Sepelio del Doctor en Ciencias Médicas Juan Domingo Carrizo Estévez, rector fundador de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), en la Necrópolis de Colón. Autor: Marcelino Vázquez Hernández/AIN Publicado: 21/09/2017 | 05:27 pm
Ofrendas florales del Presidente cubano Raúl Castro y del Comandante en Jefe Fidel Castro, fueron depositadas este martes ante la tumba del doctor Juan Carrizo Estévez, rector y padre de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM).
En la necrópolis de Colón, en la capital, familiares, estudiantes, egresados, profesores, trabajadores de la ELAM, científicos y funcionarios del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), entre otros, dieron el último adiós al profesor Carrizo Estévez, quien falleció este lunes, justo el día que cumplía 64 años de edad.
Banderas de diversos países y el eterno agradecimiento de estudiantes y galenos de diferentes latitudes preparados en el proyecto de la ELAM, estaban presentes en la despedida del "profe", como cariñosamente lo llamaba ese "ejército de batas blancas".
Desde este lunes, en la funeraria de Calzada y K, en la barriada capitalina de El Vedado, miles de jóvenes y el colectivo de la referida institución, colegas y amigos, honraron a este hombre sencillo, humano, solidario y revolucionario cabal, nacido en el municipio villaclareño de Yaguajay.
En las últimas horas, rindieron guardia de honor José Ramón Balaguer, integrante del secretariado del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, y Marcia Cobas, Cristina Luna y Roberto González, vicetitulares del MINSAP.
Al despedir el duelo, González rememoró que desde su fundación el 15 de noviembre de 1999, por iniciativa de Fidel, Carrizo Estévez fue el rector de la ELAM, ejemplo de integración latinoamericana que ya ha formado a más de 10 mil jóvenes.
Destacó su extensa trayectoria dedicada a la docencia, reconocida nacional e internacionalmente.
En nombre de la gran familia de la ELAM, la doctora Nidia Teresa Cañas, de El Salvador, egresada de la tercera promoción, aseveró: «Profe, usted permanecerá en cada uno de nosotros, vivirá siempre en nuestros corazones, somos y seremos tu inmenso legado de la humanidad».
Entre las disímiles coronas estaban las del MINSAP, el cuerpo diplomático acreditado en Cuba, de instituciones y las de los alumnos de la ELAM, confeccionadas por ellos con las flores que el doctor Carrizo siempre insistía en cuidar.