NUEVA GERONA, Isla de la Juventud.— El sector agropecuario en la Isla de la Juventud repasa las experiencias de porcicultores locales con excelentes resultados productivos a fin de incorporar esas prácticas a su forma de gestión y convertirlas en la «locomotora» de la economía local.
Antonio Joaquín Pernas Pérez, delegado del Ministerio de la Agricultura en la Isla de la Juventud, informó que a pesar del impulso inversionista en las entidades estatales con el objetivo de garantizar una infraestructura que favorezca la eficiencia en la producción porcina, todavía el hombre no es consciente de su responsabilidad.
Lo anterior se deduce de un reciente recorrido por todas las unidades porcinas del territorio y la finca de la familia Escobar, una de las que aporta más de cien toneladas (t) de carne de cerdo al año. Tras la visita afloraron diferencias en las atenciones culturales a los cerdos en las cochiqueras estatales y las de esta familia.
Pernas Pérez recordó que los Escobar, junto a otros productores como Lázaro Klain y Roberto González Aleaga, muestran resultados relevantes en la crianza y entrega de carne de cerdo a la industria, sin consumir un centavo del Estado y sin deudas. «Ellos ganan suficiente dinero que les permite pagar bien a sus trabajadores y mantener en buen estado sus finanzas y la vida de sus familias», precisó.
Puntualizó que es imprescindible para la empresa estatal socialista aplicar esas experiencias a fin de ser más eficientes, atender mejor a los animales, ser más disciplinados en la utilización de la tecnología, adecuar las formas de alimentación, tener garantía de agua e higiene, tratar los residuales en armonía con el medio ambiente y manejar de manera eficiente la masa», comentó.
«A partir de esa realidad en el sector privado, nos propusimos reproducir esas buenas prácticas de los campesinos en las unidades estatales, porque nos hemos dado cuenta de que no es un problema de las formas productivas, sino de los hombres y con eso y sobre eso es que tenemos que trabajar», dijo.
El programa mejorará la imagen de las unidades estatales, eliminará las chapucerías y buscará fórmulas que estimulen al trabajador estatal a mantener sus unidades con cultura, higiene y eficiencia, para que sus resultados se reviertan en los salarios y produzcan más.