Acuse de recibo
El pasado 23 de febrero, desde Guisa, Granma, el joven Carlos Yordanis Boza Mojena mostró su deseo de estudiar Medicina, aunque padece una mielomeningocele, lesión medular que impide la función motora. Estudió en la escuela especial Solidaridad con Panamá, y tras vencer el preuniversitario, optó por la carrera. Se le otorgó. Y cuando fue a matricular a la Facultad de Ciencias Médicas de Bayamo, le negaron la oportunidad, por su discapacidad.
Primero le dijeron que era «problema de orientación vocacional, culpando a mis profesores y a los trabajadores de la Dirección Municipal de Educación por no haber hecho el trabajo vocacional adecuado», decía. Luego, que la escuela no está diseñada para personas con discapacidad; lo que él rebatió, pues su preuniversitario tiene escaleras y otras barreras. También, que la rotación por diversas especialidades sería muy difícil.
Responde el doctor Jorge González Pérez, director de Docencia Médica del Ministerio de Salud Pública, que una comisión ministerial se entrevistó con Yordanis, directivos de Ciencias Médicas y de la Comisión de Ingreso de Granma; y consultó con la Dirección de Ingreso y Ubicación Laboral del Ministerio de Educación Superior.
Se hizo revisión técnica del plan de estudios de la carrera de Medicina, en particular los objetivos de formación; y en estos, las habilidades a lograr en cada asignatura, teniendo en cuenta cuáles podrían eximirse sin afectar esos objetivos. Y se concluyó que le otorgaron la carrera, sin tener en cuenta su «lesión medular secundaria a mielomeningocele intervenido». No se tramitó como caso especial. Como esa afección provoca que deba trasladarse en silla de ruedas, sin posibilidad de mejoras con rehabilitación, al matricular en la Facultad de Ciencias Médicas hubo preocupación. Y fue motivo de análisis individual.
Se acordó por la Comisión de Ingreso de Granma activar la Comisión Médica Provincial para dictaminar su estado de salud, con lo cual Yordanis y su familia concordaron. Y la comisión dictaminó «discapacidad permanente físico motora de miembros inferiores, que solo logra la bipedestación con apoyo de sus brazos en muletas, siendo una afección permanente, que condiciona un estado motor deficiente con incapacidad para toda la vida». Se le reorientó a la carrera de Derecho, lo que Yordanis aceptó.
Se hizo un dictamen sobre objetivos y habilidades del plan de estudios de la carrera, correlacionándolos con las características motoras y personales del joven; para precisar cuáles podía realizar por asignatura, y definir si podría o no aprobar las mismas, y por tanto, la carrera.
Se dictaminó que «de las 68 asignaturas podría vencer 12 de formación general y 9 de formación básica, lo que significa el 31 por ciento del plan, teniendo en cuenta los objetivos y habilidades de estas». Y en la disciplina principal integradora: Medicina General, de los seis objetivos generales no podría vencer el 50 por ciento. De las 23 asignaturas se estimó que, aunque reciba atención especial para desarrollar los modos de actuación profesional, tendría dificultades para cumplir 5 514 horas prácticas, el 84,18 por ciento de su formación. Implica que no podría aprobar ninguna de las 23 asignaturas.
«Aún con el mayor espíritu inclusivo, pero con fundamento en lo que debe lograr un graduado de Medicina, y teniendo en cuenta que si bien merece el mayor respeto su reclamo, también lo merecen las personas que estarán bajo la atención de un futuro médico —quien debe tener toda la capacidad y las habilidades que garanticen su total desempeño profesional—, quedó claro que resulta muy difícil que pueda vencer el 69 por ciento del plan de estudios, aun con notable esfuerzo y adecuación del mismo».
No es procedente su matrícula, dice, pues sería hacerle perder el tiempo y esfuerzos que luego no podrá materializar. Sería incorrecto dejarlo matricular una carrera que no logrará vencer.
Reconocen en él la capacidad para enfrentar cualquier dificultad, pero debe entenderse que no depende de su voluntad ni de la de nadie. «Es una situación real, que va más allá de los deseos de todos, pues para nosotros sería un honor tenerlo en nuestras aulas, y más aún el poder decir que lo hemos graduado como médico», asegura.
A Yordanis le dieron explicaciones. Y asegura el doctor González que será un gran profesional en lo que dependa de su esfuerzo y de las posibilidades reales de lograrlo.