Acuse de recibo
De madre lo de las postales, así titulé el pasado 22 de mayo un reclamo enviado por Luis Bravo Fariñas desde Altahabana, en la capital: con motivo del Día de las Madres, envió postales de felicitación a su esposa y otras mamás en el país; y a su nuera, en Chile. Unas llegaron a sus destinos, incluida la de Chile, pero otras no.
«¿Dónde estarán?, enfatizaba Luis, ¿Por qué no llegaron? ¿Las devolverán al remitente? ¿Las habré perdido junto con el dinero invertido? ¿Quién dará la cara? ¡Me siento molesto y enfadado!»
Y este redactor agregaba:
«Cada año irrumpe aquí la paradoja que no cesa: por un lado, Correos de Cuba hace ingentes esfuerzos por garantizar producciones elevadas de postales hermosas por el Día de las Madres, con diversidad de motivos. Por el otro, continúan las quejas sobre postales impuestas con tiempo, que nunca llegan a sus destinatarias.
«¿Dónde se extravían? ¿Por qué no llegan todas, como años atrás? ¿Qué puede decir Correos de Cuba sobre esta modalidad de engaño al consumidor con el bien más preciado: el amor y el cariño?».
Al respecto, responde Lázaro Manzano Zamora, director general de la Empresa de Correos Habana Oeste, que «tal como se le explicó personalmente al cliente, no existe justificación de ningún tipo para que las postales que son depositadas en cualquiera de las oficinas de correos no lleguen a su destino, cuando para ello Correos de Cuba, en toda su cadena de recepción, clasificación, traslado, distribución y entrega, posee los recursos necesarios para asegurar ese servicio».
Y al propio tiempo señala que «la imposición de postales, que alcanza aproximadamente la cifra de unos diez millones por año, por el impacto que tienen en la población, por la voluntad de hacerlas más asequibles para garantizar que su flujo sea más expedito; y al ser un envío ordinario, no certificado, dichas postales no tienen un registro y seguimiento automatizado que nos permita seguir su traza. Por tanto, nos limita el proceso de esclarecimiento, y, en consecuencia, la explicación al cliente».
Y manifiesta que «a pesar de que cada año las postales de las madres se ponen a disposición de la población desde el mes de marzo, para permitir con tiempo que se cumplan los procesos operacionales, buena parte de la población las adquiere e impone por correo en la última semana previa al Día de las Madres; lo que genera un mayor tráfico postal en esa etapa, y una movilización superior de las fuerzas de Correos de Cuba, que no siempre garantiza su entrega en la fecha prevista, aunque en días posteriores se continúan enviando a sus destinatarios por la vía postal».
«También hay remitentes que no reflejan correctamente el nombre y los dos apellidos de los destinatarios, ni la dirección ni el código postal; e, inclusive, ni tan siquiera identifican bien el municipio o la provincia del destinatario. Y, en consecuencia, los márgenes de error aumentan.
«A lo anterior, se suman deficiencias e indisciplinas operativas y del personal de Correos de Cuba encargado de esta operación, que también atentan contra la eficacia de la campaña, lo que para nuestra empresa y organización todavía constituye un permanente reto.
«Estas causas antes mencionadas se encuentran valoradas en un plan de acción de nuestra empresa para mejorar continuamente las campañas alegóricas que implementamos y la calidad del servicio que prestamos. Lamentamos las molestias ocasionadas al compañero Luis Bravo Fariñas, y le reiteramos a él y a toda nuestra población que Correos de Cuba continuará haciendo el mayor esfuerzo para que cada segundo domingo de mayo este servicio tenga mayor calidad», concluye.
Agradezco la respuesta, pero como bien se acuñó una vez, lo que se premia son los resultados, no los esfuerzos. Y todos los años la ruta extraviada de postales por el Día de las Madres irrumpe aquí.
Aunque haya remitentes finalistas, chapuceros y descuidados, hay muchos cubanos inteligentes y cuidadosos que envían postales también. Y el hecho de que sea una operación masiva y por la vía de correo ordinario y no certificado, no es excusa para que se pierdan esos envíos de amor filial. Antes llegaban con más seguridad.
Al final, me quedo con el primer párrafo de la respuesta de Lázaro Manzano Zamora. Ojalá Correos de Cuba pueda en lo venidero resolver este asunto pendiente de una vez por todas.