Dentista famoso desde los años 40, el doctor Luis Carlos García era el odontólogo de muchas celebridades culturales de aquel momento como Toña la Negra y Armando Romeu, o personajes como Alberto Ardura y Martín Fox, quienes controlaban el cabaret Tropicana, como testaferros de la mafia norteamericana.
Además, por sus relaciones con ese mundo también atendió a artistas extranjeros como Los Chavales de España o Chiquitica & Jonson, famosa pareja de baile de la época.
Sin embargo, nadie sospechaba que detrás de esa fachada se escondía la de un militante comunista que muchas veces enmascaró a revolucionarios perseguidos.
Varias de sus vivencias y anécdotas tras más de 60 años como dentista están recogidas en su libro, en fase de preparación, En torno al sillón, el segundo que escribe, donde también se recoge parte de su trabajo en los Órganos de la Seguridad del Estado de Cuba.
Mención especial merece su relación con el Guerrillero Heroico, Ernesto Che Guevara, en cuyo enmascaramiento para cumplir sus misiones internacionalistas en África y Bolivia participó, así como el de otros revolucionarios cubanos que fueron perseguidos antes del triunfo de la Revolución.