Frente al espejo
Recientemente concluyó el Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) y continuamos recibiendo interesantes criterios sobre el papel del periodismo en nuestra sociedad. Hoy pongo a vuestra consideración uno de ellos, a propósito de la publicación en Juventud Rebelde del artículo Fieles y a la vez eternos inconformes (6 de julio), del colega Rolando Pérez Betancourt:
«Cuando aún era un adolescente, pasé una larga temporada en cama por causa de una enfermedad. Entonces, un radio VEF se convirtió en mi compañero y las emisoras de onda corta en mis preferidas. Así, pasé un tiempo leyendo y otro en contacto con Radio Moscú o Radio Pekín, Radio Tirana, la BBC, Radio Televisión Española u otras.
«Ya de adulto trabajé vinculado a la distribución de publicaciones extranjeras, las cuales leí en la medida en que el tiempo me lo permitió.
«Esas experiencias me hicieron reflexionar y adoptar una nueva forma de ver las cosas. Aprendí que de una verdad absoluta pueden derivarse muchas verdades relativas en dependencia desde donde se mire el hecho, de la formación cultural que tenga quien lo cuenta y de quien lo interprete; de la preparación, nivel y tendencia política e ideológica que tenga quien lo dice y quien lo escucha.
«Recuerdo cómo un mismo suceso era hecho noticia de otra manera por las diferentes emisoras, y busqué mi propia verdad a partir de integrar el hecho de las diversas formas en que lo escuchaba. Quizá no fuera la perfecta pero, en honor al precepto martiano que relaciona cultura y libertad, ser así me hizo sentirme más útil y preparado para entender y defender el proceso revolucionario...
«Nuestra Revolución va a cumplir 50 años dentro de muy poco. Son 50 años enseñándose y educándose a un pueblo que es 50 veces más digno por cada año de Revolución que lo que lo era cuando ella triunfó; y solo esa dignidad se ha alcanzado y se mantendrá gracias a esa Revolución. Pero nuestro pueblo está más preparado, tiene más cultura política, ha consolidado una ideología, ha adquirido una forma de ver e interpretar las cosas, y entre las cosas que ha criticado está precisamente la forma en que se le informa.
«La respuesta a mi preocupación sobre este aspecto me ha llegado de pronto, sin esperarla, en los resúmenes divulgados del VIII Congreso de la UPEC y en los artículos publicados por los columnistas de Juventud Rebelde. La lectura del suyo —Fieles y a la vez eternos inconformes— me movió a escribir y a manifestar mi gran satisfacción por lo que dicen y cómo lo dicen.
«Creo que no se puede seguir dejando espacios al enemigo, no se puede seguir dejando espacios para que el pueblo dude de la capacidad de nuestros periodistas y de la veracidad de nuestra prensa. Hay que ser inmediatos y cuando la verdad sea problemática habrá que acompañarla de oportunos comentarios o aclaraciones.
«Me alegro de ver lo que ustedes han opinado, de cómo ven el momento y por cuál posición definen una línea de trabajo. Me ha gustado lo que dice Alina Perera en Palabras sobre nosotros (5 de julio), o lo que ha dicho José Alejandro Rodríguez en Igual, pero no lo mismo (5 de julio), o lo que plantea Luis Sexto en muchos de sus artículos.
«Hay que ser diferentes, porque precisamente a quien más le ha convenido y le conviene el error es a nuestro enemigo principal y a sus aliados, entre los que podemos ubicar la burocracia, el facilismo, la doble moral y otras lacras y vicios.
«Una Batalla de Ideas ha de librarse con convicciones, y las convicciones se forman y adquieren mediante los más sencillos y justos valores que deben consagrar a un ser humano, y en eso la Revolución lleva mucho tiempo invirtiendo.
«Estoy seguro que cientos de miles de lectores tienen confianza de que a partir de ahora la historia sea diferente, en vuestro quehacer está la oportunidad de que así sea, será difícil convencer o apartar dogmas, pero no queda otro camino.
«Con estas pocas palabras, con que le ocupo un pedacito de su tiempo, le manifiesto al colectivo de columnistas de JR la más alta consideración por su trabajo, que estoy seguro comparte la mayoría de nuestros compatriotas». (Frank Ozete García)
Y antes de despedirme, quiero mencionar dos errores cometidos en recientes ediciones. En la sección Palabras que van y vienen (Celima Bernal, martes 8 de julio), se publicó «prolongado» donde debió decir «prologado». Y en Vuelo eterno (Yahily Hernández Porto, 9 de julio), se mencionó que se cumplieron 65 años del vuelo de Mariano Barberán y Joaquín Collar entre Sevilla y Camagüey (1933), cuando en realidad son 75. Agradecemos a los lectores que se comunicaron con la Redacción para ponernos sobre aviso.