Cientos de miles de cubanos desfilaron por la Plaza de la Revolución José Martí y en otras ciudades del país, en las celebraciones por el Día Internacional de los Trabajadores
Un desfile multicolor, encabezado por los trabajadores de la Educación y la Salud Pública, las dos grandes conquistas de la Revolución en su aniversario 50, abrió las celebraciones del 1ro. de Mayo en la Plaza de la Revolución José Martí, de Ciudad de La Habana.
Estas fueron encabezadas por el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, General de Ejército Raúl Castro, así como otras autoridades del Partido y el Gobierno, y unos 2 000 invitados extranjeros, en representación de 70 países y 200 organizaciones sindicales y solidarias del mundo, entre ellos Miguel D’Escoto, presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas.
También estuvieron en la Plaza familiares de los Cinco Héroes antiterroristas injustamente encarcelados en Estados Unidos; héroes del trabajo, y una representación de los cancilleres y funcionarios participantes en la Reunión del Buró de Coordinación del Movimiento de Países No Alineados.
Banderas donde destacaron el rojo, azul y blanco de la enseña nacional, sobresalieron en el compacto desfile, que tuvo ediciones similares en el resto del país, comenzando por Santiago de Cuba, donde la marcha se inició poco antes de las siete de la mañana, frente a la Plaza de la Revolución Antonio Maceo.
En su discurso de apertura del desfile en la capital, Salvador Valdés Mesa, secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba, ratificó la decisión del pueblo cubano de construir el Socialismo, bajo la dirección del Partido, de Fidel y Raúl.
«Aún será necesario dedicar grandes esfuerzos y recursos para restañar las heridas causadas al país por los recientes huracanes, sobre todo cuando la humanidad se encuentra inmersa en una crisis económica global, a lo cual se suman los efectos del bloqueo que mantiene el gobierno de Estados Unidos, con la fracasada obsesión de destruir la Revolución», expresó Valdés Mesa.
Además, instó a la clase obrera a desarrollar una mayor consagración al trabajo, «que es la fuente principal de creación de riquezas. Más disciplina, elevar la calidad en los servicios y desarrollar una cultura del ahorro como la más importante fuente de recursos a nuestro alcance».