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Se ofrece un litoral

Por el Malecón habanero se extiende una red de centros recreativos que el público tiene a su disposición durante todo el año. Para las vacaciones, las ofertas mejoran y las instalaciones se renuevan

Autores:

Susana Gómes Bugallo
Yuniel Labacena Romero

«¡Apúrate, para entrar! ¡Ponte en la cola para que cojas algo!». Así recordaba Nidia, una madre capitalina, tiempos pasados del centro recreativo El Castillito. «Es algo que ha cambiado. Antes era una locura. Hoy existen ofertas exclusivas, tratan de que el servicio sea mejor y la instalación está más cuidada», afirma.

Para quienes visitan la principal ciudad cubana, donde residen más de dos millones de habitantes, además de la numerosa población que transita diariamente, hay una opción de verano que no puede desdeñarse.

El conjunto de diversión conformado por centros como el parque Nené Traviesa, El Castillito, el centro José Antonio Echeverría y el Coopelita-Hola Ola, todos incluidos dentro del Proyecto Malecón, está ya a disposición de un verano en familia.

Satisfacer las expectativas de diversión del pueblo en la capital, sobre todo de niños, adolescentes  y jóvenes, constituye la principal aspiración de quienes trabajan en los centros pertenecientes a la Empresa de Recreación y Turismo (Recreatur).

Durante el recorrido que realizó un equipo de JR por estas instalaciones, conocimos sobre la aplicación de conceptos novedosos para el mejoramiento de la calidad y la variedad de los espectáculos, así como la apertura de otras opciones que permiten el progresivo acercamiento al principal objetivo de cada centro.

Rolando Cuéllar, jefe del departamento de Recreación y espectáculos de esa empresa, explicó el crecimiento de la entidad tras la adopción de nuevos espacios, algunos que potencian la diversión de la juventud, y significó el trabajo que se realiza para beneficio del esparcimiento.

«Tenemos la responsabilidad de garantizar una recreación sana, y al mismo tiempo rescatar lo más autóctono de las raíces culturales cubanas. Por ello hemos tratado de abrir un diapasón diverso, en base a los criterios de la población», aseveró.

Castillo de maravillas

«En este castillo de maravillas encuentro todo lo que había deseado en mis años de estudiante. ¡Felicidades!». Esas son las palabras que pueden leerse a la entrada de este centro recreativo. Están firmadas por el líder histórico de la Revolución, Fidel Castro, y datan del año 1991.

Nunca se había hecho más honor a la frase que por estos meses, en los que el público que asiste a la instalación está más satisfecho que de costumbre.

Nidia Estalella y María Fagé decidieron llevar a sus niños a festejar, por sus notas en la escuela. «Todo está muy bueno y elegante. Ahora el ambiente es mejor y más exclusivo, el servicio es muy bueno y el nivel cultural más alto», opinó Nidia.

«Me gusta ver cómo cocinan la comida al momento. Es importante que hasta los panes se preparen delante de nosotros», dijo María.

Sobre el color del lugar, Jorge Luis Carrera, su administrador, comentó que constantemente se repone, debido a la agresión del mar. «En seis meses se ha pintado tres veces, aunque ya hay partes reemplazadas con losas de piedra de Jaimanitas, que son más resistentes a la humedad».

Entre las opciones que ofrece el sitio, además de la atractiva parrillada, los niños pueden acercarse también a la sala de juegos y, quienes lo deseen, cuentan con el video-bar y su coctelería. La piscina es grande y atractiva.

Por las noches también hay fiestas en El Castillito. Los viernes tiene lugar la Discotemba y cada domingo es para los universitarios la fiesta electrónica con PMM 2.

Carrera comentó que al inicio se preguntaban si la gente iría allí sin prejuicios. «Hemos visto que ha sido diferente, por el disfrute en familia que permite. Estas iniciativas llegaron para quedarse y extenderse a todo el año».

El imperio de la diversión

El centro recreativo juvenil José Antonio Echeverría constituye todo un imperio de diversión. Posee tres piscinas por las que circula agua del mar (una diseñada solo para niños). En estas instalaciones se realiza limpieza diariamente.

Canchas de softbol, béisbol y tenis también están a disposición de los que aman el deporte. El video-bar La Descarga ofrece música y videos, además de un ambiente climatizado y nocturno que incluye coctelería en moneda nacional.

A punto de inaugurarse está el minirrestaurante El Criollito. La Soda Obispo goza de gran aceptación por la calidad del helado y los módicos precios, y panes, refrescos y confituras pueden hallarse en la cafetería La Arboleda.

«La acogida del público ha sido muy buena por las diversas opciones que tenemos. Constituye un salto cualitativo en la recreación que brindamos y lo hemos confirmado en diálogo con los visitantes», aseguró René Oduardo Ardí, administrador del centro.

La satisfacción puede verse de lejos. Kenia López, trabajadora de la Unión Eléctrica que visita el lugar junto a sus hijos y un grupo de compañeros, dijo que la atención es buena, así como las ofertas y precios están en correspondencia con lo que puede adquirir cualquier cubano. También destacó la variedad.

La instalación posee además un salón de baile para los jóvenes que funciona cada fin de semana. En total aprovechamiento de sus espacios, el José Antonio Echeverría puede recibir hasta 3 000 personas.

Algunos trabajadores por cuenta propia han adquirido espacios donde ubican equipos de recreo infantil.

Para niños traviesos

Una gran piscina de profundidad adecuada para los niños tiene el parque Nené Traviesa. El artista Fúster, exponente de la plástica cubana, dejó su impronta en el sitio con un arte dirigido a los niños en el área de diversiones. La cafetería también ofrece variedad de confituras y comida.

Por solo tres y cinco pesos en CUP,  respectivamente, niños y mayores pueden acceder a esta tranquila opción, que goza del beneplácito de quienes desean un ambiente seguro y agradable para sus hijos.

Reinaldo Colón, administrador del centro, declaró que los niños pueden disfrutar de animaciones, payasos, juegos de participación y música. Próximamente un parque inflable estará disponible.

Blanca del Risco ha venido con su niña de nueve años y dice que lo hace a menudo, porque le agrada el sitio. También se preocupa por el deterioro del motor que bombea agua para la piscina y sugiere que debería reemplazarse.

Ola de ofertas

Igual de atractivas resultan las propuestas del complejo recreativo Coopelita-Hola Ola, otro de los centros del Proyecto Malecón. De más reciente terminación, allí pueden encontrarse ofertas como el delicioso helado, la extensa parrillada, dos minirrestaurantes, dos pistas de baile y el Bar Mirador, con una vista acogedora y diseño interior confortable y climatizado, además de la coctelería.

Otra de las novedades será El Golfito. Su terreno recién remozado que no funcionaba hace años y  cuenta con 12 hoyos y una vista colorida, pudiera convertirse en atracción muy demandada.

Según su director, Víctor Antonio Trimiño, la reparación fue total, pues rescataron muchas áreas y además piensan incluir un espacio infantil con trabajadores por cuenta propia que brinden equipos inflables, carriolas, velocípedos y patinetas. Las iniciativas de recreación para todas las edades no faltarán.

Usted debe saber

Contrario a lo que aún muchos piensan, para acceder a estos centros no se requiere ningún carné de asociado. Todos pueden entrar, siempre que respeten sus normas de admisión. En El Castillito y el J. A. Echeverría el precio es de 25 pesos en CUP por persona; en el caso del Hola Ola, solo se pagará por los espectáculos.

Igualmente, es importante conocer que cualquiera de las instalaciones pone a su disposición cada local para aquellas personas que deseen reservarlo con el propósito de alguna celebración. El alquiler incluye acceso a las ofertas gastronómicas y debe realizarse con un mes de anticipación. En este caso los precios difieren en correspondencia con el espacio.

Y, más importante que todo: ninguna remodelación hubiera sido posible sin el esfuerzo de los mismos trabajadores de cada centro. Sin mano de obra especializada al alcance, fueron los empleados quienes dieron el paso al frente para reparar con sus manos esos sitios en los que cada día brindan amor.

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