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PINAR DEL RÍO.— Con el objetivo de aplicar a una escala detallada un sistema integrado de tecnologías para la conservación y mejoramiento de suelos y recursos hídricos, con vistas al enfrentamiento y adaptación al cambio climático, esta provincia desarrolla un polígono demostrativo en la cooperativa de producción agropecuaria (CPA) Roberto Amarán, con resultados extensibles a otras áreas de su tipo en el país.
Según Crescencio Pozo Galvés, ingeniero agrónomo del centro, este funciona como área de entrenamiento y aprendizaje para la preparación de decisores, productores, especialistas, técnicos y estudiantes en la teoría y práctica de la preservación y optimización de los recursos terrestres y ácueos.
Con tres fincas ubicadas en 201,56 hectáreas, la entidad presenta una fuerte degradación de los suelos por erosión hídrica y otros procesos, además de contar con pendientes fuertemente onduladas. Todo ello permite emplearla como espacio para experimentar metodologías de enfrentamiento a dichos efectos, explicó Pozo Galvés.
Puesta en marcha de esquemas de rotación de cultivos, empleo de barreras vivas de kingrás y caña, aplicación de materia orgánica a los cultivos, preparación de suelos con laboreo mínimo y manejo integrado de plagas e intercalamiento de cosechas, conforman algunas de las medidas de esta concepción estratégica.
El especialista aseveró que en un período corto de tiempo se ha constatado la detención de procesos de degradación de los suelos, una transición hacia su mejoramiento, incremento del rendimiento de los cultivos, y la producción en general ha aumentado sus niveles en un 25 por ciento.
Auspiciada por el Instituto de Suelos, el Servicio Estatal Forestal, las entidades de Sanidad Vegetal, Riego y Drenaje y el Ministerio de la Agricultura, la iniciativa, extendida por todo el país, pretende constituir método y espacio de enseñanza sobre cómo revertir la situación de los suelos en Cuba.
Actualmente la erosión, el mal drenaje, bajo contenido de materia orgánica, efectos de acidez, sodicidad, compactación y baja fertilidad, afectan a más del 40 por ciento de las áreas agrícolas de la nación.
