Acuse de recibo
Allá en el kilómetro 3½ de la carretera Siboney-Alta Vista, en Santiago de Cuba, Yanivia Johnson Brizo lanza un SOS de-sesperada, porque hace ocho años que está solicitando ayuda para su niño, quien nació con una hipoplasia ventricular cerebral derecha.
Dicha enfermedad no tiene cura, refiere, por lo cual el niño debe vivir en una vivienda idónea y cerca de los centros asistenciales. Aparte de la lejanía, la casa donde habitan es de madera y está en mal estado, con techo de fibrocemento. Cuando llueve, se moja por dentro. El piso tiene problemas.
Y como si fuera poco, a consecuencia del huracán Sandy, la vivienda fue afectada: tumbó la mitad del techo, una pared del cuarto, la del baño y de la cocina. Todo ello fue reparado, como se pudo, por su hermano.
El muchacho padece alergia ambiental, lo cual ha impedido que se opere de una dolencia que tiene en un ojo. «Hace dos años que se le está suspendiendo la operación por esa alergia, afirma, y no sé ya a dónde voy a ir para ver si se me resuelve un terreno, una casa o algo donde yo pueda irme a fabricar. Una casa por la salud de mi hijo, porque quiero ver a mi hijo crecer y estar bien».
Yanivia es madre soltera y tiene otro hijo, mayor, que estudia. Ella es enfermera, y con el salario que recibe ni por asomo puede asumir el costo de una nueva construcción. De las gestiones hechas en Santiago de Cuba, no ha recibido respuesta concreta, a pesar de que se conoce la situación.
«Lo único que me dicen es que no hay nada, afirma, que está todo congelado. Esto me lo están diciendo hace ocho años. Me fui a Planificación Física, allí planteé la situación y lo único que hicieron fue, después de varias visitas mías a ese lugar, mandar a buscar testigos que confirmaran lo que yo declaré.
«Se buscaron los testigos. Después de eso esperé un año más y fui y me dijeron que tenía que esperar. Luego que esperé un tiempo bastante prolongado no aparecía ni el expediente que está hecho. Y después de mucho buscar apareció en un cajón fuera de la vista de ellos. Entonces fue que se puso donde debía estar. Y eso fue a los dos años».
Luego de tantas cartas a diversas instancias, al final a Yanivia le sugirieron que permutara para donde el niño pudiera gozar de salud. «Y yo me pregunto quién me va a permutar una casa en buen estado por una en malas condiciones», señala. Otra respuesta fue que vendiera esa casa y comprara otra.
«Soy una madre soltera, tengo otro hijo que, como ya les dije, estudia y depende de mí. Soy enfermera y trabajo en la sala de diálisis del Hospital Provincial de Santiago de Cuba. No tengo a nadie que me ayude», precisa Yanivia. Expresa además que confía en la Revolución y espera que se le ayude. «Necesito poner a mi hijito a vivir en un lugar donde goce de salud, y así yo poder trabajar tranquila», concluye.
«Si usted quiere ver uno de los más grandes disparates, y una gran falta de respeto a esa frase del Presidente cubano de cuidar la cultura del detalle, lléguese a Calle 244, entre 3ra.C y el mar, en la localidad habanera de Jaimanitas».
Lo afirma, en nombre de los vecinos de esa cuadra, Ana Gloria Gutiérrez, quien cuenta que el 8 de agosto de 2018 comenzó allí la construcción de un muro de contención contra los embates y penetración del mar, por parte de la ECOA 35. Y en diciembre de ese año la obra fue abandonada, hasta el día de hoy.
Según la remitente, dicha obra estaba valorada en 400 000 pesos, y actualmente esos recursos están perdidos y dilapidados por la erosión del mar. Ana Gloria envía fotos elocuentes de lo que se ha convertido en un monumento a la desidia y el olvido.
Denuncia la vecina que dicha construcción abandonada, siempre que llueve, se llena de agua y se convierte en criadero de mosquitos, acumulación de basura y podredumbre. Y lo más preocupante: a consecuencia del abandono del proyecto, las viviendas están a riesgo de ser arrasadas por el mar en caso de la ocurrencia de un huracán.
«Por supuesto, enfatiza, la historia es más larga, y las empresas implicadas en la obra son varias. Guardamos registro diario de lo que pasó y de las cartas enviadas».