Recibe museo farmacéutico reconocimiento de la Unesco

MATANZAS.— El Fondo Documental Libros de Asentamiento de Recetas del Museo Farmacéutico Ernesto Triolet de aquí fue inscrito oficialmente este jueves en el Registro Nacional del Programa de Memoria del Mundo de la de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) para Cuba, de manera tal que se resguardan esos invaluables valores universales.

Nuria Gregori Torada, presidenta del comité nacional del Programa, entregó el diploma de reconocimiento a Marcia Brito Hernández, directora de la institución, Monumento Nacional, quien recordó que en 1992 la Unesco creó esta iniciativa con el propósito de facilitar el acceso universal al patrimonio documental, y preservar y aumentar la conciencia mundial sobre estos textos.

El fondo documental de la farmacia Triolet se une a la colección del periódico La Aurora del Yumurí, de Matanzas, que circuló desde 1828 hasta 1899, y que está en custodia de la biblioteca provincial Gener y del Monte.

Independientemente de su impacto social y científico, este reconocimiento adquiere significación histórica por lo que representa, para el patrimonio nacional y local, las informaciones que contienen, sostuvo a este diario Gabriela Vázquez García, especialista de Comunicación e Información de la Comisión cubana de la Unesco.

«Es un galardón muy importante porque determina el valor universal que tienen esos libros», resaltó la Directora del Museo, quien precisa que es el primer fondo documental —de carácter científico— de una institución de este tipo que se inscribe en el Registro Nacional de Memoria del Mundo de la Unesco para la República de Cuba.

«Nos sentimos orgullosos porque en ese Registro se encuentran los manuscritos de José Martí, la Constitución de Jimaguayú, el Noticiero Icaic Latinoamericano, los Carteles del Icaic, documentos de la alfabetización, los fondos del Centro Che Guevara y de la Biblioteca Nacional José Martí, y de la Oficina del Historiador de La Habana las Actas Capitulares de La Habana», menciona Marcia.

Que sea declararado Patrimonio Cultural de la Humanidad

Esta institución es clave como Patrimonio Mundial por conservar la única botica francesa de finales del siglo XIX que existe original y completa en el mundo, además de atesorar el quehacer de las escuelas de farmacias más relevantes del siglo XIX y el modo de hacer los medicamentos.

En tal sentido, el Museo Farmacéutico está en la lista indicativa para hacer la presentación a la Unesco y solicitar ser declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad. «Este es un expediente complejo en el que ya trabajamos y en el cual desempeñan un rol determinante el hecho de que los Libros de Asentamiento de Recetas hayan sido registrados como Memoria del Mundo», explica Brito Hernández.

«Nuestro principal objetivo es vincular el museo con la comunidad, para que el pueblo lo identifique como parte de su identidad e historia, y lo principal, que se aprenda en el museo, no solo de sus belleza en la primera visita sino que constituya motivación a investigaciones y estudios en cualquiera de las áreas del saber humano, tanto médicas, farmacéuticas, arquitectónicas, artes plásticas y escénicas, música…», especifica.

También, recordó que en pleno período especial el General de Ejército Raúl Castro Ruz, entonces Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), envió un grupo de especialistas para que estudiaran no solo las fórmulas, sino el instrumental, cómo se obtenían esos productos en este lugar, al igual que hizo el Ministerio de Salud Pública.

A partir de los estudios realizados por especialistas en Medicina, en Farmacia, de los Laboratorios Labiofam y Servicios Médicos de las FAR, se impulsó el desarrollo de la Medicina Natural y Tradicional en el país, por lo que tienen extraordinaria utilidad para la población, dijo la especialista.

Un fondo muy importante

El museo cuenta con un fondo documental de 76 bienes, de ellos 55 tomos son de la botica francesa con más de medio millón de fórmulas, y el resto pertenecen a la botica que antecedió en su lugar a la francesa, y de una institución de la red de Juan Fermín de Figueroa.

El Fondo Documental de Libros de Asentamientos de Recetas del Museo que data de entre 1873 hasta 1964 fue digitalizado completamente, como uno de los primeros pasos para optar por el reconocimiento de la Unesco. En tal sentido, explica Brito Hernández «la conservación de los libros es bastante buena, aunque tenemos tres libros bastante deteriorados».

Otra curiosidad es que el Museo resguarda la colección de los libros de la botica, entre ellos los de la botica anterior, de la que Triolet compró y que estaba en este mismo terreno, y cuentan con libros de la familia Figueroa, de una botica que estuvo en Cárdenas.

SEGÚN Marcia, increíblemente, todas las sustancias que están dentro de los frascos son productos originales y se conserva todo el quehacer de la botica recogido en el libro de asentamientos de recetas, que incluye el médico que prescribía la receta, la composición de la fórmula, el uso general, el precio, el número consecutivo de la receta y en algunos casos para quién era el medicamento.

El primero de enero de 1882 quedó fundada la botica francesa del doctor Ernesto Triolet, nacionalizada en noviembre de 1963 y convertida en Museo Farmacéutico de Matanzas el primero de mayo de 1964.

Las fórmulas fuero anotadas por los escribanos Carlos Morales, José Fernández, L. Dubrocq, José Calzadilla Ortiz, Roberto Gil, Victoriano J. Pérez, y José Serapio Leal y Gordillo, empleando un tipo de tinta ferrosa conocido por tinta de hierro y nuez de agalla, la perdurabilidad de la misma ha posibilitado la preservación de los textos hasta la actualidad.

Los libros miden 45 centímetros de largo por 31 centímetros de ancho, y la amplitud promedio es de 700 páginas foliadas.

El Fondo Documental Libros de Asentamiento de Recetas está conformado por manuscritos que recogen prescripciones preparadas en las Farmacia San Rafael, Nuestra Señora de Regla y la Botica Francesa del Dr. Ernesto Triolet, desde agosto de 1873 hasta el 16 de enero de 1964, en ellos aparecen asentadas las prescripciones realizadas por prestigiosos doctores, el número consecutivo dado a cada fórmula, su composición, el precio, la fecha y en ocasiones la persona o institución para quien se hacía.

Este fondo es único e irremplazable, ha resultado de mucha utilidad en nuestros días para la realización de estudios de Medicina Natural y Tradicional y en la Industria Farmacéutica, por lo que su desaparición o destrucción constituiría un daño irreparable, advierte Marcia.

«La inclusión de este fondo documental en el Programa Memoria del Mundo garantizaría su divulgación a nivel mundial, posibilitando que muchas personas lo conozcan y puedan estudiarlo y usarlo en beneficio de otros, pues permite un redescubrimiento de quehaceres medico farmacéuticos que son beneficiosos para la salud en nuestros días en cualquier lugar», concluye la Directora.