Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Entre aguas albañales

Héctor García Revilla (Avenida de Acosta, No. 6, bajos, entre 10 de Octubre y 1ra., municipio habanero de 10 de Octubre) cuenta que hace más de cinco meses en el traspatio de su vivienda hay una acumulación de aguas albañales, producto del registro 24 que se encuentra tupido en Calzada de 10 de Octubre, No. 1423 (interior), entre Avenida de Acosta y Lagueruela.

Precisa que esta situación tan riesgosa y molesta, con proliferación de vectores, está afectando a todos los vecinos del entorno…

«Es inconcebible como todos los factores municipales conocen de esta situación emergente; y más ahora que existe la propagación del virus Oropouche, afirma, y asegura no entender por qué no se acaba de resolver la situación.

«Debaten en reuniones, pero las acciones que han hecho no han resuelto la situación. Son directores de entidades y de organizaciones. ¿Cuántos de ellos han tocado el problema con las manos? ¿Justificaciones? Petróleo, que hay solo dos camiones grandes…

«Aguas de La Habana en el territorio y en la provincia conocen de la situación. Pero al final nada: el cuartico está igualito, y para peor», concluye.

Más de dos años y no llega el contenedor

Milagros Deroncerés Agüero, vecina de San Antonio, No. 720, entre Calvario y Callejuela, en la ciudad de Santiago de Cuba, cuenta que es madre del colaborador de la Corporación Antex S.A., Iván Jesús Arias Deroncerés, quien cumplió misión internacionalista como médico especialista por cuatro años en la República Popular de Angola. Y defiende el derecho de su hijo de recibir lo que le pertenece como resultado de su trabajo en la nación africana.

Refiere la remitente que en el pasado mes de junio se cumplieron dos años de que su hijo concluyera su labor solidaria en esa hermana nación; y esta es la fecha en que aún no se sabe nada de cuándo arribará a Cuba el contenedor que se le asignó, como a cada colaborador, al término de la misión, para poder traer artículos varios para el hogar.

Indica que se ha ido en varias ocasiones a Colaboración Provincial, y nadie da respuesta ni trata de solventar tal situación.

«Pido por esta vía que se nos ayude, porque hablo en nombre de mi hijo y de otros compañeros que también tienen pertenencias en dicho contenedor, que es el producto de su sacrificio. Que alguien se conduela ante esta situación, responda y resuelva dicho problema», concluye Milagros.

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