«No me gusta hablar de la solidaridad nuestra con ellos —reveló— al contrario, prefiero hablar de lo que ellos han hecho por nosotros», dijo Fidel en la entrevista de la Televisión Cubana.
El mandatario cubano rememoró cuando visitó el país asiático, donde sintió un gran calor, solo comparable al de Tanzania.
«Recuerdo —dijo— que pasé por el aire, la única manera de viajar era en avión. Iba viendo los puentes, los cráteres de las bombas, todo lleno de huecos. En los arrozales se apreciaban los efectos de las bombas de racimos lanzadas por los norteamericanos.
«Cuando fui, más tarde, veníamos por la parte de la carretera y auxiliamos a unos campesinos que habían sido heridos por aquellas bombas de racimo. Nosotros hicimos algunos esfuerzos, modestos, comparados con la grandeza de ese pueblo».
Fidel narró una conversación sostenida con el líder vietnamita Phan Van Dong, a fines de 1973, en la que este lloró, pensando en todos los que habían muerto en aquella guerra.
«Era un hombre fuerte —reveló Fidel—, todo un símbolo».
El presidente cubano describió la diferencia entre el ejército de liberación vietnamita y el invasor estadounidense.
«Del otro lado había medio millón de soldados entrenados. Vi fortalezas de acero, que las tomaron, y conversamos con los combatientes. ¡Qué gente experimentada, qué valor!. Con quien único no pude hablar fue con Ho Chi Minh. Fue doloroso, pero sí visité el lugar donde vivía. ¡Qué dignidad de todos los que luchaban por el socialismo!».