Vacunas contra el virus A H1N1. Autor: Roberto Suárez Publicado: 21/09/2017 | 04:57 pm
Aunque la vacunación contra el virus pandémico A H1N1 no concluirá en nuestra patria hasta el próximo sábado, Cuba está considerada ya como el primer país de Latinoamérica cuyos habitantes de mayor riesgo o integrantes de los grupos priorizados según su vulnerabilidad física, se han vacunado, con una cobertura de un 99 por ciento de las 14 provincias y el municipio especial Isla de la Juventud y una eficacia que se acerca al 85 por ciento.
Lo anterior fue expresado en conferencia de prensa efectuada en la mañana de este martes en la sede del MINSAP, en Ciudad de La Habana, por el doctor Miguel Ángel Galindo, asesor del Programa Nacional de Vacunación y la doctora Milagros León, Directora Nacional de Enfermería, ambos de ese organismo.
El doctor Galindo, uno de los especialistas cubanos de mayor experiencia en la vacunación del Ministerio de Salud Pública, ofreció una panorámica histórica de la situación sanitaria desoladora en nuestro país antes de 1959 y cómo en estos cincuenta años de Revolución se han salvado cientos de miles de niños anualmente mediante la inmunización, hasta llegar a las 13 vacunas que cada muchacho recibe hoy para protegerse de igual número de enfermedades.
Se conoció en la conferencia que de 1 122 470 personas con mayor riesgo de contraer la pandemia del A H1N1, se han vacunado hasta el momento 1 108 469, es decir, el 98,8 por ciento de cumplimiento de tan noble tarea.
En la segunda etapa de dicha vacunación a los niños entre seis meses de nacido y nueve años —de un universo de 202 162— se han vacunado en segunda dosis ya 157 388, casi un 80 por ciento de lo previsto.
La doctora Milagros León explicó que un papel clave en este trabajo lo han desempeñado las 110 000 enfermeras cubanas, quienes han participado en la inmunización contra el virus pandémico de 80 000 embarazadas y puérperas, uno de los grupos de más alto riesgo.
Se dio a conocer que hasta la fecha se han registrado solo poco más de 3 600 síntomas o reacciones adversas en las personas vacunadas de todas las categorías con determinada vulnerabilidad, y de esa cifra nada más un 18 por ciento con cierta molestia o un mayor malestar, como ocurriría en el caso de cualquier otra vacuna.
Se puso de manifiesto que, no obstante el abnegado esfuerzo realizado por el personal de salud y la preocupación individual de los vacunados, la mejor de las inmunizaciones es la continuación cotidiana de las medidas de higiene orientadas, como el lavado de las manos, por ejemplo, y que en caso de cualquier síntoma respiratorio agudo anormal, se acuda al médico sin demora.