Luis Sexto, Premio Nacional de Periodismo José Martí. Autor: Roberto Suárez Publicado: 21/09/2017 | 05:01 pm
Los buenos periodistas parecen llevar siempre una sala de redacción a cuestas. Anuncian los últimos acontecimientos, señalan el filo o bálsamo de estos para el entorno cercano y mayor; corrigen un titular, diseñan la plana; ponen el alma en la rotativa que será reportaje, y comentario de otros, y abrigo, y consuelo, y otra vez texto de prensa caliente, cocido en el horno del pensamiento avizor...
Los buenos, digo, al sentir de Kaspuscinsky los únicos verdaderos de este oficio, asumen como Luis Sexto que narrar lo insólito es una carrera larga, larguísima, y se va la vida en ello.
La Peña Rebelde, el espacio creado por JR para compartir las voces más relevantes que han ideado su derrotero en estos 45 años, tuvo como invitado este jueves al profesor que coloquia los viernes con nuestros lectores y filosofa en su ventana de papel sobre la cal y la arena del país.
El espacio de confluencias, que arrancó con el documental Bajo el mismo techo, de la realizadora Talía García, fue como un surtidor delicioso de esencias periodísticas. «Es que yo tengo alma de predicador», admitió el profe Luis. Y los que lo conocen asintieron, pensando tal vez en cuántas veces lo han visto esparcir con vehemencia y sabiduría los secretos de la profesión.
«La independencia de un periodista tiene que estar a salvo de todo»; «hay que evitar las vistas frontales, más bien debemos colocarnos en el ángulo para ver en profundidad»; «una nota de 20 líneas puede ser una obra de arte»; «la preocupación por la forma no es para nada asunto menor»; «se debe salir, cada día, a buscar la vida»; «la escalera de este oficio se sube peldaño a peldaño»; si hacemos bien aunque sea a un solo lector con nuestro trabajo, si al menos alguien palpita en sintonía con nuestro corazón, estará cumplida la misión que nos toca»...
Y así, como quien dice nada diciendo todo, se nos fueron dos horas de tertulia. Y el invitado evocó su paso por medios como LPV, Bohemia, Prensa Latina, Trabajadores... Y hasta leyó un poema donde se preguntaba: «¿qué he de hacer con la ternura?», como si ya no hubiera hecho tanto.
Adquirimos sus libros. Lo escuchamos. Y cada quién se llevó la maleta del corazón un poco más llena.