CIENFUEGOS.— Seguramente el veneno de su ponzoña no tiene el poder mortífero que sugería cierta película reciente, en la cual uno de los personajes metía el pie en un zapato con un alacrán en su interior y moría de forma súbita.
Ninguno de nuestros escorpiones es capaz de matar a una persona adulta con su picada, como los de los desiertos mexicanos u otros sitios. Aunque su ponzoña sí deviene eficaz plaguicida y agente de control biológico.
Incluso el de mayor talla de las más de 30 especies y subespecies nacionales tampoco asustará mucho por su tamaño, en nada parecido al del Jackelopterous rhenaniae, su predecesor prehistórico alemán de dos metros y medio, descubierto semanas atrás en la región de Renania-Palatino.
Pero el escorpión cubano, un animal con visos casi míticos en la campiña criolla, posee algo que le confiere un rango superior de interés al del gigante germano y los asesinos de las arenas.
Su veneno tiene variados efectos medicinales, ya descubiertos por nuestros ancestros. Se ha escrito que desde el siglo XVIII el arácnido se utilizaba, macerado o hervido en aceite, en remedios curativos dirigidos sobre todo al alivio de dolores y la retención urinaria.
Con el paso del tiempo y la profundización del conocimiento científico, pudo arribarse a la conclusión de que entre las virtudes de determinadas variedades figuraban, además, las potencialidades anticancerígenas.
Mejoría en la calidad de vidaUn evidente avance en la salud de 8 000 enfermos cubanos de cáncer representa el saldo del empleo del medicamento elaborado para el tratamiento de esa enfermedad a partir de la toxina segregada por la especie denominada Rhopalurus junceus.
Detrás de la obtención del medicamento hay horas de investigación y entrega total. El incremento de la población del escorpión para estos propósitos por parte de los Laboratorios Biológico Farmacéuticos, LABIOFAM, a partir de un proyecto de investigación conjunta entre el CITMA y Salud, constituye una experiencia sin parangón en otras latitudes del globo.
La alentadora noticia de los beneficios a miles de enfermos fue emitida a los medios por José Antonio Fraga Castro, director de LABIOFAM, durante el recién celebrado seminario nacional de crianza y manejo de escorpiones para el uso de su veneno contra diferentes metástasis.
En el evento desarrollado en la ciudad de Cienfuegos, Fraga explicó a la prensa que el tratamiento antitumoral, antiinflamatorio y analgésico es aplicado desde hace varios años en el sistema de salud nacional.
Los logros más significativos de las tumoraciones tratadas suelen registrarse en pacientes con cáncer de mama, próstata, cerebro, pulmón y colon, apuntó.
Ellos reciben de tres a cuatro dosis diarias de la solución fabricada a partir del veneno del Rhopalurus junceus, conspicuo descendiente nacional del artrópodo terrestre más antiguo que se conoce (se sitúa su aparición hace 400 millones de años).
En entrevista concedida al periódico mexicano La Jornada el año anterior, la doctora Neiza Verges, una de las responsables de la tarea en Cuba, indicaba que pueden distinguirse algunas tendencias entre quienes toman el medicamento.
Por ejemplo, la aparición de una función inmunorreguladora, que les ofrece mayor tolerancia a la quimioterapia y la radioterapia, con reacciones secundarias muy ligeras.
«En su mayoría, los pacientes que toman el producto mejoran la calidad de vida. Permanecen más tiempo en vigilia, son más activos, más útiles para ellos y para su familia», expresaría en aquella ocasión.
La experiencia cubana de más de ocho años en el tema no solo corrobora la efectividad de la fórmula en tumoraciones malignas, sino además en afecciones del sistema nervioso central, sin efectos colaterales adversos en ningún caso.
José Antonio Fraga reveló que en la actualidad los alacranarios nacionales disponen de 20 000 especímenes empleados en la recopilación de la toxina, si bien la cifra se cuatriplicará antes de agosto de 2008.
El doctor Fabio Linares, quien lidera el proyecto en Cienfuegos, expresa que el objetivo consiste en ingenierizar la producción de toxina de este artrópodo, y extenderla a la medicina homeopática.
Si bien deja claro que la explotación de la especie se realiza a partir de una visión que pone en primer plano su sostenibilidad ecológica, como ha sido explicado en anteriores materiales en Juventud Rebelde.