Carlos Manuel de Céspedes, Padre de la Patria. Autor: Abel Rojas Barallobre Publicado: 09/10/2017 | 09:53 pm
Las virtudes de Carlos Manuel de Céspedes, las complejidades de sus luchas, la hermosa senda de su vida y la vigencia de sus preclaras ideas fueron resaltadas en Bayamo por el historiador Eusebio Leal Spengler en la velada político cultural que rindió tributo al héroe, cuyo aniversario 200 se conmemora este 18 de abril.
Frente a la casa donde naciera quien llegara a ser el Padre de la Patria, Leal se refirió al Céspedes que fue hombre de ley, intelectual, político y jefe militar, capaz de dejarnos una lección para estos tiempos: «nosotros podemos con nuestro propio esfuerzo».
Ante un respetuoso auditorio, en el que se encontraba el Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Salvador Valdés Mesa, el reconocido estudioso del Iniciador recordó que cuando a Carlos Manuel le preguntaron con qué armas se iba a hacer la guerra contra la metrópoli española él respondió: «las tienen ellos».
Asimismo, habló sobrecogido de la Asamblea de Guáimaro (10 de abril de 1869), en la cual el patricio bayamés cedió más que nadie, «hasta en su carácter», en aras de la unidad revolucionaria.
Por otra parte, aseguró que de aquellos que tomaron una decisión con manto de legalidad (su deposición como Presidente de la República en Armas) ya casi nadie se acuerda, en cambio la gloria del Hombre de La Demajagua no ha podido ser borrada.
El Historiador de La Habana se preguntó cómo podía ejercerse el poder en un país en Revolución si no era con la autoridad de aquel que más que el «Presidente» fue el líder de la Revolución Cubana.
También habló de algunos de los conceptos cívicos del Héroe de San Lorenzo, un gran defensor de la separación de la Iglesia y del Estado, la educación, la cultura y las ideas.
«Hoy pienso en tu amor doloroso junto a Carmen; pienso en tu despedida de Anita, la mujer que amaste vehementemente, joven, bella e impetuosa y que trajo al mundo a aquellos gemelos que no conociste, a Carlos Manuel y a Gloria de los Dolores, aquellas fotografías de daguerrotipo que como un pequeño teatro abrías a los campesinos que quedaban maravillados al ver las imágenes al contraste del sol», expresó poéticamente Eusebio.
«Te veo al final de tu vida cuando ya no tienes el airoso cabello de entonces, cuando ya casi ciego, con un bastón, confiesas que tu cocinero Beola solamente ha sido capaz de cocinarte una sopa de lechuza. Te veo cuando ya no tenías ropa blanca, cuando tus pantalones estaban raídos. Te veo tendido a la expectación pública, con tu cabeza desecha en Santiago de Cuba, llevando unos zapatos de yagua, cosidos justamente en el campo; te habías despojado de todo por tus ideas. Eso, Padre, es lo más importante», reafirmó para hablar del ser humano que dejó sus riquezas en pos de la independencia.
En la velada las autoridades gubernamentales del municipio de Bayamo y de la provincia de Granma entregaron a Leal Spengler la Tea Incendiaria y la Réplica de la Campana de La Demajagua, respectivamente, máximos estímulos que otorgan ambos Poderes Populares.
Entre los artistas que emocionaron a los presentes estuvieron los integrantes del Coro Profesional de Bayamo y de la Banda Municipal de Conciertos, Yudenia Manso y Anedo Martínez y miembros de diferentes grupos teatrales.
En la emotiva ceremonia estuvieron, entre otros, Víctor Gaute, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido; Roberto Montesino, jefe del Departamento de cultura y propaganda del Comité Central del Partido; Alpidio Alonso, ministro de Cultura; y Federico Hernández, primer secretario del Partido en Granma.