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OPJM en congreso Autor: Adán Iglesias Publicado: 11/06/2025 | 07:15 pm
¿Cuáles son las preocupaciones de nuestros pioneros hoy? ¿Cómo quiere que sean sus escuelas, sus aulas y la organización a la que pertenecen? ¿Qué significa soñar un futuro desde la dimensión del Che? En medio del clímax que han generado los debates del proceso asambleario Aniversario 64 de la Organización de Pioneros José Martí (OPJM), Juventud Rebelde dialogó con pequeños de varias provincias.
Coincidió una gran parte de los entrevistados en que la OPJM debe ser más dinámica, abierta hacia la comunidad, museos, sitios históricos, teatros, centros científicos y de trabajo, y hacia las universidades; y más atractiva, incluso durante las jornadas docentes, a las que podrían asistir personalidades, científicos, intelectuales y expertos de cada región.
No escaparon a los criterios agudos cuestiones como la necesidad de crear y revitalizar en cada municipio los campamentos y centros de exploradores, en los que se desarrollaban acampadas, competencias variadas, juegos de participación y actividades recreativas, en contacto directo con la naturaleza, y el sueño de volver a tener las instalaciones de verano. Otras inquietudes tuvieron un mayor peso, como los tiempos complejos que se viven y dificultan el estudio, las oportunidades que tienen los niños según los lugares en los que vivan y el conocimiento genuino de la historia.
ESTUDIAR, ESTUDIAR Y ESTUDIAR
A la altura de sus diez años María Victoria Olivera Vázquez es una de las niñas más activas de la escuela primaria 4 de Abril, en la que ha practicado varios deportes y ha sido dirigente pioneril. Tal vez por eso esta bayamesa tiene, como otros coetáneos suyos, inquietudes y sugerencias de cara a la sesión plenaria de la Asamblea Nacional Aniversario 64 de la OPJM.
«Si los niños estudiáramos más, los maestros estuvieran más contentos con nosotros», comenta ella, aunque añade que en tiempos de apagones es difícil hacerlo. «Todos los días cuando llego a mi casa mi mamá me pone a estudiar, pero los padres de otros niños no lo hacen». Por eso, esta alumna de 5to. grado cree que los líderes de la OPJM pudieran visitar a los progenitores de los alumnos para hablarles sobre la importancia del estudio.
A la vueltabajera Esmeralda Echaides Álvarez, de la secundaria básica Tomás Orlando Díaz, de la capital provincial, también le preocupa el tiempo que hoy sus compañeros le dedican al estudio. Ha sido ese precisamente uno de los principales asuntos que trajo al debate en comisiones de la asamblea en Pinar del Río, un espacio que tildó de enriquecedor, al poder intercambiar con pioneros y guías base de otros centros.
Algo parecido piensa el granmense Kevin Maury Rosales Mendoza, jefe de colectivo en la escuela primaria Amado Estévez. Para él, la principal tarea de la oganización es fomentar el estudio. «Nos prepara para la vida y también nos convertirá en hombres y mujeres de bien, entonces todo lo que hagamos tiene que vincularse con el estudio», dijo.
Amplio y diverso es el escenario de actuación de la OPJM. Donde quiera que esté un pionero, está la organización. Por eso, el enfrentamiento al
bullying, el consumo de drogas, las enfermedades de transmisión sexual, la violencia hacia el menor, el racismo y los embarazos en la adolescencia fueron cuestiones recurrentes en los intercambios.
Sobre el acoso escolar y la violencia hacia niños y niñas, el jovencito Gabriel Saez Céspedes, quien cursa el 6to. grado en la primaria guaimareña Salvador Cisneros Betancourt, explicó: «Hay compañeros de aula que molestan y se burlan de otros, incluso hasta gritan y maltratan, y no se puede permitir. No siempre hay una respuesta rápida a esto. La organización y los maestros deben tener más control sobre los alumnos indisciplinados», insistió.
ACCESO PARA TODOS
Que todos los niños tengan las mismas oportunidades fue un reclamo recurrente. El pinareño Juan Manuel Arenas León, de la secundaria básica Carlos Ulloa, así lo enfatizó. Para él lo más importante es mantenerse unidos. «Cada estudiante, cada escuela, debe saber qué pasa en las demás, cómo funcionan sus estructuras pioneriles y establecer una comunicación constante entre los colectivos, de manera que se puedan socializar las mejores experiencias y lograr una mayor participación».
El agramontino Orlin Alexey Ochoa López, de 12 años de edad y quien estudia saxofón en la Escuela Vocacional de Arte Luis Casas Romero, reflexionó
sobre la urgencia de eliminar las desigualdades en el estudio. «La organización debe discutir que los pioneros de provincia están en desventaja para vencer el pase de nivel, pues no siempre se tiene la mejor preparación, porque falta técnica y un buen instrumento. El rigor de los exámenes está por encima y eso acaba con nuestros sueños. Habrá que buscar maneras de acceder a los mejores maestros, clases y bibliografías digitales y grabadas».
La disponibilidad de los instrumentos es una preocupación para una parte nada despreciable de los alumnos de las escuelas de arte. Uno de ellos es Edmundo Frank Alemany Fernández, quien cursa el 6to. grado en la Pedro Raúl Sánchez, de Pinar del Río, y toca el violonchelo.
«Mi escuela está haciendo todo lo posible por tener instrumentos para los músicos, pero no hay suficiente presupuesto para ello. Hay muchos estudiantes que están en el pase de nivel, que ahora van para La Habana y tienen instrumentos malos; esto les dificulta hacer los exámenes.
«Creo que el proceso asambleario ha sido muy bueno; nos ha dado la oportunidad de expresar nuestras ideas con respecto a la organización. Ha hecho que uno se prepare para estar a la altura en cada uno de sus espacios».
Las limitaciones de este tipo no se aprecian solo en quienes serán artistas. Aquellos que residen en zonas rurales y los que estudian deportes también reclaman una mayor participación en concursos y eventos.
SER COMO EL CHE
El estudio de la historia fue prioridad en cada asamblea, pero ¿son conscientes los estudiantes y sus maestros de la importancia que ello entraña? No se trata solo de leer un libro de texto.
Al respecto, Sofía Pérez, de 4to. grado en el seminternado bayamés Carlos Manuel de Céspedes, resaltó la figura de Ernesto Guevara de la Serna, que no es muy conocida por todo el estudiantado. «Todos los días en el matutino decimos Seremos como el Che, pero no sabemos muchas cosas sobre él, cómo era su familia, cómo podía luchar teniendo asma, por qué fue a defender a otros países», reflexiona ella.
Estas ideas se entroncan con las de Lucía Castañeda, de la escuela primaria Conrado Benítez, en el municipio granmense de Jiguaní. «Ser como el Che es muy difícil porque hizo muchas cosas y siempre daba el ejemplo, casi no descansaba y hoy muchos se cansan fácilmente», expone. Y el pinareño Juan Manuel Arenas lo resume también: «Ser como el Che es más que un lema, es un legado, es un compromiso, es una aspiración y es un principio».
