Acuse de recibo
Los vecinos de la ciudadela sita en Prado 109, entre Genios y Figura, en el municipio capitalino de La Habana Vieja, están atravesando el pasillo interior de la planta baja para llegar a sus apartamentos en tablones improvisados, sobre una laguna inmensa de aguas negras. Un viejo problema de tupición que retorna cada cierto tiempo, y ahora ha hecho crisis definitiva.
Muy elocuente de esa triste e impune situación es la foto que acompaña la carta enviada por Omara de la Cruz Constantín, una de las residentes en la ciudadela de 36 habitaciones, donde viven 75 personas: 19 niños, tres adolescentes, siete ancianos (dos de ellos encamados), y 46 adultos de 20 años en adelante.
Refiere Omara que en febrero de 2021 se registró allí una tupición de agua negras, que fue reportada a la Delegada de la circunscripción y al Presidente del consejo popular. Los visitó Aguas de La Habana y les explicó que el problema, interno de la ciudadela, era competencia de la Empresa de Saneamiento Básico de La Habana (antigua Aguas Negras).
La Empresa de Saneamiento Básico se presentó y abrió una zanja desde la entrada de la calle por el pasillo hasta dentro de la habitación 5. Hicieron cambio de línea, pero dejaron a medias el trabajo. Y con la ayuda de los vecinos fue que pudo sellarse parte de la zanja, pues la entrada del pasillo aún está abierta, y con las losas apenas superpuestas.
A los tres meses volvió la tupición, y de nuevo lo reportaron a la Delegada. Pero nadie volvió. Con la ayuda de trabajadores del vecino hotel Packard, los vecinos destupieron con una cinta.
Seis meses después, a principios de 2024, la misma tragedia. Reportaron, y esa vez fue el carro bomba de Aguas de La Habana, añade Omara, y logró destupir en la red exterior a la ciudadela.
«Esta situación, afirma, es constante. Y los vecinos desde 2022 hasta la fecha nos mantenemos bajo esa terrible situación. En estos momentos tenemos serios problemas, con miedo a que la cisterna se contamine, hemos querido dar solución pero sin logro alguno.
«Ya se volvió a reportar y se presentaron la Delegada de la circunscripción y el Presidente del consejo popular. Y hasta la fecha la respuesta es que no hay petróleo para enviar el camión del carro bomba.
«El acceso a las viviendas de la planta baja se está haciendo sobre tablones, debido a la laguna enorme de aguas negras que impide el paso normal de los habitantes a sus viviendas. Es abismal la fetidez con la que se convive y el constante riesgo a enfermedades epidemiológicas.
«Necesitamos que se le dé solución inmediata, que se presente el personal especializado para que evalúe esta difícil situación en la que vivimos en la comunidad», concluye.
Hay severas carencias de combustible, pero ante el peligro y la desatención que sufren esas personas, abandonadas a su triste y menesterosa situación, nunca el no insensible puede ser la respuesta. ¿Alguna voluntad más arriba no podría ordenar y solicitar ayuda para cerrar este penoso capítulo, y que se concluya definitivamente y de raíz tan vergonzosa historia?