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SANTIAGO DE CUBA.— La mayor colección de osamentas de mamíferos marinos de que se tenga referencia en un museo de la Isla, es exhibida desde esta semana en la sala de Osteología del Museo de Historia Natural Tomás Romay, de esta oriental provincia.
Se trata, según explicó a este diario José Jiménez Santander, director de la institución, de la muestra de los esqueletos completos, montados en posición naturalizada, de tres ballenas: dos cachalotes y una ballena enana y de un manatí, todos animales que recalaron en las costas orientales en los últimos años.
Coexistirán en el mismo espacio una ballena de 2,20 metros de largo, hallada en el sitio conocido como Playa Larga, en el parque Baconao, en el 2004 y los dos cachalotes, semejantes a dinosaurios para los desconocedores, por sus más de diez metros de largo; el primero de ellos encontrado en Maisí, provincia de Guantánamo, en 1978, y el otro, en la zona conocida como El Cuero, este mismo año.
A lo ya expuesto se sumará, en los próximos meses, la osamenta de otra ballena, que lleva unos diez años enterrada, también en El Cuero, en la costa suroriental, la que será exhumada y sometida a un proceso de conservación para su posterior exhibición.
Con la exposición al público de los cinco ejemplares, se espera incrementar las posibilidades de atracción y educación a la población sobre los mamíferos marinos, sus características e importancia dentro de la biodiversidad, de la sala de Osteología santiaguera, en la que también pueden apreciarse una vaca, un caballo, un oso y los cráneos de diversos animales.
La incorporación de la importante muestra es parte de las concepciones del nuevo montaje que, progresivamente, introduce en sus 13 salas el Tomás Romay, centro que este 10 de octubre cumplió 40 años de fructífera vida en favor de la elevación del conocimiento de los cubanos sobre la naturaleza.
El museo Tomás Romay fue el primer centro de ciencia creado en la Isla fuera de la capital, y en sus años de servicio ha recibido más de 3 millones de visitantes, en su mayoría niños y jóvenes, los que han podido apreciar las riquezas de su patrimonio, en el que está representado el 70 por ciento de la flora de Cuba oriental y valiosos ejemplares de reptiles, anfibios, arácnidos, entre otras especies.
