El acceso al túnel se rellena varios metros antes de su entrada para garantizar una pendiente inclinada y a la vez segura. Fotos: Roberto Suárez
Casi un metro por encima del nivel actual de la vía se levantarán por ambos lados las calles de entrada al céntrico Túnel de Quinta Avenida, uno de los tres con que cuenta Ciudad de La Habana, que conecta la populosa vía con el Malecón.
La obra, ejecutada por fuerzas constructoras de los Contingentes Raúl Roa, Blas Roca, la Empresa de Conservación de Túneles, Aguas de La Habana, la Empresa Eléctrica, ETECSA y otras, debe concluir a finales de mes, e incluirá también el trabajo en las redes de alcantarillado aledañas.
Por la parte de Quinta Avenida la calle se levantará 0,69 centímetros sobre su nivel actual, y por la de Malecón a 0,54 centímetros, lo cual elevará la altura a unos 20 centímetros aproximadamente por encima del nivel que alcanzaron las aguas en la inundación provocada por el huracán Wilma el pasado año, cuando la urbe sufrió las peores penetraciones del mar de los últimos cien años.
Así quedó el Túnel de Quinta Avenida cuando el huracán Wilma lo sepultó por completo con las aguas desbordadas del mar, algo que intenta evitarse con las actuales obras. Foto: Roberto morejón Según explicó a este diario el ingeniero Antonio Girón, proyectista del movimiento de tierras en ambos lados del túnel, ahora la calle tendrá 1,75 metros por encima de la cota, superior al 1,55 metros que alcanzaron las aguas cuando la penetración del mar.
El trabajo en el Túnel de Quinta Avenida pretende minimizar los riesgos de inundación de esta vía por efectos de las penetraciones, pero también de las lluvias intensas, pues según afirma Nancy Chávez, especialista de mantenimiento de Aguas de La Habana, también se está limpiando el alcantarillado, dándole mantenimiento a los desagües, y dragando los drenes aledaños y del propio viaducto, para facilitar la evacuación de las aguas.
Este trabajo es imprescindible para garantizar la salida de las aguas en caso de lluvias y también de inundaciones, algo que actualmente afecta con fuerza tanto a Quinta Avenida como a Línea, cuyos sistemas de alcantarillado están en muchos casos tupidos por años sin el adecuado mantenimiento.
SORPRENDER A LA NATURALEZA
Las redes eléctricas y luminarias del viaducto también están siendo reparadas Aunque en más de una ocasión el Túnel de Quinta Avenida se ha reparado, las recientes inundaciones ocurridas, especialmente las ocasionadas por el huracán Wilma, donde quedó sepultado totalmente por las aguas, así como las provocadas por las lluvias intensas de mayo pasado, afectaron considerablemente la vía.
Por eso, Walfrido Lara, subdirector técnico de la Empresa de Conservación de Túneles, explicó que también se remozará por dentro, poniendo en funcionamiento sus seis bombas de desagüe, además de pintarlo, ampliar la cantidad de luminarias, remozar su revestimiento y sus redes eléctricas.
Todo esto, junto al levantamiento del nivel de las calles de entrada, debe impedir el paso de las aguas, objetivo fundamental del trabajo, para el cual deberán utilizarse en el relleno unos 9 000 metros de tierra, según Jesús Alfonso, directivo del Contingente Raúl Roa, contratista principal de la obra.
El trabajo en el alcantarillado incluye encontrar conexiones tapadas por las pavimentaciones. A ello se suma el trabajo que se hará para elevar las aceras, el nivel de las redes eléctricas, telefónicas, pluviales y de alcantarillado, así como la labor en áreas verdes y en el asfaltado de calles, todo ello respetando el entorno y especialmente la famosa fuente de Quinta Avenida.
Un poco más allá, en la desembocadura del río Almendares, también se draga su cauce y especialmente la zona en la cual se encuentra con el mar, para garantizarle mayor profundidad, bajar el nivel de sus aguas y a su vez permitirle que asimile mejor las que drenan hacia él.
El ingeniero Antonio Girón, proyectista del aumento del nivel de las vías, afirma que subir el nivel de las vías es una de las tantas soluciones para resolver el problema de las inundaciones, y que si bien el proyecto tuvo en cuenta lo que pasó cuando el huracán Wilma, podría ocurrir un evento más catastrófico, por lo cual son tan importantes todas las obras aledañas que garantizarán que no se inunde por completo el túnel.
No obstante, la última palabra sobre este trabajo, que forma parte de un proyecto destinado a resolver la situación de inundación de toda la zona, y que continuará posteriormente con el túnel de Línea, solo podrá darla la propia naturaleza.
Conexión histórica
El reparto Miramar, unido al resto de la ciudad por los túneles de Línea y de Quinta Avenida, nació en el potrero La Miranda, de unas 145 hectáreas que pertenecía a José Morales Martínez, quien lo arrendó a los herederos del Conde Ibáñez por 600 pesos anuales. Los documentos señalan que transcurría 1901.
Fue en 1911 que Manuel José Morales, el antiguo mayoral de la finca y su nuevo propietario, solicitaron una licencia de urbanización al Ayuntamiento de La Habana, pero solo en 1916 comenzaron a concretarse las primeras mansiones, cuando ya el terreno era propiedad de Don José López Rodríguez, conocido como «Pote».
Fue el politiquero, junto al magnate Ramón González Mendoza, quien enfatizó el crecimiento de Miramar e inauguró el 27 de febrero de 1921, el Puente Miramar o «de Pote», que unió el Vedado con Quinta Avenida.
No fue hasta 1953 que el Túnel de Quinta Avenida primero, y poco después el de Línea, quitaron al puente su primacía, aunque no desapareció por completo, pues la vía que servía también a los tranvías, fue traslada más arriba de la desembocadura del Almendares, donde se construyó el conocido «Puente de Hierro».