René de la Cruz al recibir el Premio de manos de Abel Prieto. Foto: Mildred Legrá Colón María Elena Molinet, René de la Cruz, Eduardo Arrocha y René Fernández, recibieron ayer el Premio Nacional de Teatro 2007, en un acto realizado en la Sala de Teatro Hubert de Blanck, como parte de las actividades por el Día del Teatro Cubano.
El jurado del Premio, convocado por el Consejo Nacional de Artes Escénicas, determinó por unanimidad otorgarlo a estas cuatro relevantes figuras de la escena cubana por haber entregado su vida al teatro y conquistar un lugar dentro de él.
María Elena Molinet, ganadora del Premio Nacional de Enseñanza Artística, lo recibió en reconocimiento a su alma de fundadora; René de la Cruz —Julito, el pescador, como cariñosamente le decimos—, en agradecimiento a su larga trayectoria, su oficio de actor y director teatral, y su paso por el cine y la televisión; Eduardo Arrocha, jefe técnico de Danza Contemporánea de Cuba, en homenaje a «su itinerario de producciones (...), siempre tras la belleza y la significación»; y René Fernández, artífice del teatro matancero, del Taller de Títeres de esa ciudad, y por crear y mantener al grupo Papalote, fundamental en cualquier recuento del teatro nacional.
A la entrega de los premios asistió Abel Prieto, ministro de Cultura.