Acuse de recibo
El pasado 21 de octubre, desde el municipio capitalino de Centro Habana, Luis Mora Carmenates elogió la iniciativa de Etecsa, la Unión Eléctrica y Cubacel con sus incentivos para que los clientes paguen sus cuentas por Transfermóvil, de manera que con bonificaciones se les hacen descuentos.
Esa forma de pago, decía, evita aglomeraciones y colas en las oficinas comerciales; y es muy beneficiosa para esas propias entidades, porque cada vez necesitarán menos personal para atender al público.
Y preguntaba por qué las empresas Aguas de La Habana y de Gas Manufacturado no se adscriben a las comodidades y beneficios de esas transacciones mediante Transfermóvil, si tantas mejoras suponen la informatización de los cobros y pagos, tanto para ellas como para los clientes.
Responde Inés Crespo Estrada, subdirectora de Gestión Comercial de Aguas de La Habana, que esa entidad desde 2007 dio sus primeros pasos con el Banco Metropolitano para la incorporar el pago de aguas y alcantarillado en el servicio de Telebanca, única modalidad de pago electrónico entonces.
Comenzó a prestar ese servicio, añade, a inicios de 2008 para los ocho municipios que en aquel momento gestionaba: Centro Habana, La Habana Vieja, Diez de Octubre, Cerro, Plaza, Lisa, Playa y Marianao, e incorporó a los siete restantes en 2016.
Cuando se puso en servicio el Transfermóvil, precisa, el pago de agua estuvo concebido desde su creación para los clientes del Banco Metropolitano. Y se extendió en 2020 al Banco Popular de Ahorro y el Bandec.
Sobre la bonificación mencionada, informa que esa empresa valora, a partir de adecuaciones que debe ejecutar en su sistema de facturación, incorporar esa ventaja para los clientes que realizan pronto pago y pago anticipado, utilizando las pasarelas de pago electrónico. En cuanto las condiciones estén creadas será divulgado.
El cliente, añade, fue visitado y se le informó todo lo anterior, al tiempo que se le facilitaron los números de teléfono para que, de ser necesario, pueda tener respuesta inmediata a cualquier nueva interrogante o sugerencia.
El pasado 19 de octubre, Guillermo de Jesús León denunció una tupición de casi un año en el sistema de aguas albañales a la salida del edificio donde vive, en Esperanza 10, entre Factoría y Suárez, La Habana Vieja. Y al tratar de destupirlo Aguas de La Habana, se detectó que era en el sistema de alcantarillado, por lo que implicaba romper un tramo de la calle para cambiar la tubería afectada.
Desde entonces, decía, no se ha hecho nada más al respecto. Se hundió un pedazo de la acera frente a la entrada del edificio, y las aguas albañales se filtran y van hacia los cimientos del inmueble, con los peligros que conlleva.
«Se han hecho múltiples llamadas a Aguas de La Habana sin resultado alguno, decía. El Gobierno del municipio conoce la situación por los planteamientos de la Delegada del Poder Popular. ¿Habrá que esperar a que se dañen los cimientos del edificio?».
Al respecto, responde Halina Guerra Castro, jefa del Departamento de Atención al Cliente de Aguas de La Habana, que en visita del Jefe Territorial de esa entidad en La Habana Vieja, se entrevistó a Guillermo, y se le explicó que esa empresa está inmersa en el programa de atentación a los 65 barrios de la capital con situación socialmente compleja.
Para la atención de esos barrios, añade, se identificaron 866 acciones, y hasta el 20 de octubre se habían ejecutado 675, para un 78 por ciento. Además, se habían solucionado 843 acciones de acueducto y 175 de saneamiento de forma no planificada. Y precisa que, dentro de las ocho acciones pendientes, está la de Guillermo de León, cuya fecha de ejecución está prevista antes del próximo 30 de octubre.