Acuse de recibo
El 18 de diciembre último, desde Sancti Spíritus, Ernesto Zayas contó aquí que el 18 de diciembre de 2018, de regreso de un viaje a Haití, en la Aduana del aeropuerto de la ciudad de Camagüey le pesaron los equipajes y le impusieron una tasa de 1 502 CUP, por seis kilogramos de más.
Reclamó ante la funcionaria de la Aduana allí, pues ese «exceso» correspondía a medicamentos y una laptop que venían en su equipaje de mano, exentos de pago. Ella, de forma descompuesta, le dijo que fuera a la caja a liquidar, porque si no iba a salir tarde de allí por las colas. Él no tenía el dinero, y le ocuparon el «exceso» hasta que liquidara el adeudo. Y gracias a unas amistades pudo pagar.
El 17 de enero de 2019 fue a Camagüey a reclamar en la Aduana General de la República de allí. Y en mayo, tras interesarse por cuarta vez en el asunto, un funcionario de Atención a la Población le informó que debía enviar los datos de la agencia bancaria donde debían efectuarle el pago, pues habían declarado con lugar su queja. Entonces se enteró de lo que en todo ese tiempo no se le comunicó, a pesar de que había facilitado sus teléfonos. Y a mediados de mayo, vía correo electrónico, Zayas envió los datos de su tarjeta magnética, en documento por Bandec de Sancti Spíritus.
A todas estas, se había emitido con fecha 28 de enero de 2019, dictamen por el Departamento de Procesos Aduaneros, que determinó la existencia de un «error», concluyendo con la conformación de un expediente de devolución por el total del importe cobrado indebidamente. Y el 11 de febrero, la Comisión de la Legalidad de la Aduana de Camagüey analizó la solicitud de devolución, acordando proceder al respecto, mediante los correspondientes trámites.
Zayas seguía comunicándose con el Departamento de Atención a la Población, lo que nunca hizo este con él. Y el 19 de junio la jefa de la Aduana de Camagüey dictó la Resolución 1046, autorizando la devolución, de la cual él nunca supo, hasta que en otro viaje a Camagüey, el 23 de septiembre, se le extendió copia de la misma.
«Y cuál no fue mi sorpresa, decía, cuando el jefe del departamento de Atención a la Población me expresó de forma jocosa que ellos eran “buenos cobrando y malos pagando”; y que la documentación que disponía el pago la habían enviado a principios de ese mes», concluía Zayas.
Al respecto, responde Mileidis Sánchez Báez, jefa de la Aduana General de la República en Camagüey, que se evaluó con sentido crítico y total transparencia lo narrado por Zayas, y reconoce que el ciudadano tiene razón.
«Ciertamente, dice, ha habido una inexcusable dilación en la respuesta y solución de un asunto que nació como resultado de una mala actuación de una oficial de la Aduana de Camagüey». Según Sánchez Báez, pese a que se determinó rápidamente por el órgano colegiado correspondiente la devolución de los derechos cobrados en exceso, la irresponsabilidad de los especialistas funcionalmente vinculados, y los directivos responsabilizados con su control, provocaron el maltrato del cual se queja el reclamante.
Informa, además, que la responsable de la actuación primaria fue analizada, y ya no se encuentra en la institución. Y los responsables de la dilación: el jefe del Departamento de Asuntos Legales, la jefa y especialista de la Sección de Recaudación, todos de la Aduana de Camagüey, serán analizados por la Comisión de Cuadros y la Comisión Representativa, respectivamente, de cuyos resultados mantendrá informado al reclamante.
Añade la directiva que la expresión del jefe del departamento de Asuntos Legales, respecto a que «somos buenos cobrando y malos pagando», además de inadecuada es inadmisible para la imagen que demanda la institución y para la de sus funcionarios».
Mileidis informa que ha tomado medidas para que se haga efectiva la devolución solicitada. «Le explicaremos personalmente al señor Zayas Álvarez lo sucedido y pedirle mil disculpas por el disgusto que la Aduana que dirijo le ha causado, así como colaboraremos con él para indemnizar los perjuicios causados conforme a las regulaciones y formalidades legales establecidas», concluye.
Agradezco la respuesta ágil y resuelta de la Aduana Camagüey, y solicito que se haga llegar no solo al afectado el resultado del análisis de los responsables de la dilación; si no también a esta columna, que reveló públicamente los hechos.