Los que soñamos por la oreja
Aún resuenan los ecos del festival Caimán Rock y aunque sea de paso, quiero hacer mención al excelente concierto de clausura de dicho evento, en el que además del eficiente desenvolvimiento de las tres bandas convocadas para la función, los matanceros de Rice and Beans, los panameños de Factor 8 y los habaneros de Zeus (que invitaron de forma especial al ex Cosa Nostra David Blanco), creo que la estrella de la noche fue Raúl, el sonidista, quien hoy por hoy es uno de nuestros mejores técnicos en la materia y una garantía para cualquier agrupación que trabaje con él en cuanto a que tras la consola, en su caso también tendrá a un artista que domina a la perfección lo suyo.
Para seguir a tono con el espíritu del encuentro, voy a referirme esta semana a uno de los nuevos grupos cubanos que más me ha llamado la atención en los últimos tiempos, hablo de los villaclareños de Azotobacter. Fundado en abril de 2005, básicamente sus integrantes iniciales provenían de los ambientes universitarios. En la actualidad, componen la banda Douglas Pérez, quien además de ser el director general toca la batería y hace coros; el bajista Dariel Ramos, los guitarristas Marcos y Denis López; Liorki Martínez como vocalista, y una muy activa representante en Misley Rodríguez.
Algo que sorprende de la agrupación es la cantidad de conciertos que han realizado en apenas dos años de existencia, lo cual no solo obedece a la popularidad en el público cubano del estilo abrazado por ellos, una suerte de death-thrash-core, sino sobre todo a la seriedad con la que han asumido su quehacer. Quienes les han visto en los escenarios en los que se han presentado, pueden dar testimonio de la profesionalidad que les caracteriza al actuar. Buena prueba de ello fue el espacio que consiguieron abrir y llevar por varios meses en el Cabaret El Bosque, un lugar donde no solían realizarse conciertos de rock y en el que se comprobó durante el período que duró la experiencia, que una propuesta con una intención cultural como la preconizada por Azotobacter, y la gastronomía, asombrosamente también pueden llevarse bien.
Como expresión de su ir y venir por el país, ellos han intervenido en diversos eventos nacionales, como el Festival Metal Hg. (Holguín), el Ciudad Metal (Santa Clara), el Encuentro de Promotores Rock de la Loma (Bayamo), el Festín de Zeus (Ciudad de La Habana), el Pinar Rock (Pinar del Río), o el Sonidos de la Ciudad (Camagüey), entre otros. Es por lo anterior que no sorprende el hecho de que numerosos trabajos periodísticos acerca de Azotobacter aparezcan en muchos de los fanzines y webzines de rock que en el presente se hacen en Cuba.
En materia de grabaciones, la primera que se registra de la banda, al margen de que tuvo una circulación bastante limitada, es una efectuada a propósito de un concierto celebrado en Bayamo el cinco de febrero de 2006. El material lleva por título Que viva el bistec de vaca. Pocos meses después, entre abril y agosto de ese propio año, se involucran en la grabación de la maqueta denominada Welcome to machine, contentiva de tres temas y en los que evidencian la fuerza típica del death-thrash-core, con los abundantes cambios que se dan en el estilo en relación con el aire de los tiempos, pero a la vez el apego a lo que para mí continúa siendo la columna vertebral del mejor rock de siempre, o sea, los solos guitarrísticos.
En el sentido musical, me parecen muy bien facturadas las introducciones de las piezas de la maqueta, con desarrollos instrumentales que de inmediato captan la atención de quienes gustamos de que en el rock también se manifieste cierta dosis de virtuosismo. Igualmente, vale señalar que el demo, desde los particulares códigos del metal ortodoxo, rinde tributo a los británicos de Pink Floyd al acudir a un pasaje de uno de sus clásicos, Welcome to machine.
En el presente año, Azotobacter ha vuelto a entregarnos otra grabación, titulada World of pain, que estilísticamente prosigue en la línea trazada con anterioridad y en la que sobresale el corte Betrayer, escogido por la discográfica francesa Brutal Beat Down Records para un próximo compilatorio del metal hecho en Cuba.