En su primer día, el foro-debate juvenil se acercó al centenar de criterios. Autor: Calixto N. Llanes Publicado: 21/09/2017 | 06:05 pm
Educación, políticas públicas, derechos, medio ambiente, participación juvenil, seguridad, información y empleo del tiempo libre, entre otros tópicos, fueron analizados este miércoles en el foro-debate convocado por el Centro de Estudios Sobre la Juventud a través de la plataforma Soy Cuba, (www.soycuba.cu).
Denominado Adolescentes y jóvenes en las Américas que queremos, el intercambio de experiencias iniciado desde el Palacio de la Computación de La Habana, forma parte de las acciones de nuestro país previas al IV Foro de Jóvenes de las Américas, que se celebrará del 8 al 10 de abril, y el cual tendrá lugar en Panamá previo a la Cumbre de las Américas.
Más de una decena de expertos de varias instituciones respondieron a las inquietudes de los internautas en esta primera jornada, pues sus organizadores aclararon que se mantendrá abierto el debate virtual hasta abril.
La educación y sus prolongaciones
Sobre el tema de la educación y sus alcances, Yanira Céspedes consideró que a nuestro continente aún le falta mucho para lograr la satisfacción plena de las necesidades juveniles, empezando por una de las fundamentales: el derecho a un trabajo digno y bien remunerado que permita crear una familia.
En Cuba, afirmó, el Código de Trabajo estipula beneficios para los recién graduados que se encuentran en período de adiestramiento; sin embargo, opinó que los salarios no son estimulantes y que es muy difícil para una persona recién salida de las aulas mantener una familia con ellos.
La diputada Lourdes Lorenzo Castro, de la Comisión de Atención a Asuntos Constitucionales, ante este planteamiento reflexionó que en Cuba el acceso a la Educación Superior es universal e igualitario, y asimismo el Estado garantiza una ubicación laboral al joven, de modo que no se vea obligado a competir en el mercado laboral.
Expresó que existe un período de adiestramiento destinado a formar habilidades y se establece una dotación salarial que ciertamente no satisface todas las necesidades, pero ello debe verse dentro del problema general que tenemos con nuestros sistemas salariales, e insistió en que el país trabaja por solucionar este problema.
Un cibernauta que se presentó como OCalderón ponderó que en un asunto como este debemos volver a Carlos Marx. «La población cubana exige resultados a partir de sus esfuerzos económicos, pero un proyecto político con exigencias sociales tiene un fundamento económico. Lo que nuestra población no siempre valora con cierta objetividad es la enorme cantidad de problemas que se deben resolver (…), con una base económica que sigue siendo subdesarrollada, y esto tiene un elemental costo sobre la realización social».
Amalia llegó hasta nuestra plataforma cuestionándose «¿cómo es posible que en América Latina haya tantos jóvenes que ni estudian ni trabajan? ¿Cómo es posible que desaparezcan en México 43 estudiantes sin dejar pistas y que, al empezar a buscarlos aparezcan otras víctimas de la violencia? ¿Cómo es posible que en América Latina no se valore suficientemente el talento y que este deba emigrar a otros continentes (no ya a otros países) para poder realizarse?... Suerte que han asumido el poder en algunos países Gobiernos progresistas, porque si no…».
René Sánchez Díaz, director de Ingreso y Ubicación Laboral del Ministerio de Educación Superior, respondió que «el problema de los jóvenes es en buena medida una responsabilidad de los Gobiernos; sobre todo deben ofertarles alternativas y particularmente educación. Coincido con lo que expresó sobre los costos de la instrucción en América Latina, en general no son sostenibles para un grupo apreciable de familias, mayoritariamente humildes y que como consecuencia generan serios problemas sociales. Con sano orgullo puedo publicar que en Cuba la situación es distinta. Los niños, como dijo un famoso intelectual latinoamericano, se pasan de felices».
Maryanis sumó otra arista con la siguiente interrogante: ¿Por qué si en Cuba hay un fenómeno demográfico que está afectando al país, no se priorizan los círculos infantiles para los hijos de las madres trabajadoras, y no se generan otros incentivos que favorezcan la natalidad en la Isla?
La experta Eva Escalona Serrano, directora de Ciencia y Técnica en el Ministerio de Educación, precisó que el Estado cubano ha hecho grandes esfuerzos para lograr esta garantía, pero que la situación económica del país no ha permitido que más del 18 por ciento de los niños estén en estas instituciones, mientras el 68 por ciento son atendidos por el Programa Educa a tu Hijo.
Otro aspecto abordado fue si existe una tendencia entre los universitarios cubanos a la migración laboral. ¿Qué elementos aducen los jóvenes para hacerlo?, cuestionó la forista Leyaní Díaz.
La Doctora Teresa Viera Hernández, directora del Centro de Estudios Sobre la Juventud, explicó que las juventudes cubanas difieren poco de las características mundiales con respecto a este tema: una parte importante de la población comprendida entre los 12 y 34 años muestra un interés por ir con carácter temporal a otras naciones, teniendo como principal móvil el conocimiento de otras realidades y culturas.
«En el área de los que son graduados universitarios, encontramos algunos que ofrecen como un nuevo móvil el hecho de lograr intercambio profesional, superación; pero no realización profesional fuera del país, como tendencia».
«La parte de nuestra juventud interesada en la migración permanente, lo hace por móviles más relacionados con asuntos familiares», agregó.
Participación juvenil: El futuro es hoy
Los internautas enviaron opiniones sobre la participación juvenil, como fue el caso del identificado como Mich3l. Este usuario preguntó: «¿Puedo abiertamente participar en la toma de decisiones nacionales con respecto a las políticas para adolescentes y jóvenes?».
Al respecto el diputado Yoerky Sánchez Cuéllar, vicepresidente de la Comisión de la Niñez, la Juventud y la Igualdad de Derechos de la Mujer, explicó que en Cuba existen diversos espacios que garantizan la participación juvenil en la toma de decisiones, desde la base hasta el máximo órgano del Estado que es la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Subrayó que mientras en otros países los requisitos para ser congresista pasan primero por la edad, la Constitución cubana permite que a los 16 años un joven sea delegado de circunscripción y a los 18 sea diputado. «Un dato importante de la composición de la actual legislatura, ejemplificó, es que de 18 a 35 años existen 52 diputados y entre 26 y 50 años hay 367. La edad promedio de la Asamblea Nacional es de 48 años».
La Doctora Teresa Viera Hernández consideró que vivimos en un país que trabaja por su niñez y juventud y esto se respalda en un cuerpo legislativo que ofrece en cada una de sus leyes, decretos, artículos y cláusulas sistemas de atención que deben ser implementados por el Estado y controlados por el Gobierno.
Viera Hernández consideró que hay que trabajar más para que lo legislado se cumpla con gusto y pertinencia, ocasionando en los destinatarios satisfacciones, y lo que es mejor, la real percepción de que existen estas políticas para ellos.
Por otro lado, Rogelio Ginebra, funcionario de la Asamblea Nacional del Poder Popular, recordó que en cada territorio existen factores político-sociales a los que se pueden llevar preocupaciones e iniciativas y exigir la debida respuesta.
Polémicas ecológicas
«El ecológico» fue el nombre de usuario elegido por el primero de los cibernautas que posteó sobre asuntos medioambientales. Su opinión fue que, más allá de las políticas impulsadas por el Citma, no se conoce mucho sobre la legislación y las asociaciones ecologistas.
Osvaldo Enríquez Pérez López, especialista del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, destacó que existen entidades que promueven la protección ambiental, como la Sociedad Cubana de Geografía, la de Geología o la Fundación Antonio Núñez Jiménez de la Naturaleza y el Hombre.
Sucel Adia, otra forista, argumentó que aunque se conoce sobre el cambio climático le preocupa «lo ajenos que algunos estamos de un problema como este, por la insuficiente información e interés».
Miriam Limia-Martínez, investigadora del Instituto de Meteorología del Citma, contó sobre los dos cursos impartidos en Universidad para todos sobre este tema, entre otras estrategias.
«Cuba es signataria de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático», especificó, y Osvaldo Enríquez Pérez López enriqueció el debate con otros datos: las primeras indagaciones del Instituto de Meteorología sobre el tema datan de 1990 y desde 2007 el Gobierno cubano realiza estudios como parte del macroproyecto Escenarios de peligro y vulnerabilidad de la zona costera cubana ante el ascenso del nivel medio del mar para los años 2050 y 2100.
Se reflexionó también sobre las multas para penalizar acciones contra el medio ambiente y acerca de las diferentes normas que protegen las aguas, suelos, bosques y la fauna del país.