CAMAJUANI, Villa Clara.— Justo a las siete de la mañana, cuando los claros del día aun no estaban completamente afuera, trabajadores azucareros pertenecientes al colegio electoral uno de la circunscripción 11, de este municipio villaclareño, irrumpieron con alegría en la pequeña escuela que sirve en esta zona de sede a los comicios, para ejercer su derecho al voto.
Cargados de jabas y otros enseres necesarios para su labor, los electores llegaron hasta la mesa de comprobación, entregaron sus carnés de identidad, recibieron personalmente la boleta con el nombre de los candidatos, y procedieron al recinto en que tuvieron el privilegio de decidir por aquel que consideran con más méritos y capacidad.
Con posterioridad fueron con su boleta doblada hasta la urna para dejarla depositada allí bajo la custodia de dos pioneros vestidos de completo uniforme en este domingo sin clases, pero lleno de enseñanzas para quienes ya se perfilan como el relevo de la Patria.
Al término del ejercicio electoral, los agroazucareros manifestaron satisfacción por haber dado otra vez su aporte de reafirmación por su tierra natal, y cumplir con un deber de todo cubano que apueste por su propio futuro.
Pero por mucho que uno intentó preguntarle, se resistieron a seguir hablando. Estaban conscientes de que no debían demorarse demasiado, pues hoy la zafra, como las elecciones, reclama también fuerzas, y de seguro en la industria otros hombres estarían esperándolos con los brazos abiertos para venir rápido a votar.