Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

¿Cambian las cosas?

La Cuba que comenzamos a vivir este 2012 no es la misma de ayer siendo, en esencia, igual. La paradoja no es difícil de interpretar. Cada vez sorprende más lo que aparece en la Gaceta de la República, y sobre todo, lo que todavía no ha aparecido, ni se ha escrito y, de seguro, habremos de escribir

Autor:

Luis Sexto

Una tendencia común entre nosotros ha sido actuar, o exigir actuar, con la rapidez de un corredor de cien metros lisos. Somos hoy un archipiélago impaciente. Y al parecer no nos place cambiar con la lenta y constante tarea de la gota de agua sobre la piedra. Preferimos la rapidez con que algunos pasan de la ropa de faena a la muda de salir.

A la pregunta de si cambian las cosas en Cuba, posiblemente la opinión negativa o dubitativa tenga un número estimable de adeptos. Porque, como la transformación, o la renovación son términos que por lo común incluyen la gradualidad y rechazan la erupción, tal vez nada de cuanto se ha renovado hoy en Cuba posea relevancia, porque todavía no ha ocurrido «algo grande». Y qué es eso grande que algunos dicen que no ha pasado. ¿Cuál es esa prueba sin cuya ocurrencia nada de cuanto se ha decidido y legislado en Cuba implica pasos hacia el mejoramiento de nuestra sociedad, de modo que sea más inclusiva, más abierta, con mayores espacios para las fuerzas productivas? Tal vez alguien espere un acto en que de pronto la contraseña sea el «sálvese quien pueda» del capitalismo en país pobre. ¿Es esa la forma apropiada para insuflar vigor a la esperanza?

Lo «grande» que algunos piden puede, a destiempo, semejar una explosión o una implosión. Y no creo exagerar. Y debo advertir, si mi opinión fuera atendible, que cambiar o renovar un organismo en nuestra circunstancia supone un proceso que excluye la demolición. Esto es, nada se podrá modificar echándolo abajo de un golpe. Si ello sucediera, el cambio no sería dentro de la misma armazón, sino en un nuevo esqueleto, y ya, desde luego, no seríamos los mismos.

Hemos de desconfiar, pues, de las inspiraciones, de las piruetas de las varitas mágicas o de las soluciones de Aladino, y sobre todo de las propuestas de cuantos piensan más en sus intereses, en sus ilusiones o posiciones perdidas. Considerando lo candente y contaminado de las aguas en que Cuba hoy navega, saquemos al aire una brújula que explique nuestra realidad y facilite hacer lo que los tiempos permiten. Dos o tres preguntas, o muchas más que dejo a decisión de quienes necesitan convencerse, servirían para orientarnos: qué somos, a dónde queremos ir, qué nos falta, en qué tiempo podremos llegar. Y, sobre todo preguntémonos en qué situación mundial se inscribe hoy nuestro país, y en cuánto puede dañar a Cuba la crisis económica global del capitalismo y su natural correlato: la acometida de las potencias occidentales, encabezadas por los Estados Unidos, cuya geopolítica se fundamenta en una institución bélica y belicista que, al pronunciarse, semeja el estallido de una bomba sorda: OTAN.

Hoy, según la juzgo, Cuba no es el esquife endeble al que aludió José Antonio Ramos hace décadas; no es ya aquel esquife a punto de embarrancarse en los acantilados de la Florida, como también aludió, en un instante de claridad, Jorge Mañach. Rige, desde mi punto de vista, una verdadera voluntad de cambiar; de hallar ese punto de equilibrio que deje atrás prácticas nocivas o estériles; prácticas retardatarias o irracionales que al ser superadas permitan pasar de una economía de subsistencia, a una economía de crecimiento que incluya el desarrollo dentro de un estado de igualdad y justicia como garantías de la libertad, en un socialismo que habrá que irse descubriendo en relación estricta con la realidad. Porque la búsqueda de una sociedad equilibrada se encuentra mediante el equilibrio de las acciones. La teoría por la teoría puede conducir a lo mismo que el país ha programado transformar. Y por tanto ese equilibrio no será una posición, sino la lucha por no caer en uno de los extremos. Los extremos son implacables. Desde ellos puede estigmatizarse, incluso echarse a perder el proyecto de actualización de la sociedad cubana.

No soy iluso, ni ingenuo, que son los insultos aparentemente benignos con que a veces unos u otros pretenden invalidar el juicio opuesto al suyo. No obstante decretos leyes tan principales que aumentan el espacio democrático de los ciudadanos, como la venta de casas y de autos, y otros como la extensión del trabajo por cuenta propia, la venta directa de los productores agropecuarios a los establecimientos del turismo, los créditos bancarios a productores para invertir y a ciudadanos para edificar sus viviendas, a mi juicio, sin ilusionarme en exceso, resulta previsible un período de contradicciones y paradojas. Pues si hablamos de proceso, de gradualidad para aplicar la estrategia aprobada en el Sexto Congreso del Partido y que tuvo como fundamento más de setecientas mil sugerencias de la ciudadanía; si hablamos de proceso, pues, lo que ha ganado vigencia legal hasta este minuto, es solo una mínima parte del programa. Por tanto, es natural que aún suframos contradicciones.

Basta un ejemplo. Una persona muy inteligente me comentaba que ahora los barberos, al ser propietarios de su trabajo, cobran diez pesos por pelado. Antes, una tabla prescribía el precio: 80 centavos. Casi todos los clientes daban más, pero los barberos no podían pedir más, al menos, en estricto apego a los precios establecidos legalmente. Claro, es una paradoja. Un barbero típico, en cuatro días gana lo suficiente para pagar los impuestos, la tarifa del local y los costos de insumos. ¿Cuánto más ganará comparando sus ingresos con el salario mínimo de los trabajadores? Es, así, una paradoja, dijo. Y asentí. Y como esas hay muchas. Porque para que las proporciones sean justas, habrá que, como se expresa en los Lineamientos, incrementar la productividad, reajustar salarios, avanzar en la unificación monetaria, reorganizar las empresas estatales, pagar verdaderamente por resultado… En suma, habrá que experimentar más o menos contradicciones hasta tanto se complete la implantación del sistema y se consolide. ¿O acaso queremos meternos en la casa, con solo los cimientos echados?

Supongamos, además, que en el trayecto necesariamente surgirán modificaciones y ajustes con la intención de adecuar la evolución según el criterio de la práctica. La flexibilidad se convertirá en la batuta de esta orquesta para que sus instrumentos suenen armónicamente. Una batuta que no vacile en admitir el chirrido de una nota que trata de aparentar ortodoxia. Y ante oído tan sutil, dígolo por caso, el decreto ley 259 debería seguir transcurriendo hacia que los usufructuarios se aposenten en la tierra, porque quién podrá sentirse estimulado con sus cultivos a dos, tres o más kilómetros de su vivienda.

Y afrontaremos distorsiones. No es de menor importancia el hecho de que muchos de cuantos concretan la actualización en las bases y en los planos intermedios, no comprenden, no interpretan acertadamente, o la mentalidad de algunos se resiste a dejar su acomodamiento e introducirse en un orden exigente donde la rendición de cuentas y la honradez no serán más lentejuelas de obra teatral.

¿Cambian las cosas en Cuba? Si yo lo dudara sería por mi pesimismo, por mi corta vista, o intereses incompartibles con los intereses dominantes, y para entender y apoyar las tendencias más creadoras, más empeñadas en cambiar, yo tendría que cambiar. Pero, a mi modo de ver, con la experiencia de más de 40 años acompañando la combatida, irregular, audaz historia de la Revolución Cubana, me parece que Cuba no es la misma de ayer siendo, en esencia, igual. Esta paradoja no es difícil de interpretar. Cada vez me sorprendo con lo que aparece en la Gaceta de la República, y sobre todo me sorprenderé con lo que todavía no ha aparecido, ni se ha escrito y, de seguro, habremos de escribir. Y me doy cuenta de que la esperanza se edifica con pequeñas grandes cosas. Día a día.

Hacia una nueva mentalidad

—Sin el menor afán de chovinismo, considero que Cuba está entre el reducido número de países del mundo que cuentan con las condiciones para transformar su modelo económico y salir de la crisis sin traumas sociales porque, en primer lugar, tenemos un pueblo patriótico, que se sabe poderoso por la fuerza que representa su unidad monolítica, la justeza de su causa y preparación militar, con elevada instrucción y orgulloso de su historia y raíces revolucionarias.

—Sin que las personas sientan la necesidad de trabajar para vivir, amparadas en regulaciones estatales excesivamente paternalistas e irracionales, jamás estimularemos el amor por el trabajo.

—Nos enfrentamos a realidades nada agradables, pero no cerramos los ojos ante ellas. Estamos convencidos de que hay que romper dogmas y asumimos con firmeza y confianza la actualización, ya en marcha, de nuestro modelo económico, con el propósito de sentar las bases de la irreversibilidad y el desarrollo del socialismo cubano.

—Hoy más que nunca se requieren cuadros capaces de llevar a cabo una labor ideológica efectiva, que no puede ser diálogo de sordos ni repetición mecánica de consignas; dirigentes que razonen con argumentos sólidos, sin creerse dueños absolutos de la verdad; que sepan escuchar, aunque no agrade lo que algunos digan; que valoren con mente abierta los criterios de los demás, lo que no excluye rebatir con fundamentos y energía aquellos que resulten inaceptables.

—La unanimidad absoluta generalmente es ficticia y por tanto dañina. La contradicción, cuando no es antagónica como es nuestro caso, es motor del desarrollo. Debemos suprimir, con toda intencionalidad, cuanto alimente la simulación y el oportunismo. Aprender a colegiar las opiniones, estimular la unidad y fortalecer la dirección colectiva, son rasgos que deben caracterizar a los futuros dirigentes de la Revolución.

—Si hemos arribado a la conclusión de que el ejercicio del trabajo por cuenta propia constituye una alternativa más de empleo para los ciudadanos en edad laboral, con el fin de elevar la oferta de bienes y servicios a la población y liberar al Estado de esas actividades para concentrarse en lo verdaderamente decisivo, lo que corresponde hacer al Partido y al Gobierno en primer lugar es facilitar su gestión y no generar estigmas ni prejuicios hacia ellos, ni mucho menos demonizarlos, y para eso es fundamental modificar la apreciación negativa existente en no pocos de nosotros hacia esta forma de trabajo privado.

—Otra tarea en la cual, a pesar del avance logrado, falta mucho por hacer es la atención a las distintas formas productivas en la agricultura, de modo que se eliminen las diversas trabas existentes para potenciar las fuerzas productivas en nuestros campos y que, en correspondencia con el ahorro en la importación de alimentos, los agricultores obtengan ingresos justos y razonables por su sacrificada labor, lo cual no justifica que se impongan precios abusivos a la población.

—Y soy un defensor de la lucha contra el secretismo, porque detrás de esa adornada alfombra es donde se ocultan las fallas que tenemos, y los interesados en que sea así y siga así… Por eso, ¿secretismo? No. El que quiera guardar secretos de sus propias deficiencias que luche y dedique ese gran esfuerzo en evitarlas —me refiero a las deficiencias.

—Estoy convencido de que la corrupción es hoy uno de los principales enemigos de la Revolución, mucho más dañino que la actividad subversiva e injerencista del gobierno de Estados Unidos y sus aliados dentro y fuera del país.

—Continuaremos haciendo realidad todo lo acordado, sin prisa, pero sin pausa, con la integralidad y gradualidad requeridas, sin apresuramientos ni improvisaciones, contribuyendo a la superación de la vieja mentalidad dogmática y corrigiendo oportunamente los errores que podamos cometer.

—América Latina y el Caribe avanzan hoy hacia nuevas y superiores formas de integración, con la convicción de que nos une la defensa del derecho de los pueblos de la región, como parte inseparable del proyecto soñado por los próceres de nuestra independencia.

—Continuamos avanzando en el restablecimiento de la credibilidad internacional de nuestra economía, mediante el estricto cumplimiento de las obligaciones financieras que resultan de la renegociación de deudas con los principales acreedores, política que proseguiremos reforzando en lo adelante.

—Con ecuanimidad y paciencia, nos dedicaremos a cumplir los acuerdos del Congreso mientras transcurren las elecciones estadounidenses. Sabemos que el bloqueo continuará y que se incrementará el financiamiento y los intentos de convertir a un puñado de mercenarios en una oposición desestabilizadora, pero eso no le quita el sueño a un pueblo revolucionario como el nuestro, instruido, armado y libre, que no renunciará nunca a defenderse.

(Diversos pronunciamientos de Raúl desde que realizara la clausura del IX Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas, el 4 de abril de 2010)

Cuba se actualiza

Entre las más importantes decisiones legales y transformaciones adoptadas en los últimos tiempos que apuntan hacia la implementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, aprobados en el VI Congreso del Partido se encuentran:

La entrega de tierras estatales ociosas en concepto de usufructo a personas naturales o jurídicas, las que serán utilizadas en forma racional y sostenible de conformidad con la aptitud de uso del suelo para la producción agropecuaria. Durante un reciente análisis del Consejo de Ministros se anunciaron cambios a esta disposición, incluyendo el tiempo de disfrute del usufructo, para incentivar la permanencia de la fuerza en el sector agrícola. En la misma reunión se debatió el funcionamiento de las Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC) y se anunciaron medidas para garantizar su autonomía y desatar las amarras que hoy las mantienen maniatadas. La política es situar en igualdad de condiciones para producir a todas las formas de propiedad.

Ampliación significativa del trabajo por cuenta propia a más de 181 actividades. A lo largo del último período se adoptaron importantes facilidades para estimularlo.

Se eliminaron las prohibiciones y flexibilizaron los trámites para la transmisión de la propiedad de vehículos, por compraventa o donación, entre cubanos que viven en el país y extranjeros residentes de manera permanente o temporal. Hasta el pasado 30 de noviembre se habían realizado en el país 3 390 actos de compraventa y 1 040 donaciones.

Se eliminaron las prohibiciones para la compraventa de inmuebles y se flexibilizan los trámites referidos a otros procedimientos de transmisión de la propiedad como donación, permuta y adjudicación, en caso de que el propietario fallezca, abandone el país o se divorcie.

Se aprobaron una nueva política crediticia y otros servicios bancarios a particulares para producciones agropecuarias, el ejercicio del trabajo por cuenta propia, la construcción de vivienda y otros modelos de gestión. La concesión de estos créditos bancarios será en moneda nacional.

Se derogaron las Regulaciones Migratorias Internas para la ciudad de La Habana, mediante las cuales se limitaba el traslado permanente de personas provenientes de otras provincias hacia la capital.

Se aprobó extender un nuevo modelo de gestión en las unidades de barberías y peluquerías de uno a tres sillones, subordinadas a las empresas provinciales de Servicios Técnicos, Personales y del Hogar. Los empleados de estas unidades pasaron a considerarse trabajadores por cuenta propia, y estarán vinculados a las empresas provinciales de Servicios Técnicos, Personales y del Hogar por medio de contratos de arrendamiento de locales, cuya suscripción es imprescindible y constituye una responsabilidad de ambas partes.

Se autorizó la venta directa de productos agrícolas a entidades turísticas por parte de Cooperativas de Producción Agropecuaria (CPA), Cooperativas de Crédito y Servicios (CCS), Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC) y empresas estatales que tienen en su patrimonio organopónicos, sin necesidad de comercializarlos a través de una empresa estatal.

A partir de este 1ro. de enero los trabajadores asalariados de las empresas provinciales de Servicios Personales, Técnicos y del Hogar de las provincias de Pinar del Río, La Habana,  Matanzas (solo en la península de Hicacos en una primera etapa), Villa Clara, Ciego de Ávila y Las Tunas,  se incorporarán al sistema de gestión económica de arrendamiento de locales y áreas,  pasando a convertirse en trabajadores por cuenta propia. Dicho sistema se irá extendiendo paulatinamente al resto de las provincias en el 2012. Los trabajadores que se integran al nuevo sistema son: aserrador, carpintero, cristalero, enrrollador de motores, bobinas y otros equipos, fotógrafo, reparador de artículos de joyería, reparador de colchones, reparador de enseres menores, reparador de equipos eléctricos y electrónicos, tapicero, tornero, amolador, cerrajero, hojalatero, lavandero o planchador, limpiabotas, operador de compresor de aire, ponchero o reparador de neumáticos, relojero, reparador de bicicletas, reparador de equipos de cocina, reparador de paraguas y sombrillas, reparador y llenador de fosforeras, zapatero remendón y otros ejercicios aprobados para el trabajo por cuenta propia.

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