Acuse de recibo
El 22 de noviembre pasado, y desde la ciudad de Santiago de Cuba, Beatriz Martorell Cabreja contó aquí que mediante la agencia Cubapack, en La Habana, hacía un año le enviaron un split desde Estados Unidos, que aún no había recibido.
«A pesar de llamar en reiteradas ocasiones, explicaba, ahora me dicen que el envío se entregó, y no es cierto. Llamé desde Santiago de Cuba a los números de los almacenes de Berroa, y nunca contestan. Envié un familiar a la agencia en La Habana… y le dicen que se entregó al destinatario, cuando no es cierto. Le dieron el celular de la gerente comercial, y nunca responde…. ¿Adónde fue a parar el envío? ¿A quién se le entregó?», concluía Beatriz.
Responde Rafael Guerrero Aragonés, gerente general de la División Cubapack, que «inicialmente ese artículo estaba asignado a otro cliente en Las Tunas, el cual en su momento decidió retirar el dinero, por lo que la agencia extranjera lo reasignó a Beatriz. Y debido a que la comunicación de ese cambio no llegó a tiempo a Cubapack, la mercancía fue entregada al usuario de Las Tunas».
Añade que la agencia extranjera de referencia volvió a reasignar a Beatriz en fecha reciente la mercancía, y el artículo le sería entregado antes del 14 de diciembre pasado. Y ofrece disculpas por las molestias ocasionadas.
Agradezco la respuesta, aún cuando deja cierta confusión. No se explica por qué inicialmente el split «estaba asignado» a otro cliente, si la remitente afirmó que se lo habían enviado a ella. ¿Puede modificarse el destino de un envío personalizado? ¿O acaso es un servicio a consignación desde Cuba, mediante financiamiento desde el exterior?
Tampoco se aclara por qué no se le dio la explicación detallada a la cliente en el lapso de un año; al punto de que tuvieran que aparecer en esta columna las elocuentes preguntas de Beatriz: «Adónde fue a parar el envío? ¿A quién se le entregó?». Y no se actualiza si por fin ella recibió el split.
El propio 22 de noviembre, desde la ciudad de Las Tunas Leonel Lara Hernández contó aquí que el 8 de septiembre de 2020 le entregaron un bulto de 30 kilogramos enviado por su hijo desde Estados Unidos a la agencia Cubapack.
«Faltaban de lo enviado, precisaba, un paquete de detergente, ocho jabones, un paquete de cuchillas de afeitar, un desodorante y un tubo de pasta dental».
Leonel escribía «después de hacer innumerables llamadas a esa agencia, sin que contesten…». Acompañaba su misiva con fotografías de las facturas entregadas, que no coincidían totalmente con la lista de productos enviada.
Y responde Guerrero que «el 12 de septiembre se entregaron 24 libras (ocho paquetes) en cuestión, ya que las misceláneas son conformadas desde el origen en pequeños paquetes de tres libras; quedando pendientes dos paquetes que contienen los artículos que se relacionan como faltantes, y que no fueron entregados con los anteriores, puesto que la documentación correspondiente no se encontraba en regla. Y los paquetes fueron entregados el pasado 15 de diciembre».
Añade que tanto en este caso, como en el anterior, se informó a los clientes del estado y solución al envío de la paquetería correspondiente.
Agradezco, igualmente, sobre todo que al final no faltara nada. Pero no se esclarecen algunas incongruencias:
Leonel sostenía que el 8 de septiembre le entregaron un bulto de 30 kilogramos, al cual le faltaba lo que él enumeró en detalle. Y la respuesta afirma que el 12 de septiembre el cliente recibió ocho paquetes de tres libras cada uno, por lo cual estaban pendientes dos más que contenían los faltantes de marras, que no fueron entregados porque la documentación no estaba en regla.
¿Qué significa que la documentación de los dos últimos no estuviera en regla? ¿No estaban allí cuando Leonel fue por primera vez? ¿Por qué no se responde la queja del cliente, acerca de que en la agencia no responden las llamadas?