Acuse de recibo
En momentos tan difíciles, cuando Cuba enfrenta la pandemia del coronavirus y se hace un llamado a toda la población a extremar las medidas higiénico-sanitarias, no se concibe que la comunidad de un edificio no pueda utilizar los respectivos baños debido a un solo vecino.
Esa es la historia que cuenta Mercedes González Monteagudo, en nombre de todos los vecinos de Gervasio 570, entre Reina y Salud, Centro Habana, en la capital: Ese edificio se encuentra en reparación y no se ha podido terminar los baños ni instalar el agua porque la casa del vecino está cerrada.
«En la obra —refiere— están los recursos necesarios para terminar. Ya en varias oportunidades han venido directivos del Gobierno de Centro Habana, la Dirección Municipal de la Vivienda y la Ecal 2, que es la empresa constructora. Se levantó un acta, donde todos los presentes firmamos y a partir de ese momento el vecino no ha venido».
Explica Mercedes que, como la casa de ese vecino está cerrada, ello impide que se conecten los baños a la tubería central de aguas albañales que pasa por patio o pasillo lateral en los bajos del edificio. Y cuatro apartamentos están sin baños y obligados a recoger la orina y heces fecales en cubos para botarlos por la noche en la esquina directo en las alcantarillas.
«Para eso caminamos más de media cuadra con esos desechos y su correspondiente fetidez», añade. En el edificio hay niños, uno de ellos estuvo ingresado hace pocos días por sospecha de dengue. Y hay recipientes con agua que se ven desde el pasillo que llevan más de un mes ahí, porque el vecino no ha venido más. Mi niña padece inmunodeficiencia primaria y se atiende en el Instituto de Inmunología y Hematología.
«En estas condiciones estamos todos expuestos a cualquier situación epidemiológica, por no poder mantener una higiene adecuada en el lugar. Necesitamos que nos ayuden con las autoridades competentes a resolver este asunto antes de que tengamos que lamentar males mayores tanto para nosotros como para la comunidad. Centro Habana es uno de los municipios más poblados de nuestra capital. Este asunto lo manifesté en la audiencia sanitaria, pero aún no hay respuesta», concluye.
Enrique R. Martínez Díaz, vecino de Santa María No. 112B, entre Corrales y Aguacate, Consejo Popular Villa 2, en el municipio habanero de Guanabacoa, considera que la crítica situación que viven allí no admite espera.
Refiere que en su cuadra está desbordada la fosa del edificio con el número 111. Y esas aguas sucias brotan por las tazas de baño, por las llaves y otros lugares; Allí residen personas muy mayores y niños pequeños.
Y añade que según refirió la delegada de la circunscripción, Norma Marchena Magadán, tras varias gestiones le comunicaron en la Dirección Municipal de la Vivienda que el carrero destinado para limpiar la fosa hace más de 15 días que tiene la orden de hacer ese trabajo. y hasta ahora, no ha venido.
Además, como ha señalado él aquí otras veces, esa zona, especialmente en sus partes más altas, presenta notables problemas con el agua, que no llega a todas las casas. En las cuadras comprendidas por la calle Santa María, entre Corrales y Aguacate; y la cuadra de Aguacate, entre Santa María y San Juan, hay problemas con la llegada del agua por las tuberías del acueducto. Y otras zonas de esa circunscripción también tienen problemas.
«Por ello —expresa— desde hace tiempo tenemos asignado el servicio de pipas; al principio cada siete días, después cada diez días. Conocemos que existen problemas con el combustible, pero en ocasiones las demoras son muy grandes. En este mes de marzo la pipa vino a la cuadra de Santa María, entre Corrales y Aguacate, el día 5 y el 22, 17 días después, tras continuadas gestiones de la delegada y llamadas de los vecinos a la dependencia de Aguas de La Habana».