La larga data de transgresiones está entre las causas que han contribuido al deterioro del sistema de abasto Hanabanilla-Santa Clara, con más de 30 años en explotación y necesitado de rejuvenecerse, como otras redes añejas de la ciudad. Autor: LAZ Publicado: 21/09/2017 | 05:53 pm
SANTA CLARA, Villa Clara.— Las dificultades en el abasto de agua a esta ciudad no radican totalmente en las conexiones ilegales, pero este añejo problema —que en vez de resolverse mantiene una alta incidencia— contribuye sobremanera a complicar la distribución del líquido.
Debido a ello, más los salideros en las viejas redes, se desaprovecha todos los días una gran parte del agua destinada a la población, que sufre la escasez mientras en las fuentes abastecedoras hay suficiente.
En este primer semestre se detectaron 36 conexiones ilegales de gran diámetro en la red de abasto a esta ciudad y a otras cabeceras municipales. Se estima que son más, aunque es difícil detectarlas.
Esto último porque las realizan en lugares intrincados o las enmascaran de manera que tampoco resulta sencillo encontrarlas, afirma Ricardo Rodríguez Leiva, subdelegado de Inspección Estatal de la Dirección del Instituto de Recursos Hidráulicos en la provincia.
Para realizar la conexión los pillos barrenan las tuberías o, simplemente, lo hacen a mandarria y, como resultado, debilitan el recubrimiento interior y exterior de hormigón de la conductora.
En el historial de estas transgresiones también se han dado casos de personas que se conectan a las válvulas de desagüe o a las que tienen la función de expulsar el aire de las tuberías, obstrucción que puede producir graves averías.
Además los salideros originan pérdida de presión, lo cual disminuye el volumen de agua.
Lo nuevo de la situación, si cabe, es que además de las conexiones furtivas —por ejemplo, para el riego agrícola o la cría de cerdos—, ahora también han sorprendido a personas que las ejecutan con el fin de hacer pocetas para refrescarse.
Como si no bastaran estas graves infracciones, de la conductora Hanabanilla-Santa Clara, cerca del poblado de Mataguá, se robaron 300 metros del alambrón que reviste la tubería, sin que se pudiera determinar quién o quiénes cometieron la fechoría. Esto provocó el deterioro de ese tramo.
A una parte de los sorprendidos in fraganti se les decomisaron las conexiones, les impusieron multas y nueve casos fueron remitidos a los tribunales.
La larga data de transgresiones está entre las causas que han contribuido al deterioro del sistema de abasto Hanabanilla-Santa Clara, con más de 30 años en explotación y necesitado de rejuvenecerse, como otras redes añejas de la ciudad.