Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Servir al pueblo, pensar como país

Sergio I. Chávez (Edificio 739, apartamento 4, Zona 23, Alamar, La Habana) cuenta que en ese inmueble donde vive, en la escalera contigua a la suya, exactamente en el apartamento 6, en los bajos, hace unos dos años se tupió la tubería de aguas albañales. Así, esas aguas negras de los cuatro pisos superiores se empozaban en ese apartamento.

El vecino hizo varias gestiones, reportes y llamadas telefónicas. Días después, llegó el carro que atiende esas situaciones. Pero el personal de este le dijo que ellos no podían hacer nada, pues no tenían botas de goma para meterse en esa suciedad. El del apartamento 6 tuvo que romper la tubería para evacuar las aguas sucias de su apartamento, y que descargaran en el sótano del edificio.

Hoy dicho sótano es una piscina de excrementos, con los consabidos roedores e insectos que le acompañan. Y ya está llegando a los bajos del apartamento de Sergio, quien se propuso ayudar a resolver tal situación. En febrero pasado fue a la Dirección Municipal de la Vivienda (DMV), y allí le tomó el reporte una trabajadora nombrada Mayuli.

Pasaron tres meses, y nada. Sergio llamó a Mayuli y no estaba. Le atendió otra persona, quien le dijo que debía reportar el caso de nuevo. Así lo hizo. Y el 19 de agosto (el propio día que me escribió su carta), volvió a la DMV para saber por qué después de seis meses, y reportado el caso en dos ocasiones, aún todo seguía igual; o para ser exacto, había empeorado.

Las empleadas que le atendieron le dijeron que ellas hacían el reporte y ya; que no disponían de medios allí para que se acometieran tales empeños. Allí solo pagan el trabajo cuando les llega la factura. Sergio preguntó que si en su actividad no existía la retroalimentación para poder dar seguimiento a los reportes, como eslabón intermedio entre el o los afectados y la entidad que ejecuta la obra. Y le dijeron que no, que ellos trasladan el problema y ya. Pero que de todas formas, hablara por teléfono con Laritza (no especifica su cargo).

Sergio repitió su historia, y Laritza le dijo que ellos no tienen por qué dar seguimiento a los problemas. Que era así como le explicaron antes las compañeras. Y lo reorientó a la Unidad Básica de Saneamiento, que ahora está en Mantilla, para que averiguara por qué no habían asumido aún el trabajo. Y que no podía darle más información.

«Ante tanta indolencia con un problema de salud e higiene, expresa, ante tanta falta de compromiso con la sociedad e irrespeto al fruto de su propio trabajo, ante tanta falta de sentido de pertenencia, pregunto: ¿Cómo es posible que ante el llamado que nos hace a diario el presidente Miguel Díaz-Canel a pensar como país, hayan funcionarios que trabajen sin chequear sus propias funciones, y lo que es peor, que ningún jefe se lo exija?

«¿Cómo es posible que un funcionario pueda trabajar de espaldas al pueblo, para el cual el Estado le paga un salario? ¿Para qué sirve entonces el eslabón obligatorio de reportar allí los problemas, si ellos no toman acción ninguna en los mismos?

«Si yo tengo que ir a montear a título personal la Unidad Básica de Saneamiento para plantearles a ellos lo que ya planteé en la DMV, ¿para qué sirve entonces la DMV en este caso?

«Creo que este inadecuado modo de actuar es parte también de la falta de encadenamiento que como país estamos llamados a realizar. Y no creamos que el encadenamiento que se nos pide es solo para las empresas productivas: lo es también para el área de los servicios, la cual, de forma muy marcada, lacera la sensibilidad de los afectados.

«En buen cubano, no estoy pidiendo sangre para los causantes de tanto malestar. Estoy clamando por una solución rápida, lógica y con apego al respeto que  merecemos los cubanos por nosotros mismos.

«Es increíble que con los recursos que destina nuestro Estado para mejorar la situación de los cubanos, incluso en medio de la adversa situación por la que pasa el país, haya funcionarios que no concienticen su función de servir al pueblo en vez de hacerlo sufrir más», concluye Sergio.

A ello este redactor agrega: ¿Qué deben hacer los órganos de Gobierno como representantes del pueblo, ante tantas desatenciones e incumplimientos con la ciudadanía?

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