Somos lo que comemos, escribió el filósofo y antropólogo alemán Ludwig Feuerbach hace más de cien años, aseveración que alcanza gran vigencia en este siglo XXI, cuando la ingesta habitual de la llamada comida chatarra contribuye al aumento de la prevalencia de numerosas patologías, incluidas las del tracto intestinal, con un significativo impacto en la calidad y esperanza de vida de las personas y un alto costo socioeconómico para las naciones.
Las enfermedades inflamatorias del intestino, el daño hepático de origen no alcohólico, el cáncer digestivo y varias enfermedades funcionales y trastornos de la motilidad digestiva en un amplio rango de edades, tienen muchas veces en común una alimentación cargada en azúcares refinados, grasas saturadas y sustancias sintéticas, a la cual se suman otros hábitos perniciosos como la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo, una inadecuada salud bucal y la automedicación enfocada en las consecuencias, en lugar de buscar a tiempo la causa de esas dolencias.
El tema resultó recurrente en el debate entre especialistas de 15 países que participan en el 7mo. Congreso de la Sociedad Cubana de Gastroenterología, evento en desarrollo esta semana en el Palacio de Convenciones de La Habana y en el que se convocaron, por vez primera, el Simposio de Hepatología y Trasplante Hepático, el Encuentro Nacional de Endoscopía Terapéutica del Tracto Digestivo y el Taller Nacional de Calidad en Endoscopía Digestiva, para comentar las novedades tecnológicas y los resultados investigativos de la especialidad en el mundo y sus avances en Cuba.
GastroCuba 2019 —cuyo lema es Juntos por una mejor salud digestiva— incluyó también entre sus espacios la 6ta. Reunión Nacional de Gastroenterología Pediátrica, a la cual asiste como invitado el Doctor Juan Rivera, presidente de la Sociedad Latinoamericana de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica.
Durante este miércoles analizó la creciente incidencia, alternativas de diagnóstico y seguimiento terapéutico de las Enfermedades Inflamatorias Intestinales y la infección con Helicobacter Pillori en pacientes pediátricos, problemáticas muy relacionadas también con el estilo de vida de las familias y la vigilancia oportuna en el sistema de atención primaria de salud.
Al decir de la Doctora Mirtha Infante, presidenta de la Sociedad Cubana de la especialidad, una prueba de la voluntad del Gobierno cubano de cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible, es el esfuerzo por adquirir el nuevo medicamento para la Hepatitis C, enfermedad hasta hace poco incurable, que se ofrece de manera gratuita a los pacientes cubanos, a pesar de ser muy costosa su adquisición por estar patentado por una compañía farmacéutica norteamericana.