Acuse de recibo
Radimir Galán Rodríguez (Calle 2da. no. 271, entre Albear y Santa Catalina, Cerro, La Habana) relata que desde hace unos 15 días está presentando problemas para conectarse en la zona wifi del parque Mantilla, en el municipio de Arroyo Naranjo de la capital.
«Cuando logro hacerlo, afirma, se desconecta con facilidad. Y luego es difícil lograr la conexión, lo que hace imposible cerrar la sesión. Y quedas vulnerable a que te roben la cuenta».
Radimir ha consultado con otras personas en el parque, y le han confirmado la inestabilidad en la conexión. Por ello, desde el 19 de enero le han robado digitalmente en dos ocasiones.
Ha reportado el hecho al número 52642266 de Etecsa, y cada vez que lo hace le dicen que es la primera que se queja, que hay que esperar que llamen más personas, porque con una sola no basta.
«¿Cómo es posible, señala, que llame tantas veces, incluyendo otras personas, desde diferentes teléfonos, y siempre es el primer reporte? ¿Qué hacen con los reportes?»
«Está muy claro que en ese parque te roban impunemente y la única empresa en Cuba responsable de esta actividad se cruza de brazos. He cambiado de contraseñas, me he alejado del parque y todo sigue con la misma impunidad. Solo me falta hacer la denuncia a la policía. Realicé mi queja formal y dicen que tengo que esperar ¡21 días! Mientras tanto, vaya a otro parque.
Nelson Rufino González Rivas (Calle 15 No. 7206, municipio de Playa, La Habana) cuenta que en su territorio las casas tienen instalado el contador del consumo de agua. Y la cuenta que le llegó por el consumo del líquido en diciembre de 2018 ascendió a $85.50.
«Algo insólito, refiere, pues desde hace más de 50 años no me ha sucedido nada semejante. Valga decir que, como promedio, mi consumo mensual oscila entre cuatro y, rara vez, seis pesos».
Asegura Nelson que su vivienda no tiene salideros. Hace alrededor de 30 años él sustituyó todas las tuberías soterradas por nuevas, suspendidas o aisladas, de manera que la corrosión no pueda dañarlas; todo ello, además, muy visible.
En el interior, afirma, no tiene siquiera filtraciones que pudieran alcanzar ese astronómico consumo, más aún cuando el suministro del líquido cesa alrededor de las tres de la tarde y es en días alternos. Su casa, además, no tiene tanques ni cisternas que pudieran ocasionar derrames.
Nelson se dirigió a la oficina de Aguas de La Habana a tratar el asunto, y quedaron en enviarle un cobrador o inspector. Una vez que el mismo llegó, y después de explicarle que el metrocontador era nuevo, para sorpresa suya, luego de una larga discusión sin entenderse, quedó muy inconforme.
El remitente ha llegado a preguntarse si el metrocontador, al instalarse, no estaría alterado en lugar de estar en cero.
Juan Antonio Díaz Pérez (Bellavista 679, apto. 6, entre Lombillo y Colón, Plaza de la Revolución, La Habana) cuenta que el 16 de noviembre de 2018 Aguas de La Habana abrió un hueco para solucionar un salidero de aguas limpias en la calle, frente a Bellavista 361, entre Lombillo y Colón. Y no lo han vuelto a cerrar.
Ello ha traído como consecuencia proliferación de mosquitos, suciedades y otros vectores.
En el despacho con el delegado del Poder Popular, refiere, el miércoles 23 de enero, le planteó que ha tratado lo referente al hueco en reiteradas ocasiones, además directamente con el jefe de Aguas de La Habana del municipio. Y el hueco se mantiene de manera permanente con agua. Además, en ocasiones, los niños juegan de manera peligrosa en el mismo.