Acuse de recibo
El 13 de octubre de 2019, desde Tacajó, municipio holguinero de Báguanos, Ileana Casquero López contó aquí que es madre soltera, labora y recibe un salario modesto. Su hijo está en el Servicio Militar. Y como ella paga un crédito bancario, sus ingresos apenas le alcanzan para sobrevivir y pagar los medicamentos requeridos para sus múltiples padecimientos de salud.
Con su casa en pésimas condiciones, llevaba tres años solicitando un subsidio estatal para mejorarla, pero no clasificaba en ese beneficio, a pesar de que había acudido a las máximas autoridades municipales en varias oportunidades.
«Yo sé que hay otras solicitudes, afirmaba, pero en tres años creo que se debiera valorar mi situación, pues yo no tengo ninguna ayuda».
El 7 de octubre pasado, ¡a solo seis días de que se cumpliera un año!, fue que arribó a nuestra redacción la respuesta al respecto de Carmen Rosa Amén Sánchez, jefa del Grupo de Atención a la Población del Gobierno Provincial de Holguín.
En la misiva, fechada el 20 de septiembre del presente año, Carmen Rosa señala que, ante lo publicado, el Gobierno Provincial indicó a la Intendente del municipio dar tratamiento al caso y ofrecer respuesta a «la promovente» y a esta sección de Juventud Rebelde.
Añade que, según responde la Intendente, por ser este un caso reiterativo en el asunto, y a partir de las indicaciones de revaluarlo, se creó una comisión que visitó a la «promovente», y le informó la convocatoria vigente desde el 3 de febrero al 3 de marzo del presente año, para la solicitud del subsidio.
Añade que Iliana realizó entonces la solicitud con el expediente 438/20, «la cual se tendrá en cuenta como un caso priorizado por los problemas de salud y habitacionales que presenta».
Y finalmente expresa que «la compañera quedó conforme con la respuesta ofrecida, el caso quedó orientado y con razón en parte».
Lo primero que resalta es la tardanza en responder. Prácticamente un año y ni siquiera se explica el porqué, a pesar del problema tan delicado que presentaba Iliana, y de llevar tres años solicitando el subsidio, no clasificaba en ese beneficio. La propia funcionaria reconoce que ha sido «un caso reiterativo en el asunto», y lo califica como «un caso priorizado por los problemas de salud y habitacionales que presenta».
También la jefa del Grupo de Atención a la Población clasifica «con razón en parte» el reclamo de Iliana. ¿Cuál es la parte en que no tiene razón esta cubana, que ha esperado tres años porque se atienda su frágil situación? No se fundamenta esa clasificación a medias.
No hay tampoco una disculpa por la morosidad exagerada de una respuesta que debió llegar muchísimo antes. Ya que demoró casi un año, bien pudiera haberse confirmado a estas alturas lo más importante: Si esta vez Iliana fue beneficiada o no con el subsidio.
José María Rodríguez Torrado (Soledad 160, primer piso, entre San Lázaro y Jovellar, Centro Habana, La Habana) es un anciano jubilado que vive solo, y presenta serios padecimientos cardiológicos, al extremo de que hace dos años ni baja la escalera de su edificio, porque después no podría subirla.
Refiere en su escueta carta que hasta ahora le traían en un bicitaxi el almuerzo y la comida de una sola vez. No explica de dónde ni quién, pero se supone que sea del Sistema de Atención a la Familia (SAF), que atiende a personas vulnerables.
El asunto es que el bicicletero le dijo que ya no le traerá más los alimentos, que los ancianos tienen que ir a buscarlos. Y eso está a más de dos kilómetros de su vivienda.
«Escribo para que conozcan mi caso, dice, y me expliquen si tiene explicación (creo que no) que por un asunto administrativo nos quiten por completo la distribución de los alimentos. Llamé al Puesto de Mando Municipal, pero no tienen ni respuesta ni solución. Tengo fe en que ustedes tomen cartas en el asunto. No sé adónde más escribir», concluye el veterano.