Maternidad y vida: más que un grupo de WhatsApp

Entre las enseñanzas que nos ha dejado la situación generada por la COVID-19 resalta la demostración de lo fuertes que pueden ser los lazos que se establecen en las comunidades virtuales, sobre todo cuando se trata de construir de manera colectiva y apoyar a quienes se encuentran en situaciones similares a las nuestras. Así lo sintió Milene Carmona cuando, en agosto de 2020, decidió crear un grupo de WhatsApp para compartir los tarjetones de embarazo y vacunación de manera digital.

«Era la etapa más difícil de la pandemia, cuando estábamos en aislamiento y el contagio de la enfermedad resultaba el mayor temor de todos, en especial entre las mujeres embarazas», cuenta la joven, quien recientemente había dado a luz a su bebé y poseía estos documentos en formato digital, pues cuando los necesitó no los pudo encontrar impresos en su zona.

«Me propuse colaborar con las otras mamás, ya que había visto en publicaciones de Facebook y otras plataformas que había muchas gestantes que no los tenían o los estaban adquiriendo a precios elevados, por lo que creé un espacio virtual en el cual podía compartirlos», precisa.

El grupo fue creciendo cada día, y como madres y mujeres cubanas creativas y empoderadas comenzaron a tratar diferentes temas vinculados con la maternidad. «Un día una muchacha que estaba a término preguntó cómo podía saber si ya estaba en trabajo de parto, porque era primeriza.

«Y entonces se dio un fenómeno muy lindo, pues comenzaron todas a explicarle, darle consejos y contarle sus experiencias. Ahí fue donde me di cuenta de que no solo éramos un grupo para compartir tarjetones, sino una comunidad de madres con muchas ganas de colaborar», comenta.

Entretejiendo alianzas

Así, poco a poco, esta red virtual comenzó a compartir ideas, información científica actualizada sobre el embarazo, el
parto respetuoso y la lactancia. La crianza respetuosa también ha sido un pilar fundamental, pues han sido muchas las familias que han planteado dudas sobre el comportamiento de sus hijos o hijas y cómo saber reaccionar ante ello, entre otras situaciones que se dan a diario en los hogares.

A este afán de servir colectivamente se fueron sumando especialistas de diversas ramas de la Medicina: ginecólogas, pediatras, sicólogas…, entre otras, que brindan atención por esta vía a todas aquellas personas que lo necesitan, cuenta Milene, actriz y especialista de programas y proyectos de la Dirección Municipal de Cultura en Diez de Octubre.

«Como abordamos tantas temáticas, hemos decido organizar los debates en los grupos, así cada persona puede participar de acuerdo a sus intereses, como la compraventa de artículos de necesidad para los bebés, recetas de cocina y consejos de alimentación, retos fotográficos y sorteos, así como espacios para dudas sobre la gestación, la educación y para quienes desgraciadamente han perdido embarazos o a sus bebés», especifica.

En momentos tan complejos, la compenetración que han logrado estas mujeres ha sido esencial, y es lo que impulsa a que cada día se sumen más personas de todo el país a este proyecto, en el que comparten sus ideas más de 300 personas en los canales de Telegram y grupos de WhatsApp, y más de 900 en la página de Facebook, entre otras vías en línea.

Sororidad como bandera

Cuando el país da pasos cada vez más agigantados hacia el empoderamiento de la mujer, estas madres, embarazadas y familias en general, reafirman sus deseos de posicionarse a la vanguardia. En ese sentido, el proyecto ha logrado trascender las pantallas móviles para devenir encuentros presenciales como la Feria de emprendimientos para bebés y mamitas.

En ella se unieron muchísimas personas para dar a conocer sus productos, compartir experiencias de vida y crear un espacio seguro para el disfrute de los más pequeños. Entre juegos, rifas, poesía, peinados y otras muchas actividades, las familias pudieron dialogar y apoyarse en sus emprendimientos, todos relacionados con el tema de maternidad y vida.

Estas mujeres han creado una unidad que les permite sentirse seguras, acompañadas, y están convencidas de que con el nuevo Código de las Familias verán reflejados en una norma todos esos derechos por los que han luchado y los que defienden con tanto ímpetu, así como la posibilidad de que sus hijos crezcan en ambientes saludables, sean respetadas sus ideas, tengan el poder de decidir sobre sus vidas y vivan en hogares libres de violencia y machismo, donde reinen la crianza positiva y las maternidades y paternidades responsables.

«Durante nuestros primeros acercamientos al Código fueron muchas las dudas que surgieron, sobre todo con el tema de la responsabilidad parental, el orden de los apellidos y la filiación, entre otros, las cuales pudimos aclarar con la ayuda de las juristas que forman parte de nuestra comunidad, y que nos guiaron para entender lo novedoso de este documento y los muchos beneficios que ofrece a nuestras familias.

«Deseamos que a medida que vayamos creciendo como proyecto podamos trabajar codo a codo con el Programa Materno-Infantil, y apoyar desde nuestros saberes a todas las personas que lo necesiten y que deseen sumarse a la iniciativa», indica la lideresa.

Redes como esta que han creado demuestran la necesidad de seguir trabajando en aristas tan relevantes como la atención materno-infantil, la planificación familiar y los derechos obstétricos, entre otras que tributan al completo desarrollo de las familias. Construir un hogar y brindar a los hijos una crianza responsable en la que reine el amor, nunca escapará de dudas y errores, pues no hay recetas para educar a nuestros hijos. De ahí que estos espacios colectivos —impulsados por mujeres— sigan siendo tan necesarios.