Los jóvenes reafirmaron su compromiso con el futuro de Cuba y su Revolución. Autor: Calixto N. Llanes Publicado: 21/09/2017 | 05:03 pm
El tradicional recorrido desde la Escalinata de la Universidad de La Habana hasta La Punta vuelve a ser historia entre miles de estudiantes de la capital cubana. Como cada 27 de noviembre los jóvenes marcharon en honor a quienes 139 años atrás fueron fusilados, víctimas del odio y la opresión del gobierno español que usurpaba la independencia de la Isla.
Encabezado por un bloque de más de cuatro mil jóvenes de la Universidad de Ciencias Médicas, el desfile comenzó desde horas muy tempranas de este sábado hasta llegar al mausoleo en La Punta, en tributo a Carlos de la Torre, Anacleto Bermúdez, Alonso Álvarez, Pascual Rodríguez, José de Marcos Medina, Ángel Laborde, Eladio González y Carlos Verdugo, los ocho estudiantes de Medicina asesinados.
Carlos Rangel, presidente de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) en Ciudad de La Habana, destacó que este acto es una muestra del sentir de los cubanos ante las injusticias que han sido cometidas por los poderes hegemónicos a nivel mundial, y demuestra la incondicionalidad de las nuevas generaciones a defender, junto a Fidel y la dirección histórica de la Revolución, las conquistas de nuestro sistema social.
Señaló la importancia de que los jóvenes ponderen el conocimiento de la Historia y la cultura integral, como herramientas imprescindibles para enfrentar las prácticas neoliberales, y ser mejores profesionales, capaces de llevar adelante al país.
Jesse Asom, presidente de la FEU de la Universidad de Ciencias Médicas, subrayó que en cada día de estudio y trabajo, los jóvenes se hacen eco de la eterna evocación a los estudiantes fusilados.
«Con cada médico internacionalista, con la labor asistencial de los profesionales de la salud cubana, se demuestra la esencia de nuestro sistema socialista, en el que ayudamos a quien lo necesite, no con lo que nos sobra, sino con lo que tenemos», significó.
En toda la nación se realizaron este sábado mítines, marchas patrióticas y otras acciones, como homenaje de la juventud a sus mártires, y como un canto único a ese himno de la vida al que exhortara José Martí en su discurso Los Pinos Nuevos, el 27 de noviembre de 1891, «ante la tumba inolvidable de los estudiantes de Medicina».