Acuse de recibo
«Los apagones justifican algunas cosas, pero no todas», dijo aquí el pasado 20 de mayo Jesús Miguel López, al narrar su complicada historia con el correo central de Santa Clara, como suscriptor del Juventud Rebelde dominical.
Refería que Correos de Cuba allí estableció que los pagos de la suscripción se hagan entre los días 13 y 26 de cada mes, en el horario de 8:00 a.m. a 11:00 a.m., en el cual está abierto el correo central. Y como él trabaja de lunes a viernes fuera de la ciudad, solo le dejaban dos sábados de cada mes para realizar los pagos.
El problema era, decía, que luego del paso de la COVID-19, cuando se normalizó la vida, la Jefa del Departamento de Prensa de dicho correo, que se ocupa del cobro de la suscripción y la entrega del recibo de pago, comenzó a plantearle que ella trabajaba un sábado sí y uno no.
«Cuando lograba contactar con ella por teléfono días entre semana, decía, casualmente siempre había trabajado el sábado anterior. Por tanto, el próximo no le tocaba. Y cuando la encontraba en el correo e intentaba averiguar cuál sábado del próximo mes le tocaba laborar para ir a pagar, la respuesta era: “No le puedo dar esa información, porque no la conozco”.
«Posteriormente el caso evolucionó a “no venga más a pagar los sábados, porque los sábados yo no trabajo”. Le expliqué que tendría que presentar una queja. Y la respuesta fue rotunda: “Quéjese”. Finalmente, el pasado sábado 18 de mayo, cuando me personé en el correo para realizar el pago correspondiente al mes de junio, no había electricidad.
«En cuanto entré por la puerta del correo, ya ella estaba diciendo: “Hoy no puedo cobrar el periódico porque el fondo del correo está oscuro, y no veo”. Traté de hacerle ver que no era necesario ir al fondo del correo, pues con la luz diurna en el salón de entrada era más que suficiente para cobrar y entregar el recibo de pago.
«Pero aun así, continuó negándose rotundamente a hacerlo. Cuando le planteé que apenas me iba a quedar el próximo sábado para pagar, la respuesta fue: “Haga lo que le parezca”. En ese momento, debido a la falta de electricidad, los trabajadores del correo, incluida ella, se encontraban sentados en los asientos cercanos a la puerta de entrada. Y lo narrado ocurrió delante de todos ellos», concluía.
Responde Lázaro A. Más Betancourt, director general de la Empresa de Correos de Villa Clara, que se entrevistó al cliente para evaluar su inconformidad. Y ya esclarecidos los detalles, la Empresa realizó la investigación.
Se confirmó la veracidad de la queja y se declaró Con Razón, añade. Se comprobó el maltrato y la desinformación recibida de quien se desempeña como Técnica Postal en la UEB Santa Clara 1. Por el disgusto, el cliente no contactó con la directora del Correo, ni con la especialista de Atención a la Población de la Empresa.
Indica que se adoptaron las medidas administrativas y disciplinarias correspondientes con los responsables del mal servicio y maltrato al cliente, para que hechos como este no vuelvan a ocurrir en los correos de Villa Clara.
Al cliente se le explicó el procedimiento establecido para el pago de las suscripciones: se comienza a cobrar el día 5 hasta el 25 de cada mes en la modalidad de servicio a domicilio por los carteros, y hasta el último día hábil del mes en la propia oficina de Correos, en el horario establecido de lunes a viernes de 8.00 a.m. a 2.00 p.m., y los sábados de 8.00 a.m. a 12.00 m. Y como medida organizativa se reestructura el horario y funciones de los trabajadores en la UEB Santa Clara 1.
«Con independencia del impacto de la situación electroenergética que enfrenta el país y la provincia, dice, la Empresa de Correos Villa Clara adoptó las medidas pertinentes para continuar prestando los servicios postales a la población, por lo que quedó demostrado que no es un impedimento prescindir del fluido eléctrico para prestar un buen servicio a nuestros clientes, que son la razón de ser de nuestra entidad».
Como fue un hecho aislado en la Empresa, y el cliente refirió que no había ocurrido con anterioridad, recibiendo el servicio sin dificultades desde hace varios años, a la responsable del hecho se le hizo una amonestación pública ante el colectivo de trabajadores, y se le penalizó en su evaluación mensual, lo cual implica una afectación en el pago por resultado y de las utilidades del trimestre.
Y se le cobró al cliente la suscripción correspondiente a junio, se le brindaron los números de teléfonos y correos electrónicos de Atención a la Población de la Empresa y se le ofrecieron las merecidas disculpas, concluye.