La determinación de los parámetros hematológicos de la cotorra y el catey cubano, la reproducción en cautiverio de especies endémicas para garantizar su conservación, y otros muchos trabajos, constituyen experiencias que expondrán los ornitólogos de Ciudad de La Habana en su II Evento Científico Provincial, que tendrá lugar el día 19 de noviembre en el Museo Alejandro de Humboldt, en el Centro Histórico.
«Este certamen, donde se expondrán experiencias de veterinarios e investigadores, pero esencialmente criadores aficionados, está abierto a todos los interesados, quienes pueden asistir para aumentar su cultura en el tema», aseguró a JR el presidente de la Asociación Ornitológica en Ciudad de La Habana, Donato García.
«Estamos luchando porque las personas entiendan que criar pajaritos no es solo una actividad con fines ornamentales o comerciales, sino también una forma de perpetuar las especies, incluso algunas silvestres que si bien no deberían estar enjauladas, cuando ya lo están debe asegurarse lo mejor posible su vida.
«Además, una cosa es ‘tener’ aves ornamentales y otra criarlas, que significa estar al tanto de estas, aprender sobre sus costumbres e incluso trabajar por garantizarles un hábitat confortable», explica Donato.
CRÍA PARA CONSERVARMás de 10 000 personas pertenecen hoy en toda Cuba a la Asociación Nacional Ornitológica, que solo en Ciudad de La Habana tiene 2 000 miembros, lo cual la convierte en la delegación provincial más importante del país.
«Nosotros comercializamos aves, primordialmente para autosustentarnos, pero nunca vendemos especies autóctonas. Aunque también está prohibida su captura y cautiverio, en estos momentos algunos de nuestros asociados crían pajaritos típicos de aquí, como tomeguines y cotorras. Gracias a ellos se han podido hacer diversos experimentos sobre su reproducción en cautiverio, trabajos que serán expuestos en el Evento Científico Provincial.
«Incluso hay asociados que han contribuido con organismos institucionales como el Criadero de la Ciénaga de Zapata, Flora y Fauna o el Instituto de Ecología y Sistemática en estudios sobre estas especies. Muchos de ellos no son ni siquiera profesionales, pero los años de experiencia acumulados en la cría de aves los han convertido en expertos», explica Donato García.
De hecho, asegura el doctor Carlos Soto, médico de la única clínica de aves que existe en Cuba, que pertenece a la Asociación Ornitológica en Ciudad de La Habana, gracias a la colaboración de muchos criadores se han podido concretar diversas investigaciones.
«La importancia del trabajo y los descubrimientos realizados, como el de los parásitos que afectan a las crías de cotorras, las enfermedades frecuentes en palomas, periquitos, roseicollis y otras especies, por solo citar algunos ejemplos, han posibilitado que hasta la Facultad de Biología de la Universidad de La Habana haya cambiado sus programas de estudio para incluir a las aves en cautiverio en los planes docentes».
En la clínica ornitológica, cual típico hospital, las personas acuden con sus animales a consulta, donde además de ser atendidos por personal especializado, de ser necesario se le efectúan análisis de laboratorio, o se dejan ingresados para someterlos a alguna operación.
«Pero lo más importante desde el punto de vista científico —explica el doctor Soto—, es el trabajo que hemos incentivado desde la base, creando comisiones municipales, y en especial incentivando círculos de interés con los niños, quienes además de familiarizarse con las aves de cría, aprenden a querer a los pajaritos y se forman en el cuidado de la naturaleza».
MEJORAMIENTO GENÉTICOEn Cuba existen hoy más de 30 especies de aves que se crían en cautiverio. La mayoría son de la familia de los paseriformes (donde se incluyen los canarios), así como de las sitácidas (cotorras, periquitos) o de las columbiformes (palomas).
En el país es una tradición la tenencia de palomas, o tener en la casa un periquito, un canario. «Este último animal, por ejemplo, es conocido que se cría en cautiverio desde el siglo XVI, y es muy estimado por los españoles, quienes introdujeron su tenencia desde Islas Canarias, que precisamente debe su nombre a esta avecilla», explica el doctor Soto.
«No obstante, los canarios en cautiverio no tienen nada que ver con los que viven silvestres. En primer lugar porque el pájaro cautivo es un animal por lo general frágil, pues no sabe procurarse la comida por sí mismo y defenderse de las aves de presa. Además, precisamente su reproducción asistida por los humanos es lo que ha permitido el cruzamiento genético y lograr la variedad de colores y formas que hoy presentan».
Y es que propiciar el mejoramiento genético de las diferentes especies ornitológicas, así como incentivar la investigación científica en este campo, son también objetivos de los ornitólogos cubanos, donde los de Ciudad de La Habana son ejemplo, por sus logros.
«Nosotros no estamos a favor del cautiverio de las especies —explica el doctor Humberto Cowley—, sino de garantizarles un mejor modo de vida. Y además, es innegable que hoy la conservación para la posteridad de muchas especies pasa por su reproducción ayudada por los humanos, pues es la única forma que queda, en muchas ocasiones, para garantizar que no desaparezcan».
En esto no solo es importante la labor que realizan los investigadores, afirma Cowley, sino lo que hagan todos los asociados e incluso los aficionados, hasta los más simples, quienes a veces creen que no tienen nada que aportar, y sin embargo su experiencia los convierte en expertos.
Descubrimientos sobresalientesMiembros de la Asociación Ornitológica provincial de Ciudad de La Habana e investigadores de diferentes instituciones descubrieron que la presencia de ectoparásitos hematófagos en pichones de cotorra contribuyen a la debilidad y en muchos casos a la muerte de estos, con la consiguiente disminución de la especie.Este hallazgo es único en el país, y como el realizado para describir el cuadro hematológico de cotorras y cateyes, propuesto como premio de la Academia de Ciencias, constituye un ejemplo palpable de los logros científicos de los miembros de la Asociación Ornitológica en Ciudad de La Habana.