Acuse de recibo
Con el nuevo sistema de distribución controlada de alimentos y otros artículos en La Habana, que significó un golpe a los coleros, esos «profesionales del turno» se reorientan hacia las oficinas del carnet de identidad y pasaportes, las de Vivienda, Oficoda, los sellos de timbre, los cajeros automáticos y bancos, afirma Luis Gutiérrez Urdaneta.
Luis, quien reside en avenida Ciudamar, No. 18503, entre 1ra. y 3ra., reparto Ciudamar del municipio capitalino de San Miguel del Padrón, cuenta que la última oferta de los coleros es la de los turnos para adquirir las balitas de gas en los puntos de venta, aprovechando que no hay una información oportuna de Cupet ni reajuste temporal de los ciclos de entrega de ese combustible, en medio de tensas ofertas del producto.
«En la oficina de gas de Narcisa, en San Miguel del Padrón, puntualiza, las colas son de cientos de personas, con reyertas incluidas. Y ya los coleros tomaron el mando: Venden entre 300 y 500 pesos el turno.
«¿Hará falta que alguien de “arriba” les indique a Cupet y a las estructuras de los Gobiernos municipales que en estos tiempos de tanta escasez e inestabilidad de suministros deben ser buscadas soluciones que no continúen agregando nuevos surtidos de coleros y colas a nuestra ya extenuada población?
«¿Hará falta que alguien de “arriba” les indique a Cupet y a las estructuras de los Gobiernos municipales que el pueblo merece ser informado?», concluye Luis.
Yoandra Ailín Tur Parra (San Nicolás 622-B, entre Reina y Salud, Centro Habana, La Habana) desea compartir públicamente su agradecimiento infinito al personal médico y de servicio del Instituto Nacional de Endocrinología, en calle D y Zapata, en el propio edificio del hospital Manuel Piti Fajardo.
«Estuve ingresada allí durante una semana, manifiesta, y he quedado satisfecha y admirada por la dedicación de todos: Buenas prácticas a generalizar. Y en medio de tan difícil escenario, un estímulo más que necesario a quienes se consagran y dan lo mejor de sí, a pesar de todo.
«Honrar honra, nos enseñó José Martí. Y por eso quiero agradecer el trato recibido en ese Instituto. Nuestro abrazo a cada médico (profesores y residentes), personal de enfermería y técnicos de la Salud, a los responsables de la limpieza, pantristas, secretarias… a todos los trabajadores de la sala D4 del citado Instituto.
«Mis más sinceras palabras de agradecimiento por su amabilidad y atenciones profesionales y desinteresadas. Fui testigo de la buena atención con los pacientes. A todos gracias por su cercanía, su serenidad para afrontar las situaciones complejas de insumos, medicamentos y recursos.
«Gracias por buscar las mejores alternativas en función del bienestar y satisfacción del paciente. Por el cariño y la tranquilidad que ofrecen. Por los excelentes ejercicios de docencia en que se convierte cada pase de visita.
«Me sorprenden por su eficacia y amabilidad. Me gusta hacer público mi agradecimiento a todo el personal de este centro de Salud porque es buena experiencia a generalizar. Gracias, en mayúsculas, por velar por nuestra salud, a sus directivos. Sigan siendo referencia. Son un ejemplo para el país, siempre estaremos en deuda con todos ustedes», termina Yoandra.