Acuse de recibo
El día en que se hagan las memorias de las dilaciones y rodeos burocráticos con los ciudadanos, habrá que incluir la historia de Joaquina Peña Gordón, una señora de 80 años, residente en calle 37 No. 3802, entre 38 y 40, en la ciudad de Cienfuegos.
Cuenta en su carta que en 2011, y con apego a la ley, solicitó construir una vivienda en un terreno de su propiedad, adquirido en 1953, con escritura notarial 55/2002 e inscrito en el Registro de la Propiedad en el Tomo 340, Folio 88 de la Sección Este.
Joaquina presentó ante el Instituto de Planificación Física (IPF) la documentación requerida. Tras una demorada respuesta y rigurosa verificación, en 2012 el IPF respondió que el terreno se encontraba ubicado en una zona de desarrollo turístico, Rancho Luna; por lo cual, según el Acuerdo 387 del Consejo de la Administración Provincial (CAP) de 22 de noviembre de 2011, se dispuso la reubicación de esa zona para otra.
Se procedió a la propuesta de parcelas para la construcción de viviendas de aquellas personas naturales con título de propiedad que solicitaban autorización y cuyo trámite se encontraba pendiente de respuesta. Y en 2013 respondieron que, según Acuerdo 280/2012 del CAP, estaban evaluando áreas para la reubicación de los afectados fuera de la zona de interés estatal para desarrollo del turismo.
En 2014 le hicieron la propuesta de un terreno en una zona rural del mismo asentamiento. Y tras múltiples verificaciones y toma de acuerdos del Consejo de la Administración Municipal y Resolución 85/2015 de IPF, autorizaron la permuta o cambio de terreno con el Estado.
Se hizo en 2015 la permuta mediante escritura notarial 219/2015. Joaquina hizo su solicitud, según lo establecido en la Resolución 54 del IPF y el Decreto Ley 322, los cuales facilitan los trámites para realizar construcciones de viviendas por esfuerzo propio en terrenos particulares. Finalmente presentó la documentación requerida para la licencia de obra, la cual se aprobó.
Luego de iniciar la obra el 29 de mayo, el IPF le notificó el 29 de septiembre que se paralizaba la misma por estar bajo investigaciones. Joaquina preguntó si existía algún problema y le dijeron que no.
Tras varias visitas posteriores al IPF le comunicaron que la obra continuaba paralizada indefinidamente por indicaciones del CAP.
Asegura la señora que se han realizado verificaciones y no se han detectado violaciones. Y apunta: «Me es difícil entender sobre qué legalidad se puede paralizar una construcción de vivienda por esfuerzo propio que parte de una afectación por interés estatal. Ya he sido afectada: se me reubicó en un área rural, fuera de la zona de playa, y con una dimensión menor que el terreno que le entregué al Estado (400 metros cuadrados menos)».
Como si fuera poco, la casa está en fase de cimentación. Ella ha comprado materiales de construcción, bastante costosos. Algunos de estos, como el cemento, se han echado a perder por la prolongada paralización.
Esta es la historia contada por Joaquina, una historia que merece total esclarecimiento. Ella está en el derecho de saber el porqué de su situación, ya que obró, según narra, con respeto al IPF y al CAP.
Pesar y gratitud
Desde calle 24 No. 21, entre 5 y 7, en el reparto Alcides Pino, de la ciudad de Holguín, Miguel Ángel Almaguer Oro cuenta que el pasado 28 de enero tuvo un accidente de tránsito en la carretera entre los municipios de Holguín y Urbano Noris.
El chofer que conducía el vehículo perdió el control del mismo y se impactaron contra un camión. De las cinco personas que viajaban en el primero, dos murieron al instante y al siguiente día falleció la madre de Almaguer, por las secuelas de las lesiones. Algo que no admite consuelo para su hijo.
«Los dos sobrevivientes logramos salvar nuestras vidas —refiere— gracias a la rápida acción de quienes nos socorrieron. Todavía mis condiciones físicas no me permiten valerme por mi mismo, pero quiero agradecer a los vecinos de San Francisco, al chofer de la máquina que nos trasladó hasta el hospital de San Germán, donde recibimos los primeros auxilios; al personal médico de ese centro asistencial, así como al del SIUM y del hospital docente Vladimir I. Lenin por tan hermoso gesto humanitario».