Acuse de recibo
Agobiado por la música a altos niveles que, según sostiene, genera cada noche el cabaré Nocturno, recaló aquí el pasado 31 de octubre el holguinero Mauro Hernández Fernández (Carretera Central No. 68, comunidad Nocturno). La demanda de él y otros lugareños, elevada a varias instancias y planteada en las rendiciones de cuenta del Poder Popular, hasta el momento de escribirnos parecía haber caído en saco roto.
Refería el lector que el centro ofreció durante décadas un espectáculo artístico-cultural de diez a 12 de la noche, y a partir de esa hora mantenía música grabada a niveles aceptables, sin molestar a los vecinos. Pero este funcionamiento había variado y en la actualidad el volumen, a partir de las 12 de la noche y hasta las 4:00 a.m. se tornaba verdadera contaminación sonora.
Terminé la columna aquel día recordando la reiteración de este tipo de reclamo. «La falta de sentido común y de respeto al prójimo en materia de fiesta y pachanga tiene que tener límites», afirmé.
Al respecto, con admirable rapidez responde Assen Toledo Arguelles, director de la Sucursal Holguín de la empresa extrahotelera Palmares. Relata el Director que este centro data de 1934, cuando se fundó como Club Avilés, pues pertenecía a los hermanos Avilés. Luego pasó por otra denominación hasta que en 1975 se inaugura como Cabaré Internacional Nocturno.
Se trata, afirma el ejecutivo, de una instalación que se edificó en el kilómetro 2 ½ de la Carretera Central que conduce a la provincia de Las Tunas «con el objetivo de que el ruido no molestara a ningún asentamiento poblacional, situación que fue cambiando cuando ciudadanos, a sabiendas de que se iban a exponer a niveles acústicos de noche en el cabaré emitidos al exterior, a pesar de ello construyeron. En el caso de los que lo hicieron de forma legal en los documentos que amparan la construcción de la vivienda se esclarece (…) la afectación sonora por la proximidad al cabaré. En estos momentos las viviendas más cercanas no sobrepasan las 11, para una densidad poblacional de 23 moradores».
En 2015, precisa Assen, se solicitó al Centro de Higiene y Epidemiología Provincial y al Citma, un estudio de ruido de la institución, con el objetivo de apegarse a lo establecido en esta materia ambiental. Se ejecutaron acciones de control y mediciones, utilizando equipos como un sonómetro 2250–L, programa de Análisis Sonoro Completo BZ 7130, equipo de precisión Tipo 1 Clase 1, entre otros. Estas investigaciones se repitieron en 2016 y 2017 y se concluyó que el cabaré «cumple con las normas ambientales al trabajar en los decibeles (dB) permisibles. Toda esta documentación es verificable en nuestra Sucursal».
«Respecto a la programación artística y la puesta escenográfica, nuestro cabaré se rige por resoluciones específicas de la actividad, (…) existe una programación mensual que es aprobada en el Comité de Compras y Contratación», apunta el directivo y ejemplifica con dos propuestas del centro: la Noche holguinera y Al ritmo de la noche, exponentes de tradiciones y cubanía.
Luego de aparecida la queja en Acuse, evoca, autoridades del Citma se personaron en el lugar y verificaron toda la documentación que rige la Norma Cubana respecto al asunto tratado. Asimismo recorrieron la instalación y sus exteriores, chequearon los sistemas acústicos utilizados, y se determinó que estaban en regla.
«También pudieron observar que el compañero que formula la queja es el que más alejado vive del cabaré y el que menos incidencia tiene con el ruido, al estar su vivienda ubicada en sentido contrario de todo el sistema de audio, protegido además por un muro y vegetación que disminuye los dB que se exponen al exterior», expone el Director. El remitente del reclamo —añade— nunca antes se acercó a ellos para plantear sus inquietudes.
Termina el funcionario la misiva afirmando que «los directivos de nuestro centro no carecemos de sentido común», y que en el Nocturno «no hacemos fiesta ni pachangas, prestamos un servicio distinguido de cabaré con noches temáticas que llevan al público nuestra identidad y cultura, logros que nos han posibilitado ser el cabaré insignia de nuestra provincia».
Agradezco la detallada misiva. Nada hay de negativo en hacer fiestas, cumpliendo la necesidad humana de entretenimiento. Lo negativo comienza cuando se ejecutan sin sentido común y sin respeto. Si ese no es el caso de Nocturno, como expone Assen Toledo, pues felicidades para la institución. En cualquier caso, vistas ambas partes, esperemos también por lo que aporten otras autoridades facultadas.