Acuse de recibo
Como la estructura de Servicios Comunales en la capital se descentraliza con la creación de las empresas municipales Aurora, la de Arroyo Naranjo ya tiene un problema por resolver para honrar ese bello nombre que remite a alborada, a amanecer de cambios.
Yanipsi Lugo Valdés (Don Tomás, entre Azcárate y Varona, Mantilla, Arroyo Naranjo) señala que a Servicios Comunales en ese municipio, se le permite que contamine y moleste a sus vecinos más cercanos. A pesar de tener un área con capacidad de parqueo y otros terrenos en desuso, la entidad estaciona en esa cuadra sus vehículos de recogida de basura, a las puertas de las viviendas, sin importar que estén cargados de desechos.
«Si necesitan probar la capacidad de trabajo de algún vehículo, afirma, también lo hacen en plena vía sin importar consecuencias; como pasó hace unos días con un camión especializado que probó la trituradora en plena calle y dejó estancada toda el agua sucia. Han hecho tan buen uso de la calle que lo que hay son huecos. Por demás, han desgastado tanto, que ya las tuberías están afuera y es una zona con serias afectaciones con el agua».
Precisa que puede ser a cualquier hora del día o de la madrugada. Si hay que hacer un arreglo, el mejor lugar es a la puerta de algún vecino. Y nadie debe protestar porque están trabajando, refiere. La situación se hace insostenible porque ello trae consigo que aparezcan roedores y todo tipo de insectos en las viviendas. El asunto es tema permanente en asambleas de rendición de cuentas del delegado, pero no se soluciona.
«Ejemplo reciente: el camión con matrícula B 183 358 se estacionó en los bajos de mi casa. Al ser tan alto, toda la basura, una hierba húmeda que por el olor llevaba varios días sin recoger más otros desechos, quedaban prácticamente pegados a mi balcón.
«Fui hasta el puesto de mando de la empresa para que hablaran con el chofer. Quien estaba de guardia y otros compañeros que estaban allí me dijeron que yo misma hablara con él. Cuando fui, el chofer, sin darme la cara y mostrándose prepotente, me dijo que él estaba trabajando y le quedaban más de 20 minutos, que no se iba a mover.
«Estos carros molestan a los vecinos, refiere, pues se estacionan con desechos que en ocasiones provienen de los hospitales. A nadie parece importarle, porque hasta el momento ni la dirección de la empresa ni las autoridades competentes que ven este tema toman medidas al respecto.
«Y por favor, afirma, que no se escuden en este momento con que se está haciendo un esfuerzo con el tema del combustible; porque en Arroyo Naranjo hace mucho tiempo que solo se recoge la basura en las calzadas y zonas de interés. Hay que caminar por barrios internos para darse cuenta de que la recogida no llega a todos los lugares».
El derroche de combustible es otro tema que habría que analizar, porque hay carros que, por problemas técnicos, según ellos, están una hora o más sin apagarse y gastando, concluye Yanipsi.
María Ester González escribe desde el reparto habanero de Alamar para expresar su gratitud como madre, por el «amable gesto, desbordado de solidaridad» con su hijo, que tuvo una mujer el pasado 15 de septiembre en la tarde, cuando la ya de por sí escasa transportación se dificulta más por la situación energética.
Solo sabe que se llama Ileana, es licenciada en Derecho y labora en la Empresa Industria Molinera S.A. (IMSA). Ella hizo posible que su hijo pudiera llegar a su centro de estudios en el municipio de Playa.
«Nos trasladó en el auto que conducía, e incluso nos ayudó a evaluar variantes para próximas ocasiones. Personas como ella y su esposo, con ese gesto solidario, me animan a continuar en la batalla, a seguir entregando lo mejor de mí como madre, como mujer y trabajadora, como cubana», concluye María Ester.
Hay muchos cubanos que, ante la difícil situación energética, han desatado espontáneamente la solidaridad al timón. Hay otros que lo han hecho, más por obligación, pero lo han hecho. Y están también los terceros: incorregibles egoístas que se escabullen. ¿Cuáles predominarán a la larga?