declaró el Dr. Sandoval-. Se trata de un accidente estadístico que hace muy raro su caso de pubertad precoz. A eso súmele que la embarazó justo en los días en que la pequeña estaba ovulando».

Colofón y promesa cumplida

Luego de años de espera, Lina —¡por fin!— recibió la pensión prometida, y desde 2012 le fueron asignados 120 soles al mes. Lo logró el Dr. Sandoval, quien, con su libro Madre a los 5 años, creó conciencia sobre el insólito caso, que es también el de un abuso sexual a una menor que nunca halló justicia.

Parecían dos hermanos, en lugar de madre e hijo, así de corta era su diferencia de edades.

Introvertida desde pequeña y mal mirada por muchos —en su tiempo la virginidad se asociaba con la moral—, a Lina la llegaron a compararon con la Virgen María, que concibió a Jesús sin cometer pecado por obra y gracia del Espíritu Santo. En Antacancha aún creen que Gerardo fue hijo del Sol. «En otro siglo la hubieran quemado vida o convertido en santa a la fuerza, pues en su época por poco la exhiben en un circo», dijo en un libro el neuropsicólogo Artidoro Cáceres.

De cualquier manera, por su increíble récord de maternidad, ella continuará siendo la madre más joven de la historia.

 

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.