Miles de jóvenes de los nueve municipios de esta provincia del oriente cubano se han movilizado en estos meses a huertos o áreas de producción cada fin de semana
SANTIAGO DE CUBA.— Desde hace seis meses el joven Alexander ha cambiado su rutina de vida. Ya no trasnocha tanto los sábados por la noche, pues sus mañanas de domingo tienen el sabor del trabajo.
Él y sus compañeros del comité de base se han convertido en asiduos a la UBPC 40 Aniversario, asumida por los jóvenes de la cabecera provincial desde principios de año, como una suerte de polo productivo para apoyar la producción de alimentos.
«Durante los últimos meses nos hemos vinculado regularmente aquí a la producción de hortalizas y viandas. La provincia y el país, necesitan en estos momentos de nuestro esfuerzo y esta es nuestra manera de demostrar que la Revolución puede contar con las nuevas generaciones.
«Hemos aprendido a valorar el trabajo del campo, nos hemos unido más como compañeros... Así, la ardua faena bajo el sol santiaguero se hace menos dura, el levantarse temprano los domingos pesa menos y uno se demuestra que puede».
La resolución de Alexander y sus compañeros no es una rareza. Desde que el impacto de los huracanes Ike, Gustav y Paloma golpeó con la fuerza de un huracán a toda la Isla, dejándonos imágenes desoladoras en el recuerdo y cuantiosas pérdidas, el empuje y compromiso de los nuevos santiagueros, a tono con lo que necesita la nación, se multiplica a lo largo y ancho de toda la geografía de este territorio.
Desde entonces, con el Sol en el bolsillo, y particularmente pegados al mundo agrícola, en el que las lluvias asociadas a los eventos climatológicos dejaron ver sus mayores efectos en la oriental provincia, andan estudiantes y jóvenes, liderados por la UJC.
Universitarios por el caféAún las aguas inundaban caminos y afectaban viviendas cuando se desató la emergencia. La aceleración del pico de maduración y la amenaza de la pérdida de miles de latas del preciado grano en las montañas del territorio mayor productor de café del país, fueron la primera secuela palpable de los ciclones.
Entonces se impuso la decisión de los integrantes de la FEU santiaguera. En centros de altos estudios como la sexagenaria Universidad de Oriente, la Facultad de Cultura Física, el Instituto Superior de Ciencias Médicas y en las sedes del Curso de Superación Integral para Jóvenes, desde el mes de septiembre y hasta principios de este año, se adaptaron planes de estudios se reajustaron tareas y las aulas y laboratorios fueron cambiados por el morral a la cintura y el frío matinal de los campos.
Un ejército de más de 1 700 muchachos, a los que se sumaron también trabajadores y dirigentes de la UJC, inundó la serranía en movilizaciones de 15 días y los fines de semana que alcanzaron a 28 campamentos.
El saldo final, fue la recogida de más de 34 000 latas del aromático grano, con el valor agregado de haber sido en muchos casos arrebatados al suelo, por las difíciles condiciones en que quedaron los campos.
El impacto de las movilizaciones juveniles, según han reconocido autoridades de la agricultura, fue considerable, no solo porque sostuvieron la cosecha en tiempos de emergencia y recogieron bastante café, sino porque el influjo y dinamismo de estudiantes y profesores llegó también hasta las comunidades serranas aledañas, a las que llevaron, a la par del esfuerzo, proyecciones de videos, actividades culturales y deportivas.
Costumbre de surcoCon el aval de haber mezclado sudores cuando más se necesitaba, al concluir la cosecha cafetalera los jóvenes santiagueros han hecho del aporte a la producción de alimentos costumbre cotidiana, en tanto más extendida más valedera en un territorio muy necesitado de incrementos productivos en este ámbito.
Así, como explicó a JR Cleydis Guerra Brenan, integrante del Buró Provincial de la UJC santiaguera, y en estrecha vinculación con las direcciones de la Agricultura, el MINAZ y la ANAP, han asumido como frentes principales de trabajo, además del apoyo a la contienda cafetalera, el impulso a la zafra azucarera, la cosecha de frutales, la siembra de viandas y hortalizas, la preparación de áreas para la siembra y la limpia y siembra de caña.
Varias decenas de miles de jóvenes de los nueve municipios, al decir del también responsable de la esfera de Jóvenes Trabajadores y Combatientes, se han movilizado en estos meses a huertos o áreas de producción cada fin de semana, con motivaciones adicionales en fechas propuestas nacionalmente como jornadas de trabajo voluntario, en saludo al aniversario 50 del triunfo de la Revolución y el primer trabajo voluntario convocado por el Che.
Con el aporte como máxima, se constituyó un contingente con los trabajadores del programa de los Joven Club de Computación y Electrónica, que se mantiene vinculado a un organopónico de la Ciudad Heroína, se constituyeron brigadas productivas entre los integrantes de la Brigada José Martí de Instructores de Arte, se activaron turnos y colectivos juveniles.
Asimismo, y con el propósito de demostrar que el gesto de los noveles no es cuestión de un día, se abanderan brigadas y columnas productivas en los municipios, que en lo adelante se vincularán regularmente a polos productivos como Los Reynaldos y Salvador Rosales, en Songo-La Maya; La Caoba, en Palma Soriano; Laguna Blanca y Baire, en Contramaestre; el Venado, en Mella y El Alambre, en San Luis, entre otros.
Después de un largo proceso de preparación, de conjunto con la delegación provincial de la Agricultura, se prevé materializar en los próximos días la apertura de dos campamentos en la zona de Laguna Blanca, principal polo viandero santiaguero, que permitirán movilizar de manera permanente, por espacio de dos meses, a más de un centenar de jóvenes de la provincia y en los que de seguro estará la experiencia y la semilla sembrada por los santiagueros que tendieron su mano fraternal a la recuperación de provincias hermanas en la Columna Juvenil 50 Aniversario, en Batabanó y la Isla de la Juventud.
En fin, costumbre de surco han adquirido por estos días los jóvenes santiagueros. En ello les va la convicción de quien se sabe a la altura de su tiempo y la tenacidad de quien siembra una semilla.