«Este es el momento de comenzar a hablar del futuro de Cuba y de los Estados Unidos, precisamente antes de las elecciones. Hay que acordar un fuerte programa para restablecer las relaciones con buena hermandad, para que cuando llegue el nuevo presidente, vea más necesarias las relaciones normales».
«No hay que esperar que sea otro el presidente de Estados Unidos; el momento del comercio mutuo es este», comentó John Parke en la finca de Miguel Ginarte. Foto: Roberto Morejón Así piensa el ganadero norteamericano John Parke Wright, para quien es un honor abrir brechas al cerco comercial del gobierno de su país contra Cuba. Nuestro diario pudo sostener una larga conversación con este apasionado defensor del cese del bloqueo, tras un encuentro fortuito en una de las fincas de filmación de la televisión cubana, donde perfilaba detalles de la participación de sus colegas en la próxima Feria Agropecuaria de Rancho Boyeros.
Hace diez años que nos visita y ahora se encontraba en la Isla para pronunciar el discurso de bienvenida a los delegados del II Congreso de Producción Animal Tropical, en el Instituto de Ciencias Agropecuarias de La Habana.
«Este es uno de los lugares más bellos del universo: hermosa Isla con miles de cayos y tesoros costeros, suelos ricos para la agricultura y ríos abundantes; solamente superado eso por el carácter noble y bueno de sus habitantes.
La hora para un comercio sin restricciones y en ambas direcciones llegó hace mucho, considera el granjero norteamericano. «La hora para un comercio sin restricciones y en ambas direcciones entre Cuba y Estados Unidos debió llegar hace tiempo. Los campesinos y los ganaderos de Cuba merecen ese intercambio.
«Mi meta desde hace diez años —que continúa hoy más fuerte que nunca— fue y es la de trabajar a fin de suministrar a Cuba el mejor ganado de carne y de leche, así como transferencia genética y apoyo científico-técnico. El ganado de carne de la Florida y de Texas es el más adecuado para las condiciones tropicales de la Isla, donde la tierra ganadera es tan buena o mejor que la de nuestros estados.
«Ya hemos enviado a Cuba ganado de leche de la Holstein Association, proveniente de Maine, Vermont, Nueva York y Pensilvania, y animales de las razas Bradford, Brangus y Beef Masters, de los ganaderos de la Florida, así como semen del Hudgings Ranch de Texas.
«Admiro a Raúl Castro Ruz por su llamado reciente a incrementar la producción cárnica y láctea. Este es un excelente mensaje para todos nosotros en la región. Podemos trabajar juntos con el objetivo de mejorar el desarrollo del rebaño bovino, compartir los logros en la ciencia animal, los pastos y el pienso. Los vaqueros de la Florida y Texas se alegran de este intercambio.
«Nuestra relación es mucho más que la venta de ganado: busca el desarrollo de la ciencia animal, el establecimiento de prósperas relaciones comerciales y el mejoramiento de la producción agrícola».
Parke, quien es uno de lo directores ejecutivos de J. P. Wright and Company, compañía autorizada por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos a viajar a Cuba, proviene de una de las familias más antiguas y adineradas de la Florida, los hermanos Lykes, cuyos vastos intereses en esas tierras han abarcado cítricos, azúcar, bancos, granjas, empaquetado de carne, distribución de gas natural y embarcaciones.
«Me agrada mucho ser un vecino cercano. Yo vivo a unas cuantas decenas de millas al norte de aquí, en Naples, Florida, estado que se sostiene hoy en la agricultura y el turismo, con una población de 17 millones de residentes y que este año recibirá a 80 millones de turistas.
«Mis antepasados eran escoceses dueños de embarcaciones que zarparon hacia La Habana en la primera mitad del siglo XIX, desde Abardeen, Escocia, vía Almería, España. Todos fueron pioneros de la agricultura en La Florida, Texas y Cuba. Importaban ganado Brahma, de la India, y Brown Swiss, de Europa. Como propietarios de embarcaciones, centraban el comercio entre 1860 y 1960 en la exportación de los productos agrícolas cubanos, especialmente el azúcar, el café y el tabaco, con Luisiana y Texas. Con la apertura del Canal de Panamá, además, exportábamos azúcar cubana en nuestros barcos hacia cualquier puerto del mundo.
«Viví y trabajé en China entre 1972 y 1982. Nuestra flota fue la primera en comenzar los servicios con la República Popular China, en 1978. Al regresar a la Florida mi meta principal fue contribuir a restablecer las relaciones con Cuba, mediante los negocios de ganadería y embarcaciones.
«Creo en la importancia de un comercio agrícola mutuo. En 1860 nuestro socio comercial era el patriota cubano Francisco Vicente Aguilera, de Bayamo.
«Después de la guerra de los diez años, en 1879, mandamos casi 100 000 cabezas de ganado de la Florida y Texas a Cuba para restablecer el ganado perdido por la guerra en la Isla. Cuando aquello los españoles nos pagaban en doblones de oro. ¡En 1860, por ejemplo, una vaca en el puerto de La Habana se pagaba ocho veces más cara que la misma vaca en el puerto de Tampa!
«En 1960, por el embargo del gobierno de Estados Unidos, tuvimos que irnos. Nuestros barcos navegaron a otros países entonces. Y a mí me mandaron para China».
—¿Es usted graduado en ganadería?
—No, en idioma chino y en Filosofía. Pero mis primos son dueños de los principales ranchos ganaderos de la Florida y en ello ocupan como el cuarto lugar en los Estados Unidos.
—¿Le han estado vendiendo ganado a Cuba?
—Sí, algunos cientos de vacas de leche, fundamentalmente a la empresa Niña Bonita, del Ministerio de la Agricultura.
—¿El Gobierno norteamericano se inmiscuye en sus negocios?
—No dejamos que los políticos de mi país se metan en nuestros negocios.
—¿Ha venido desde el principio a las Ferias en La Habana?
—Sí y ahora estoy aquí en la finca de Miguel Ginarte para ayudar a organizar el nuevo aniversario de la Feria Agropecuaria de Rancho Boyeros, en La Habana, que va a realizarse del 26 al 30 de marzo de 2008.
—¿Cuál es su mayor alegría actualmente?
—Contribuir a construir un puente entre los rancheros y ganaderos floridanos y los ganaderos cubanos.
—¿Qué posición tienen los restantes ganaderos de Estados Unidos? ¿Quieren comerciar con Cuba?
—Sobre todo los de Texas y la Florida.
—¿Qué le interesaría comprar en Cuba?
El tabaco, el ron, el mango y el plátano, figuran entre los productos que Parke quiere comprarnos. —Quiero comprar mangos para Miami, donde ahora hay dos millones de latinos y una alta concentración de cubanos. Me encantaría comprar 10 millones de mangos en cada temporada de esa fruta. Los mandaría todos en barco rumbo a Miami. También tabaco en hojas para las fábricas tabacaleras de Tampa. Igualmente ron y café: el primero para las noches y el segundo para las mañanas, en Nueva Orleans. Igualmente enviaría tabaco para New York y Washington D.C. Me gustaría comprar, además, plátano y fruta bomba. Por estar tan cercanos los dos países, ese podría ser el gran mercado para productos agrícolas de Cuba en todo el mundo.
«Soy de la Florida y Cuba es mi vecina. No necesito ningún político norteamericano que me diga cómo hacer amistades con mis vecinos. Tengo amigos cubanos en Miami y amigos cubanos en La Habana».
—¿Cuántos granjeros en su país estarían dispuestos a integrarse a ese puente entre Cuba y los Estados Unidos?
—Como se sabe, ya han venido a Cuba gobernadores de varios estados norteamericanos. ¡La luz está verde para la amistad mutua!
—Usted sabe que el bloqueo es una ley aprobada por el Congreso. Habría que cambiarla. ¿Conoce algún grupo de ganaderos que esté influyendo sobre los congresistas?
—La única manera que yo veo de implementar un cambio, es el negocio, el comercio en ambas direcciones. Tengo mis botas puestas para eso y el caballo ensillado, listo para montarlo y cabalgar, si hiciera falta, desde Baracoa hasta Pinar del Río. En estos momentos acometemos muchas acciones. ¡No estamos esperando por nadie!