Homenaje que en Santiago de Cuba dedicó el pueblo cubano al Comandante en Jefe Autor: Roberto Suárez Publicado: 04/12/2017 | 10:45 pm
José Ángel Fernández Castañeda era un niño de prescolar cuando veía por la televisión a ese hombre de verde olivo que inspiraba respeto, y preguntaba a su mamá sobre él; así conoció y aprendió a admirar a Fidel.
Hoy, con 20 años y convertido en estudiante de segundo año de Derecho y presidente de la Federación Estudiantil Universitaria en la casa de altos estudios de Oriente, asegura que el líder histórico de los cubanos es para los nuevos mucho más que una referencia.
«Es ese ser justo, humano, internacionalista, solidario, que creía en el hombre y estaba con el pueblo día a día, y que las nuevas generaciones debemos aspirar a imitar».
Los jóvenes debemos proponer, opinar —insiste—; es nuestra manera de transformar la sociedad en busca del socialismo próspero y sostenible al que aspiramos. Y Fidel es nuestro mejor patrón en ese actuar cotidiano.
Esa es la forma en que los universitarios podemos reafirmar que no somos relevo, sino continuidad. Por eso estamos en esta plaza, ratificando que jamás le defraudaremos, dice.
Con semejante energía llegó, desde Palma Soriano, Lilian Fonseca González, estudiante de 6to. año de Ciencias Médicas en la filial de su municipio.
Fidel siempre estará en los corazones de la juventud cubana, sostiene. Gracias a Fidel llevo hoy puesta esta bata blanca y el día de mañana podré brindar todo lo aprendido a otras personas, tanto en mi país como en otros sitios del mundo, extendiendo el humanismo que él nos inculcó con la creación de las misiones médicas.
Frank Andrés de la Paz Villalón, profesor y dirigente juvenil del Ipvce Antonio Maceo, es de esos niños que creció admirando al líder como el padre al que se le dedicaba poemas y canciones desde el círculo infantil. Fidel nos enseñó, nos educó y hoy nos sigue iluminando con su ejemplo; por eso estamos aquí, enfatiza. Venimos a rememorar su historia, sus ideas, sus batallas, todo lo que luchó por nuestra patria y por el mundo. Su patriotismo, su humanismo, su firmeza nos seguirán acompañando.
En cambio, con sus 17 años, Manuel Sánchez Martínez, estudiante de 3er. año de Educación Especial, tuvo muy pocas oportunidades de ver al fundador de la Revolución Cubana.
Como los de su generación, para él Fidel es una referencia permanente inculcada por sus padres, sus maestros. Gracias a la labor de mis maestros y de la escuela en la transmisión de la historia, hoy, con orgullo, le llevo en el corazón, explica.
Foto: Roberto Suárez
Los jóvenes tenemos el legado de Fidel en nuestras manos —añade—; por eso, como futuro maestro, hablaré siempre a mis alumnos de su huella, que es la historia de nuestra patria. Esa será mi manera de prolongar su vida hacia el futuro.
Osmilay Pérez Reyes, joven santiaguera, llegó a la plaza como una de las maneras más humildes de rendirle tributo a ese hombre inmenso y de detalles que era el Comandante en Jefe.
A Fidel lo cita desde la emoción de haberlo conocido personalmente:
«Me desempeñé como trabajadora social y fui delegada al Foro Social Mundial que se realizó en Venezuela en 2006; en esa época participábamos en la operación Guerrillero Heroico, en los Cupet, y llevábamos meses fuera de nuestras provincias.
«En el receso de un encuentro que tuvimos en el Palacio de Convenciones, pudimos dialogar con él. Nos dijo que nos veía un poco cansados y le comentamos que llevábamos tiempo sin ir a nuestras casas.
«Preguntó quién era el que más lejos vivía, y resulté ser yo, de aquí de Santiago; al otro día nos pusieron una guagua para que pudiéramos venir, aunque fuera por un día.
«Ahí tienes la muestra de lo grande que era: un Presidente que a pesar de los tantos asuntos importantes de que debía ocuparse siempre tenía tiempo para los detalles y para ocuparse de las personas.
«Haber vivido eso es de las cosas más lindas que me han pasado, por eso no me canso de transmitírselo a mis hijos».
Continuar el legado de Fidel nos hará cada día mejores seres humanos, mejores personas, mejores estudiantes, mejores obreros», concluye.
Foto: Roberto Suárez
Abrazo interminable
SANTIAGO DE CUBA.— Un abrazo interminable entre el pueblo y su líder resultó la multitudinaria peregrinación con la que la Ciudad heroica, en representación de toda la Isla, evocó este 4 de diciembre a Fidel, en el primer aniversario de su partida hacia la inmortalidad; y que reunió a más de 300 000 cubanos del oriente del país.
Justo a las 7:15 de la mañana, encabezada por una bandera cubana gigante y otra del 26 de Julio, enarboladas por futuros maestros, partió la marcha desde la Plaza de la Revolución Antonio Maceo, el último sitio donde descansaron las cenizas de Fidel en su tránsito hacia Santa Ifigenia.
En lo adelante, los casi tres kilómetros de la avenida Patria fueron un mar de banderitas cubanas. El grito de «Yo soy Fidel» se escuchó en voces de niños y abuelos, de universitarios y combatientes.
Un bloque de 50 000 jóvenes, estudiantes y trabajadores, en magnífica demostración de continuidad, secundó a las autoridades de la provincia al frente del recorrido. Les seguirían campesinos, maestros, combatientes, dirigentes y amas de casa.
A su llegada a la necrópolis, los participantes en la peregrinación desfilaron en silencio ante el sendero de los fundadores donde Fidel sigue a la vanguardia junto al Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes; al Héroe Nacional José Martí, y a Mariana Grajales, madre de la Patria, y le depositaron flores.